Me llamo Román, tengo 26 años y soy de Concordia, Entre Ríos Argentina. De chico soñaba con ser carpintero, o kiosquero, soñaba con cosas que a mi modo de ver, eran muy buenas. Pero sin embargo la vida me fue llevando por otros caminos, los cuales cuando tenía 5 o 6 años, jamás los hubiera imaginado. A los 12 años comencé lo que en algunos países llaman el liseo, y que en Argentina llamamos el secundario, en una escuela de Concordia, y para los 17, me había comenzado a llamar la atención la psicología. A los 18 años con el apoyo de mis padres y mi familia logré partir rumbo a Buenos Aires y me inscribí en la UBA, universidad en donde estudiaría por los próximos 4 años. En el amor siempre fui afortunado, tuve una novia a los 12, otra a los 15, y otra a los 17, siempre fueron los típicos amores fugaces, esos que se dan por un tiempo pero que a la larga terminan teniendo fecha de vencimiento. No fue así con Amalia, a quien conocí gracias a un amigo, y con quien a fecha de hoy comparto mi vida. No vengo a vivir a Madrid porque sí, sino que vengo ya que un amigo ya vive acá y me recomendó que venga, debido a que en españa económicamente se vive bien y no es el caso de Argentina, donde la gente lucha día a día por un mejor pasar. Cuando comuniqué a mi familia la desición de venir a españa no les hizo gracia en lo más mínimo, sino todo lo contrario. Me pusieron miles de palos en la rueda, que si el pasaporte, que si el avión se caía, y tantas otras cosas que no vale la pena mensionar, sin embargo estoy acá, luchando por lo que quiero que es un buen trabajo como psicólogo, y poder darle a amalia lo que se merece por acompañarme tanto tiempo. Con su familia tampoco la tuve fácil, pero quedamos que en cuanto ella logre recibirse, también vendrá a madrid, en busca de nuestros objetivos.