desde siempre me gustaron los bebés y niños. cuando iba en el último año de colegio, me decidí a estudiar pediatría. salí del cole, y entré de inmediato a la universidad. no me iba tan bien pero me defendía. siempre fui de tener muchos amigos, y entre esos, conocí al padre de mis hijos
nos conocimos un par de meses y nos pusimos de novios. a los 2 años de relación, quedé embarazada. yo estaba feliz, pero siempre pensé que mi familia no lo iba aceptar, pero me equiboqué, estaban todos felices, incluso hasta él
tuve a mi martina a los 21. era una bebita hermosa, muy despierta, siempre la estimulábamos mucho para que creciera feliz. era la niña de mis ojos, siempre llegaba de la guardería con dibujos con felicitaciones, caritas felices y estrellitas, siempre la ebaluaron bien. cuando ella tenía 5, volví a quedar embarazada. ahí cambió todo…
en casa estábamos muy felices, menos martina… cambió su forma de ser, mientras estaba en los primeros cursos de colegio le iba bien en las calificaciones, pero el comportamiento, era horroroso, golpeaba a las niñas, peleaba con todos, y siempre decía que nunca iba a querer a su hermanita, por que ella era la regalona, que no la quería! a mi nunca me hacía caso, solo al papá…
luego nació Gael, era un gordito precioso, siempre fue muy tierno y apegado a mi. cuando martina supo que no era niña, se acercaba a su hermano, pero de a poco le hacía cariños. me ayudaba a vestirlo, y su comportamiento cambió para mejor. ahí ya, me pude quedar más tranquila
siempre tuve muy buena relación con el padre de mis hijos, pero cuando gael cumplió 4, todo comenzó a cambiar….
llegaba tarde a casa, no me contestaba el teléfono, empezamos a tener muchas discuciones. hasta, que un día salió al parque con martina y sin gael.
cuando volvieron ese día, la niña estaba muy extraña, pero cuando la fui a acostar, me contó llorando, que mientras ella jugaba con los otros niños en los juegos, miró hacia donde estaba su papito, y lo ve con una chica, se estaban abrazando. y nunca me olvidaré de sus palabras
martina dice con acento chileno: mamita, yo lo vi, mi papito estaba con esa chica, la abrazaba la besaba, de esos besos que te da a ti, y derrepente llega un niño de la edad de gael, y le grita papá, y corre a abrazarlo
martina sin dejar de llorar dice con acento chileno: mamita yo se que es mi culpa, por que yo me portaba mal, por eso el se buscó un hijo que se portara bien.
yo no sabía que hacer, solo la abracé, y ese día me acuerdo que me acosté con ella. martina no se podía estar equibocando, ya era una niña de 10 años, tampoco lo estaba inventando, la conozco, y esta vez, no lo hacía…
a los 2 días siguientes, dejé a los niños con mi hermana, y lo invité a salir, a comer por ahí. él no se lo esperaba, y llegó muy contento. ahí le pregunté si era cierto. nunca lo pensó, pero no me lo negó…
ese día para mi, fue terrible. se me terminaba mi consepto de familia. no hice escándalo, no pelié, no grité. solo le pedí que nunca dejara de ser papá, y que se fuera de mi casa… cuando volvimos a casa esa noche, los niños ya estaban dormidos. el solo me pedía disculpas, que no nos separáramos, pero para mi ese día, se murió todo. aunque yo no quería, esa noche, fue la última vez que me hizo el amor, nunca había sido antes así. sabía que era la última…
al otro día armó sus maletas, y al sentarse a conversar con los niños, martina no lo quiso escuchar, no lo miró, y se fue a su havitación. con gael, fue distinto, el era muy chiquito, solo le explicámos que papá ya no iba a vivir con nosotros, pero siempre lo iba a ver. quedó triste, por que no iban a dormir y jugar a diario, pero el siempre venía. solo martina lo rechazaba
esas vicitas comenzaron a escacear, y al final era una vez a la semana. gael, se acostumbró. martina siempre lo rechazaba, pero en las noches la escuchaba llorar. al principio ella se acostaba conmigo un rato, y luego se iba a su cama. pero su comportamiento para conmigo, era terrible
los niños seguían cumpliendo años, y martina se iba haciendo una señorita, pero con problemas de señorita caprichosa, me contestaba mal, era irrespetuosa, y por alguna extraña razón, decía que odiaba a su hermano… gael siempre ha sido un niño muy amoroso, y decía, mamita, aunque mi hermanita no me quiera, yo la amo. eso me partía el corazón…
una ves navegando por internet, salió que había un diplomado en españa, y lo tomé. así que armé mis maletas, las de los niños, y me vine a probar suerte. con gael, fue todo muy fácil, es un niño de 8 años muy simpático, tierno, y responsable. pero mi marti es mi dolor de cabeza constante, está en esa edad donde no sabe si ser niña, o es jovensita…
así que aquí estoy, en mi casa,que conseguí trepartiendo pizzas para imperium, yendo a vender cajas de vino a una bodega en Alcalá de henares, y por donde saliera trabajo, al final me compré este pisito en la torre de madrid, y día a día mi vida es algo distinto, no se si será una tormenta desenfrenada o un bello día de sol