Luna llena brillando en mi oscuridad (mi lienso).

Aquí se irán publicando las escenas de rol tanto de trama principal, como las que querais publicar los jugadores. Debido a la naturaleza de este foro, si se admite contenido NSFW.
Responder
Larabelle Evans
Mensajes: 58
Registrado: Mar Jul 02, 2024 4:52 am

Luna llena brillando en mi oscuridad (mi lienso).

Mensaje por Larabelle Evans »

nota de los autores.

Hugo:

¿Qué tal, chicos? Primero que nada, queremos agradecerles por leer toda la primera parte de esta loca historia que hicimos en conjunto con mi pareja, Ale y otros amigos. De verdad, les estamos muy agradecidos y esperamos que la hayan disfrutado.

Esta es la historia individual de Gianluca, para aquellos que quieran conocer más de este alocado villano y descubrir lo que pasará con él a continuación. ¿Se recuperará o no? ¿Intentará suicidarse, tratará de escapar, buscará recuperar a Lena? Quién sabe… eso tendrán que descubrirlo ustedes. En verdad, muchas gracias, y estén atentos a lo que sigue.

Por cierto... ¡hola soy Gianluca! ¿Saben qué? Mejor no lean nada. Total, no se pierden de mucho. O bueno… ¿saben qué? ¡Léanlo o no, no me importa! Nada tiene sentido, en fin. Bueno, lo siento chicos, algo raro pasó, pero no importa. Como dije, espero que les haya gustado, y mi novia y yo les agradecemos mucho.

mi traslado a estremera.

Punto de vista: Gianluca y Tallana.

Tallana entra a la celda con rostro cerio.
Suspiras profundamente.
Murmuras con acento Ensenadense, "parece un loco..."
Gianluca está sentado, agachado, y sumamente inexpresibo.
gritas: "moretti, no estás de vacaciones, muévete que nos vamos a tu verdadero hogar!".
Dices con acento Ensenadense, "no tengo tu tiempo!".
Gianluca la ignora por completo. e incluso voltea asia otro lado.
Tallana saca su arma reglamentaria y también las esposas.
Tallana se acerca a Gian, sujetándole con fuerza le esposa.
Gianluca no le toma importancia, pero tampoco se resiste.
Tallana lo empuja a la salida de la celda.
Dices con acento Ensenadense, "vamos!".
Gianluca camina sin fijarse a donde va, escucha la irritante y molesta voz de la oficial, a quilometros de distancia.
Tallana sale con él de la comisaría.
Tallana lo sube a la parte tracera de la patrulla.
El sol del mediodía caía pesado sobre Madrid, proyectando sombras cortas y agudas en el asfalto. En la patrulla principal, el ambiente era tan inmóvil como el silencio que llenaba el vehículo. Al volante, Tallana Mendosa mantenía su mirada fija en la carretera, mientras el tráfico de la ciudad avanzaba con lentitud en las horas de más movimiento. A su lado, en el asiento trasero de la patrulla, Gianluca Moretti permanecía en un estado de quietud absoluta. Su postura era rígida, casi inerte, y su mirada, vacía.
si no fuera por el subir y bajar del pecho de gian, pareciera un bil muerto, un muerto mas, al que nadie le tomaría importancia
A pesar del calor que filtraba a través del cristal, Gianluca no mostraba signos de incomodidad. Su piel pálida y su expresión apática parecían absorber la luz sin devolver ninguna chispa de emoción o vida. Tallana lo observaba ocasionalmente por el retrovisor, sin recibir nada más que un reflejo de su indiferencia.
Para Tallana, el traslado era una tarea simple y sin complicaciones. Había tenido a su cargo a detenidos que intentaban negociar su liberación, otros que no paraban de gritar o insultar, y hasta algunos que parecían disfrutar cada segundo, como si el viaje fuera un juego perverso. Pero Gianluca Moretti era distinto. Parecía estar en otro lugar, desconectado de su entorno, ajeno al bullicio de la ciudad que los rodeaba.
“¿Esperas que te hable, Moretti?”— dijo Tallana, rompiendo el silencio con un tono neutro.
Gianluca está totalmente perdido en sí mismo. No se mueve, no se expresa, no reacciona. En su mente, solo hay un pensamiento, un recuerdo, un dolor. Lena... su nombre parecía tan lejano, como el silbido de un tren que se aleja. Lena... aquella chica que era su paz, su calma, pero que por fin lo dijo. Aquello que ella le quitaba en su presencia, él se lo daba sin quererlo o sin pensarlo.
Ese infierno que él vivía siempre, cada maldito despertar, cada segundo... para ella, él era su infierno.
¿Y qué importaba ya? Sí… para ella era eso. ¿Qué sentido tenía tenerla? ¿Qué sentido tenía tratar de manipularla, convencerla? ¿Qué sentido tenía todo? Nada. A Gian ya no le importaba absolutamente nada; desearía estar muerto con todo el puto infierno que siente cada segundo de su maldita y perra existencia. Malditos sean sus padres, malditos sean una y mil veces.
El sonido de los coches al pasar era lo único que rompía la quietud, y Tallana sentía que el tiempo se estiraba. Al otro lado de la radio, la voz de otro oficial se escuchó brevemente, informando la posición de la caravana de escolta. Tres patrullas seguían a la suya, aunque parecía innecesario, pues Moretti no daba señales de resistencia o interés en el trayecto.
“No me lo esperaba así,”— murmuró Tallana, más para sí misma que para él.
La luz del mediodía pintaba la ciudad de un tono blanco implacable, y algunos transeúntes miraban con curiosidad a la caravana de patrullas, susurrando entre ellos. Para el resto, la procesión policial no era más que un vehículo más en el tráfico.
Los ojos grises de Gianluca Moretti, antes brillantes, rebosantes de maldad, astucia e inteligencia, ahora vacíos, carentes de brillo, de reacción, de algo que delatara tan siquiera un rastro de vida. ¡Ni siquiera se dignaba a abrir los ojos! Pero aquel infierno que cada día lo consumía, cada segundo, cada milisegundo, cada centímetro que caminaba, que existía, que inhalaba, exhalaba cada momento de su patética y perra existencia. Si antes carecía de emociones, o al menos de muchas, ahora ya no le quedaba nada a lo que aferrarse: ningún recuerdo, ninguna vivencia, nada. Apenas el recuerdo nítido de aquella chica a la que tanto había lastimado, pero que era su paz, la que lo mantenía en calma, comenzaba también a desvanecerse. Si antes era carente de emociones y empatía, ahora no era más que un saco de carne y huesos humanos.
Moretti giró apenas el rostro, sus ojos sin expresión miraron de soslayo a la oficial antes de volver a fijarse en algún punto indefinido frente a él. La tensión entre ellos era mínima, una sensación de rutina que nada alteraba. El contraste entre su anterior vida y este destino como prisionero era casi irónico, pero ni siquiera eso parecía afectarle.
Con cada kilómetro, la prisión se acercaba, y la realidad de su destino parecía evaporarse en la misma apática indiferencia con la que Gianluca vivía cada minuto de aquel traslado.
Gian no sentía nada… o bueno, sentía tener las cosas ya, ni siquiera las pocas pinturas o algo que pudiera recordar. Sentía como si cada recuerdo, como si toda evidencia, como si cada momento que había experimentado fuera borrado de tajo. Como si estuviera desapareciendo bajo un manto de color negro, opacado por aquello a lo que llamaba infierno.
Finalmente la patrulla se acercó a la entrada de la penitenciaría.
Gianluca murmura con acento napolitano, "hasta nunca..."
Tallana ha apagadó el coche y bajando de este mismo abrió la puerta de moretti.
Dices con acento Ensenadense, "vamos. "
Gianluca suspira profundamente.
Gianluca se levantaba mientras por fin abría los ojos.
Tallana lo baja del auto, encaminándolo hacia la entrada del edificio.
Gianluca caminava lento, poco le importaba si se caía o aquella policía, solo caminaba sin pensar
Acabas de llegar a Centro Penitenciario Madrid VII tu nuevo lugar de reclusión.
Estremera; Centro Penitenciario Madrid VII
El centro penitenciario es una instalación diseñada para la reclusión y rehabilitación de personas condenadas. La arquitectura es funcional y moderna, con un enfoque en la seguridad y el bienestar de los internos. El diseño incluye áreas de convivencia, trabajo y recreación, promoviendo la reintegración social.
Tallana lo conduce a la entrada del edificio.
Gianluca Moretti (criminal) se marcha.
Centro Penitenciario Madrid VII - Edificio Administrativo
No ves nada especial.
Tallana saluda a los encargados de la pequeña recepsión y hace el registro rápido de Gian.
Tallana conduce a gian a su celda.
Centro penitenciario Madrid VII - Patio Central
El patio central es un espacio amplio y al aire libre, rodeado por muros altos y cámaras de seguridad. Está diseñado para permitir la actividad física y el esparcimiento de los internos. Equipado con canchas deportivas, áreas verdes y bancos, el patio ofrece un ambiente controlado para que los reclusos interactúen y se mantengan activos.
Salidas visibles: edificio-administrativo, modulo-mujeres, talleres, comedor, y modulo-hombres
Centro Penitenciario Madrid VII - Módulo Masculino
Este es el módulo habilitado para los privados de libertad de sexo masculino. Las celdas para hombres son similares en diseño, pero pueden ser más numerosas en términos de capacidad. Estas celdas también están equipadas con camas, lavabos y armarios. Las áreas comunes permiten la socialización y la participación en programas de rehabilitación.
Salidas visibles: fuera, pasillo, baños, y celdas
Centro Penitenciario Madrid VII - Celdas
Tallana empuja a gian a su celda, y le cierra los barrotes
Estás en una celda compartida. La pared posterior cuenta con un pequeño ventanuco que casi roza el techo, por donde apenas entra luz solar. en una esquina hay un pequeño lavamanos, un armario diminuto con dos compartimentos y dos camas individuales pegadas a cada pared. Frente a las camas los barrotes permiten la visibilidad al interior de la celda, pero solo puede abandonarse la celda si se abre la cerradura de seguridad.
Larabelle Evans
Mensajes: 58
Registrado: Mar Jul 02, 2024 4:52 am

Re: Luna llena brillando en mi oscuridad (mi lienso).

Mensaje por Larabelle Evans »

Leila en busca de Gian.

Punto de vista: Leila Ferrari.

Leila entra a la comisaría poniendo su mejor sonrisa.
Suspiras profundamente.
Sonríes.
Dices con acento siciliano: "Ciao."
Emilio se encuentra tras el escritorio, con la mirada algo triste, pero trata de sonreír al ver que alguien entra.
Dices con acento siciliano: "¿Qué tal?"
Emilio dice con acento mexicano: "Buenas tardes."
Emilio dice con acento mexicano: "Am, bien, supongo."
Emilio dice con acento mexicano: "¿Qué necesita?"
Dices con acento siciliano: "Vengo a preguntar por un preso."
Emilio dice con acento mexicano: "Dígame su nombre, por favor."
Dices con acento siciliano: "Gianluca Moretti."
Emilio se sorprende bastante.
Emilio dice con acento mexicano: "Disculpe, ¿quién lo busca?"
Dices con acento siciliano: "Soy su prima, vengo desde Italia enterándome de las malas noticias."
Leila finge una cara triste.
Emilio piensa: "Um, no hay registro de familiares…"
Suspiras profundamente.
Emilio piensa: "Nah, qué importa."
Emilio dice con acento mexicano: "Moretti fue trasladado."
Leila se sorprende.
Dices con acento siciliano: "¿Qué? ¿Pero adónde, por Dios?"
Leila pone cara impresionada.
Suspiras profundamente.
Dices con acento siciliano: "Ay, pobre Gian..."
Emilio dice con acento mexicano: "Por los delitos que ha cometido, se le ha trasladado al centro penitenciario."
Dices con acento siciliano: "Ay, Gian… pobre, ha sufrido tanto con su enfermedad. ¿Y a qué cárcel fue?"
Emilio dice con acento mexicano: "Está en el municipio de Estremera."
Suspiras profundamente.
Emilio dice con acento mexicano: "A las afueras de la ciudad."
Dices con acento siciliano: "Vaya, tendré que buscar eso en el GPS. Gracias, oficial, espero poder ir a verlo…"
Emilio asiente afirmativamente.
Emilio dice con acento mexicano: "Que tenga un buen día."
Emilio suspira profundamente.
Leila sonríe fingiendo y se da la vuelta para caminar hacia la salida.
Suspiras profundamente.
Comunidad de Neo-Madrid; Afueras de la comisaría de Moratalaz.
Te encuentras en las afueras de la comisaría de moratalaz, situáda en el número 1 de la calle tacona en Moratalaz. El acceso a esta vía se encuentra interrumpido por las obras, por lo que la única forma de entrar y salir de ella es utilizando un vehículo.
Salidas visibles: entrar
El clima actual es Parcialmente nublado y la temperatura es 11.7 grados Celsius.
Murmuras con acento siciliano, "diablos tengo que ir a un pueblo refundido para verte gian..."
Suspiras profundamente.
Ferrozzi Sirakusa de color vino tinto metalizado
No ves salidas en este lugar.
Cierras el vehículo.
Arrancas el motor.
Leila mira en su celular el mapa y busca estremera.
Dices con acento siciliano, "veamos."
Dices con acento siciliano, "esto será tan jodido."
Ferrozzi Sirakusa inicia un viaje entre localidades.

Leila se quiebra al encontrarse con el nuevo Gianluca.

Punto de vista: Leila y Gianluca.

Estremera; Carretera M-241
La M-241 conecta Estremera con otras localidades cercanas y forma parte de la red de carreteras que facilitan el acceso a esta zona rural. La carretera se extiende a lo largo de varios kilómetros, atravesando paisajes típicos de la región, caracterizados por campos y áreas agrícolas.
Ves Ferrozzi Sirakusa de color vino tinto metalizado aquí.
Salidas visibles: oeste
Te aproximas a las puertas del Centro Penitenciario Madrid VII.
Uno de los guardias te pide revisar tu documentación de identidad .
Tras verificar tu identidad y registrar tu ingreso, las puertas del Centro Penitenciario Madrid VII se abren.
Atraviesas las puertas del Centro Penitenciario Madrid VII.
Estremera; Centro Penitenciario Madrid VII.
El centro penitenciario es una instalación diseñada para la reclusión y rehabilitación de personas condenadas. La arquitectura es funcional y moderna, con un enfoque en la seguridad y el bienestar de los internos. El diseño incluye áreas de convivencia, trabajo y recreación, promoviendo la reintegración social.
Salidas visibles: fuera y edificio-administrativo
Suspiras profundamente.
Murmuras con acento siciliano, "que orrible lugar..."
Leila camina sin detenerse.
Centro Penitenciario Madrid VII - Edificio Administrativo.
Salidas visibles: fuera, direccion, sala-de-visitas, patio, enfermeria, y seguridad.
Leila saluda a los guardias que vigilan la pequeña recepción.
El guardia dice: "¿En qué le ayudamos, señorita?"
Dices con acento siciliano: "Vengo a visitar a un preso."
El guardia dice: "Dígame el nombre del preso."
Suspiras profundamente.
Dices con acento siciliano: "Gianluca Moretti."
el guardia busca en su libreta de registro.
el guardia dice: "lo llamaremos, espere porfavor en la sala de visitas."
el guardia se marcha en dirección a las celdas.
Suspiras profundamente.
Leila observa todas las salidas y camina lento a lo que parece la sala de visitas.
centro Penitenciario Madrid VII - Sala de Visitas.
Te encuentras en un espacio donde los internos pueden recibir a sus familiares y amigos en un ambiente controlado. Está equipada con mesas y sillas, y cuenta con medidas de seguridad como cámaras y personal de vigilancia para garantizar la seguridad de todos los presentes.
Salidas visibles: fuera y puerta.
Leila entra a la sala esperando que llegue gian.
Leila se sienta en una silla.
Te sientas.
Suspiras profundamente.
Leila se inquieta de ver que gian no llega.
Sacas un cigarro de la cajetilla.
Coges el cigarro entre los dedos y lo enciendes dando una primera calada.
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Murmuras con acento siciliano, "cuantas ganas de verte tengo gian, si supieras como te extraño..."
Suspiras profundamente.
Mientras tanto, en el módulo masculino del centro penitenciario, Gianluca se encontraba en su celda. Sentado en su cama, inexpresivo como siempre o, al menos, desde que había llegado, su rostro no había cambiado ni un poco.
Uno de los guardias llega hasta donde se encuentra Gian y dice: "Moretti, tiene visita."
Gianluca continúa inexpresivo y solo levanta la mirada al escuchar al guardia.
Gianluca dice con acento napolitano: "No me importa... no quiero ver a nadie..."
El guardia suspira profundamente.
El guardia dice: "Mire, Moretti, yo solo hago mi trabajo. Y si no quiere ver a nadie, dígaselo usted mismo."
Gianluca suspira profundamente.
Con la misma expresión apática de siempre, Gianluca se levanta para que el guardia abra la celda y acabar con esta estupidez cuanto antes.
El guardia lo conduce por el módulo masculino hasta llegar al pasillo y, finalmente, a la puerta que lleva a la sala de visitas.
Gianluca entra a la sala de visitas apático, como siempre. Su expresión es totalmente neutral, y sus ojos grises están más vacíos de lo normal. No muestra nada.
Gianluca camina por la sala de visitas y visualiza a Leila sentada.
Leila mira entrar a gian, ya no es el mismo que conoció en la uni, ella se angustia al verlo así, se levanta para ir y abrazarlo con necesidad.
Abrazas a Gianluca.
pero gian no reaxiona a su contacto, no se mueve, no muestra nada.
Dices con acento siciliano, "Gian amore que tienes, Gian mírame, ¿si?".
Gianluca no le hase caso, no la mira, no quiere haserlo.
Leila se asusta de verlo tan mal, realmente nunca nadie despierta enpatía en ella, nisiquiera por su profesión, pero con gian, con él ella es diferente.
Dices con acento siciliano: "Gian, amore, reacciona, tú no eres así."
Gianluca finalmente la mira, fijando sus ojos ahora vacíos en Leila.
Leila aún lo tiene abrazado y le acaricia el rostro con sus dedos.
Gianluca parece un cadáver viviente; no habla, no se mueve, no parpadea, solo respira. No reacciona al contacto físico.
A Leila se le escapan unas lágrimas, aunque no quiera.
Gianluca finalmente habla.
Gianluca dice con acento napolitano: "¿Qué...?"
Murmuras con acento siciliano: "No puede ser que esa maldita esclava te haya convertido en esto..."
Gianluca dice con acento napolitano: "¿Qué quieres, Leila...?"
Dices con acento siciliano: "Amore, reacciona."
Gianluca niega con la cabeza.
Gianluca dice con acento napolitano: "No sé de qué hablas..."
Dices con acento siciliano: "Dime qué tienes. ¿Por qué estás así?"
Gianluca dice con acento napolitano: "Por nada... ya nada importa... absolutamente nada..."
Dices con acento siciliano: "Pero Gian, yo quiero sacarte de aquí."
Gianluca dice con acento napolitano: "¿Para qué...? ¿Qué quieres lograr...? Ya no importa..."
Dices con acento siciliano: "Vámonos a Sicilia, amore. Estarás bien."
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Gianluca dice con acento napolitano, "para que... leila... dime para que..."
Dices con acento siciliano, "para que vuelvas a pintar, vuelvas a ser el de antes."
Gianluca niega con la cabeza.
Gianluca dice con acento napolitano, "ya nada importa... entiende..."
Dices con acento siciliano, "amore. yo, yo..."
Suspiras profundamente.
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Gianluca dice con acento napolitano, "y para que boy a pintar... si todos me umillaban..."
Gianluca dice con acento napolitano, "vasta leila... no tiene caso..."
Dices con acento siciliano, "amore, no me dejes sola, tú bien sabes todo lo que me hizo mi padre para combertirme en esto que soy ahora."
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Gianluca dice con acento napolitano: "Leila... ya no siento nada... entiende... aunque quisiera... aunque no quiera... no serviría de nada..."
Lloras desconsoladamente.
Gianluca no muestra nada al verla llorar, ya no muestra nada como antes.
Leila no lo suelta, le cuesta separarse de él. está decidida a traerle un abogado aunque se niegue.
Suspiras profundamente.
Gianluca no se mueve, no se la quita, no la aparta, por que ya nisiquiera eso siente.
Leila se separa un poco de él para mirarlo.
Leila fuma para intentar controlarse.
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Das una calada al cigarro y luego de unos segundos botas el humo.
Dices con acento siciliano, "te sacaré amore, volverás a ser ese pintor que me gustaba."
Gianluca niega con la cabeza.
Gianluca dice con acento napolitano, "no... leila... ya... no..."
Leila anciosa se acerca para besar sus labios.
Besas a Gianluca.
Gianluca no reacciona a los labios de Leila. Ya no devuelve el gesto con lujuria como antes.
Leila devora sus labios con algo más que deseo; sabe dentro de sí misma que lo ama.
Besas a Gianluca.
Gianluca, por unos milisegundos, mueve los labios, pero tan rápido como lo hizo, se detiene.
Leila murmura en sus labios: "Te amo, ni siquiera sé por qué. Aunque lo nuestro no tenga futuro, porque no dejaré la mafia, y eso a ti no te gusta, es lo que elegí para mí... yo te amo, amore..."
Gianluca se mantiene neutral como siempre, pero la mira a los ojos tratando de combenserla
Leila con dolor y frustrasión se separa de gian, al ver que los guardias llegan por él.
el guardia dice: "ya se acabó la visita."
Gianluca dice con acento napolitano, "okai..."
Dices con acento siciliano, "gian..."
Gianluca dice con acento napolitano, "no vuelbas... leila... no regreses..."
el guardia saca a gian antes que ella pueda decir palabra alguna.
Suspiras profundamente.
Leila se limpia los ojos, intenta dicimular y sale de la sala.
Gianluca es conducido de nuevo a su celda, y vuelve a ser encerrado.
Leila mientras sale de la cárcel dice: "te sacaré amore, serás libre, o mato a esa perra italiana"
Centro Penitenciario Madrid VII - Edificio Administrativo
Salidas visibles: fuera, direccion, sala-de-visitas, patio, enfermeria, y seguridad
Estremera; Centro Penitenciario Madrid VII
El centro penitenciario es una instalación diseñada para la reclusión y rehabilitación de personas condenadas. La arquitectura es funcional y moderna, con un enfoque en la seguridad y el bienestar de los internos. El diseño incluye áreas de convivencia, trabajo y recreación, promoviendo la reintegración social.
Salidas visibles: fuera y edificio-administrativo
Los guardias abren el portón.
Atraviesas las puertas y abandonas el Centro Penitenciario Madrid VII.
Estremera; Carretera M-241
La M-241 conecta Estremera con otras localidades cercanas y forma parte de la red de carreteras que facilitan el acceso a esta zona rural. La carretera se extiende a lo largo de varios kilómetros, atravesando paisajes típicos de la región, caracterizados por campos y áreas agrícolas.
Ves Ferrozzi Sirakusa de color vino tinto metalizado aquí.
Salidas visibles: oeste
Leila saliendo a la carretera se permite llorar.
Responder