Me llamo Fabricio, tengo 31 años, nací y viví parte de mi infancia en Calarcá Quindío Colombia, ahí crecí con mis padres hasta cumplir los 8 años; siempre fui uno de los mejores de la clase en la escuela. Siempre tuve una infancia muy feliz, sacaba buenas notas aunque a mis 8 años fuimos a vivir a armenia, allá seguí mis estudios solo con pequeños inconvenientes, ya que al ser casi siempre el más inteligente de la clase alguna vez quisieron amenazarme para que les hiciera las tareas a mis compañeros, que si no lo hacía amenazaban con golpearme o apuñalarme los más grandes. Mi actitud cambió hasta que al final tuve que contarles a mis padres lo sucedido cosa que fue lo mejor, aunque en ese momento así no lo veía, entonces ellos fueron al colegio y hablaron para resolver el problema, y finalmente pude terminar mis estudios sin ningún contratiempo. Pasé toda mi vida haciendo trabajos manuales con el porcelanicrón y la cerámica, no tuve la oportunidad de estudiar algo grande pero esto es algo que me gusta mucho y he podido hacer negocio de ello. Hace pocos meces antes de venir a Madrid tuve unos eventos bastante desagradables, porque por una parte, en el barrio donde vivía desafortunadamente hubo un enfrentamiento entre bandas delincuenciales, uno de mis hermanos fue alcanzado por una bala perdida y murió al instante; toda mi familia y yo quedamos devastados con lo sucedido. Por esos tiempos yo tenía una relación sentimental con una persona que al final terminó siendo tóxica, duré con ella casi un año pero ella era manipuladora, posesiva, impulsiva, celosa, viví con ella un tiempo pero estábamos en esto de terminar y volver varias veces hasta que me cansé, mis padres me aconsejaron que no volviera más con ella, que me alejara y eso hice; cambié mi número de teléfono, me fui a vivir con mis papás, a veces iba a buscarme a su casa pero ellos me negaban para protegerme. Una noche ella llegó tomada y drogada también, le dijo a mis padres que me dijeran que tenía que verla si o si, si no quería que el bebé que llevaba en su vientre que era hijo mío también, pagaría las consecuencias; ellos la miraron horrorizados sin poder creer lo que les estaba diciendo; se miraban entre sí sin poder creer lo que esta loca mujer les decía, como podía ser que jugara así con la vida de su propio hijo que niciquiera había nacido; y que también era el mío, su propio nieto, sangre de su sangre. Fue decir estas palabras y mientras ellos digerían la noticia, casualmente yo escuché cuando los amenazaba y me enfrenté a ella, le dije que como podía ser tan ruin de amenazarnos con nuestro propio hijo, y que fuera de eso apenas me enteraba que estaba embarazada de mí, que como podía ser que yo me enterara de aquella manera pero ya al final no importaba de qué manera me enteré, pero en el fondo sentía una alegría muy grande al saber que tendría un hijo o hija. Le dije que la denunciaría por amenaza y ella se puso a gritar como loca, golpeó a mi madre pero yo la defendí, después fui a llamar la policía y ella quiso huir, entonces salió corriendo en el estado en que estaba; unas calles más adelante no se dio cuenta que venía un carro a toda velocidad, arrollándola y dejándola inconsciente en el suelo. El tipo que la atropelló también iba borracho y lo metieron a la cárcel, hoy por hoy siento un gran cargo de conciencia, porque cuando la llevaron al hospital dijeron los médicos que había perdido a nuestro bebé; había perdido mucha sangre y claro, era por el aborto que tuvo debido al accidente, yo me siento muy culpable hoy por hoy, porque yo no quise hacer que se muriera mi hijo, yo solo quería denunciarla para que no nos molestara más.