Esto ya es demasiado. Todas las mujeres tenemos un límite, y lo tengo yo también. Yo presentía en lo más hondo, no exactamente lo que iba a suceder, pero sí que esa amistad que mantiene Diego con los machos del barrio no traería buenos resultados. Y, pese a que el año pasado no hubo nada raro las veces que nos juntamos, aunque desde luego las juntadas del estilo de Diego y sus amigos no son de mi agrado, siempre traté de prevenirle a él, no por mí sinó por él. Pero claro, siempre entendí que son los únicos amigos que tiene, y ni siquiera que sea su novia me da derecho a prohibirle estar con ellos. Pero lo que sucedió me afectó negativamente. Podrían haber matado a Diego, o incluso a mí. Yo a Melany no la conozco, no creo haberla cruzado antes de a noche. No sé si es buena o mala chica, su apariencia en principio no es de mala persona salvo por el arma que empuñaba. Pero aunque soy consciente de que los periódicos pueden distorcionar la información, verla ahí, en mi casa, incluso apuntándome y dando órdenes como si fuera militar me dio mucho qué pensar. Tengo un trauma con las armas y la gente que las utiliza, faltaría haber tenido que ver a Diegui con una y ya era el colmo de los colmos. Eso me afectó negativamente, en conjunto con ya vergonzoso comportamiento de los amigos de Diego con nosotras, el posterior arresto y lo mal que se debe estar sintiendo Diego. No voy a dejar de ser empática, pero como dije, tengo mis límites y en estos momentos necesito tiempo para mí. A Diego lo sigo amando, ¡claro que sí! Pero ahora estoy en casa de una amiga que me está conteniendo. Para colmo, ella pagó justa por pecador, como yo y algunos más. Pero cuando reúna fuerzas voy a volver a la casa y hablar seriamente con Diego. No sé cómo va a reaccionar y de él puedo esperar de todo, pero de lo contrario, lo mío sería no tener dignidad. Tal vez no la tenga, pero no puedo ser tan derrotista conmigo mismo. Sé que ante todo, Diego es inteligente y, con esfuerzo y paciencia por mi parte, va a entenderme. Él en teoría sabe vivir sin mí, puede comer, dormir, entrar y salir, al fin y al cabo es su casa y vivió desde mucho antes que llegara yo. Me temo que le tocará volver a eso, al menos un tiempo. Es hasta que me reponga. ¿Seré capaz?