Nueva escena de rol: SERENA Y MUY DECIDIDA

Punto de vista: Aletheia

Una acogedora Habitación.
Monse toca la puerta, abre un poco y asoma la cabeza.
Dices con acento catalán, «Pasa, Monse.»
Aletheia se levanta de la silla y deja el portátil en suspensión; se sienta en la cama y palmea el colchón a su lado para que Monse se siente.
Monse la mira.
Aletheia le coge de la mano.
Murmuras con acento catalán, «sé que te preocupas, en realidad que ambos os preocupáis por mí y eso no tengo como pagároslo; pero Monse, con el tiempo he aprendido que preocuparnos de más solo nos desgasta.»
Monse baja la mirada.
Monse murmura: «estás enfadada porque le comenté a Jean, verdad?»
Aletheia hace que Monse la mire a los ojos y niega.
Murmuras con acento catalán, «no estoy enfadada, pero me sabe mal que te preocupes de más cuando te digo que no es necesario, Monse.»
Monse la mira y suspira.
Monse murmura: «pero es que guardarse lo que uno siente o piensa y encima reprimirlo, eso no hace bien, Aletheia.»
Aletheia asiente.
Murmuras con acento catalán, «sí, eso es cierto; pero te digo en serio que no me estoy reprimiendo, ni tampoco estoy fingiendo una serenidad que no siento. en otro momento te daría la razón, pero ahora no es igual, Monse. Si te deja más tranquila, mañana retomo las consultas con mi terapeuta. con él, con vosotros yo sé que voy a sobrellevar estas cosas de la mejor manera. Y en poco tiempo lo habré gestionado.»
Monse asiente.
Monse dice: «están también tus compañeras de EPS, no?»
Aletheia asiente; piensa en Melany y en las demás y respira profundo.
Dices con acento catalán, «sí, aunque quizá este tema en particular con ellas no lo hable; ellas no lo saben, al menos no por mí, no sé si habrán notado alguna cosa, espero que no… me sentiría muy incómoda hablando de esto con ellas. Si fuese sobre un desconocido no me importaría mucho, pero ya me entiendes, verdad?»
Monse dice: «sí, vosotros sois un equipo, sería como incómodo porque el no es un desconocido para vosotras, sí. Creo que yo no podría llevar eso, viviría nerviosa todo el día, dios bendito.»
Aletheia sonríe.
Dices con acento catalán, «esa etapa ya la pasé, por fortuna.»
Dices con acento catalán, «mira, el problema con Jean, es que a él le cuesta mucho no sobreprotegerme. Y este tema es particularmente peliagudo para él.»
Monse dice: «sí, se le nota un poco que se pasa algunas cosas por el forro, ¿verdad?»
Aletheia asiente.
Monse dice: «no se llevan bien?»
Dices con acento catalán, «no, no… no se conocen en realidad. Se habrán visto dos veces si acaso; no es personal; es solo que Jean sabe lo mal que se pasa queriendo a alguien que no te corresponde y no quiere verme pasarlo mal; además, le pueden estas reacciones ásperas porque sabe que me afectan. entonces, Monse, yo no quisiera que las cosas se salgan de control sin necesidad… Me entiendes?»
Monse asiente y sonríe.
Monse dice: «típico de los hermanos, cuando a una la rondan saltan como fieras. Ya sé que este caso no es así, pero me refiero a…»
Monse se muerde el labio pensando que cometió una torpeza.
Aletheia le aprieta la mano.
Dices con acento catalán, «tranquila, entiendo a qué te refieres.»
Dices con acento catalán, «las cosas son como son, no pasa nada. él no me corresponde de ninguna manera, está bien asumirlo con naturalidad, esa es la realidad.»
Monse dice: «segura?»
Aletheia asiente.
Dices con acento catalán, «cambiando de tema, en un ratito iré a buscar mis cosas. Me traeré lo indispensable, luego iré a por ropa si acaso necesito.»
Monse sonríe ampliamente.
Dices con acento catalán, «Así que estaré un ratito fuera, para que le digas a Yordi y a los niños, ¿vale?»
Monse dice: «claro, tú no te preocupes de nada… Oye, no necesitas ayuda para traer tus cosas?»
Aletheia niega.
Dices con acento catalán, «es poco lo que traeré, la verdad. Lo que sí es que aprovecharé para llevarme la ropa sucia y lavar allí; al menos la de Franc y la mía.»
Monse asiente.
Monse dice: «La pondré en una bolsa grande, así luego te la traes de vuelta allí.»
Dices con acento catalán, «Perfecto. Espero y luego salgo para allí.»
Monse sale de la habitación, regresa al poco con una bolsa llena de ropa.
Aletheia ve la bolsa y coge el móvil, lo desbloquea y pide la autorización.
[EFU] Aletheia: «Permiso para abandonar zona s.y. aldea esperanza, destino Finca El Renacimiento.»
[EFU] Aras: «s.y. autoriza la solicitud.»
[EFU] Aletheia: «Copiado.»
Aletheia sale de la vivienda, camina con algo de prisa, el frío está helándole las mejillas.
Aletheia se despide de unos soldados y abandona la aldea.
Un rato después, ya en la finca…
Aletheia está terminando de meter la ropa que se llevará en una mochila. Se sienta en el borde de la cama y mira la urna de Ives.
Murmuras con acento catalán, «si supieras cuánto te echo de menos. y la fuerza que me inyecta pensar en ti, recordar tantas cosas… si pudieras ver a nuestro hijo, es fantástico, Ives.»
Aletheia pasa muchísimo rato desahogando sus más profundos sentimientos y pensamientos frente a la urna de Ives.
El ruido de la secadora le saca de su ensimismamiento.
Aletheia baja de la habitación con sus cosas, recoge la ropa de la secadora y la guarda en la bolsa.
Aletheia deja todo en el pasillo y entra al despacho.
Aletheia desconecta la impresora y coge los portátiles, guarda los portátiles en otra mochila.
Aletheia coge copia de las llaves de la casa, sale un momento, habla con Marta, le explica y se las deja.
Aletheia revisa que esté todo cerrado y sale de la casa, cierra con llave y mete todo en el todoterreno.
Aletheia pide la autorización para ingresar a la aldea y abandonar la finca, cuando se la otorgan arranca el motor y pisa el acelerador…
Una hora después…
Una acojedora habitación.
Aletheia enciende uno de sus portátiles, vista la reacción de Aras con el epslog, decide escribirle por correo para plantearle algunas cosas; quizá así se minimicen los roces y las tensiones.
[4] Acceder a internet.
{Accediendo a Internet…}
[5] Cliente de correo
Bienvenido a su correo electrónico.
[1] Consultar su correo.
[2] Enviar un correo.
[Escribe el destinatario del email]
Aras
[Escribe el asunto del email]
Traslado aldea
Buenas noches, Aras.
Te ofrezco disculpas de antemano si esto te hace perder tiempo, pero creo que no es tema de publicar en epslog, más sí de informarte como jefe de seguridad de EPS.
A partir de esta semana, me trasladaré a la aldea. dos días a la semana iré a la finca para ocuparme de la casa y por razones de espacio y practicidad solo me llevaré lo indispensable.
Dejaré una copia de las llaves a Marta por cualquier eventualidad.
Me gustaría saber si necesitas que te pase por escrito los días que pasaré por la finca, o si basta con solicitar la autorización de acceso.
También quería notificarte que quiero ocuparme de los restos de Ives lo más pronto posible y dada la situación actual, no me parece apropiado solicitar apoyo a los soldados para este tipo de tareas, por lo que me pregunto si puedes autorizar a uno de los refugiados a que me colabore; me he recuperado pero aún no cuento con fuerza suficiente para cavar en el jardín.
No sé si estarás de acuerdo con que la notificación del día y hora en que se efectúe el sepelio se realice por mensaje privado y no por EPSlog dada la naturaleza de la notificación.
Gracias por tu tiempo.
Saludos, Aletheia.
Correo enviado.
[Escribe el destinatario del email]
Aras
[Escribe el asunto del email.]
Viaje a cariñena
buenas noches de nuevo, Aras.
Aunque este es un asunto personal que no incumbe a EPS, me gustaría consultarte si crees conveniente dada la situación actual que viaje a Cariñena, Aragón. son unas 3 horas y algo de vviaje en coche. El motivo es llevar los restos de mi padre. No sé si recordarás que os comenté a ti y a Arais que había pensado llevarlo a Barcelona.
He podido contactar con unas personas allí y he explicado el caso, y no tienen problema.
Sé que tanto tú como Arais se ofrecieron a acompañarme, pero entiendo que en este momento os es imposible hacerlo y bueno, sé que no dejarías a Arais sola, así que puedo viajar con alguna de las personas que vive donde me estaré quedando en la aldea, lo que no quiero es tomar riesgos sin necesidad y ocasionar problemas a s.y. o a F.U. ccreo que esa zona no está custodiada por ninguna de las dos organizaciones, pero imagino que tendrás un panorama claro de la situación en general y podrías indicarme si te parece o no prudente.
Gracias por tu tiempo.
Saludos, Aletheia
Correo enviado.
Monse entra en la habitación luego de tocar la puerta, deja una pequeña bandeja.
Aletheia sigue en su pequeño escritorio tecleando algunas instrucciones.
Monse la observa.
Monse dice: «la tierra hablando a Aletheia.»
Aletheia se gira en la silla y sonríe.
Dices con acento catalán, «Perdona, Monse. cuando me siento aquí tiendo a aislarme del mundo.»
Monse dice: «comienzo a darme cuenta… eso hace que duermas poco y te saltes las comidas, ¿verdad?»
Aletheia respira profundo.
Dices con acento catalán, «en ocasiones sí.»
Monse asiente.
Aletheia comienza a comer.
Monse dice: «me las ingeniaré para que al menos las comidas no te las saltes.»
Aletheia se ha terminado lo que Monse le llevó.
Aletheia se levanta de la silla y se sienta en la cama junto a la mujer.
Murmuras con acento catalán, «no tienes que hacerlo, a partir de ahora muchas cosas van a cambiar en mi vida; de las primeras es esa, cuidar mucho mejor de mí misma. siempre lo hice; lo volveré a hacer. Y no, no arrugues la carita… no es por rechazar tus cuidados, es que no quiero darte trabajo de más. Ya te ocupas de la casa, de los niños y de Yordi.»
Monse pasa un brazo por su cintura, Aletheia hace lo mismo.
Monse murmura: «siempre quise tener una hermana, porque era la única chica en casa además de mi madre; déjame disfrutar de esto, que rara vez se topa uno en la vida con personas a quienes se les pueda considerar familia.»
Aletheia se emociona.
Aletheia se separa de Monse.
Dices con acento catalán, «vale, pero si empiezas a portarte como Jean, hablaré con Yordi para que te azote el trasero.»
Monse se sonroja un poquito.
Monse dice: «calla, no le des ideas que él es ya lo bastante creativo en esos temas.»
Aletheia ríe bajito, no quiere despertar a los niños.
Monse sonríe.
Monse la mira.
Monse dice: «tenías mucho trabajo pendiente?»
Monse señala el portátil.
Aletheia niega.
Dices con acento catalán, «no estaba trabajando, enviaba unos correos al señor Santana.»
Aletheia cambia fugazmente de expresión.
Monse la mira de nuevo.
Monse dice: «problemas?»
Dices con acento catalán, «no, solo le informaba del traslado y le consultaba algunas cosas. Espero que no sea otro problema; intento que se minimicen los roces, pero parece que no logro mucho, la verdad.»
Monse dice: «por qué dices eso?»
Aletheia inspira profundo.
Aletheia le comenta lo sucedido más temprano.
Monse aprieta los labios.
Monse dice: «debe estar muy agobiado.»
Mmurmuras con acento catalán, «ni idea, imagino que sí.»
Monse ve una libreta sobre el escritorio.
Monse dice: «y eso?»
Aletheia se fija en lo que señala Monse.
Dices con acento catalán, «Es como una especie de diario, me lo sugirió mi terapeuta para poder expresar lo que pienso y siento muchas veces, lo que me guardo.»
Monse la observa fijamente.
Monse dice: «te guardas mucho, verdad?» con nosotros hablas, pero siempre me queda la sensación de que nos dices apenas un poquito de todo lo que piensas y sientes.»
Aletheia asiente.
Dices con acento catalán, «pero no es por desconfianza, lo sabes, verdad?»
Monse asiente.
Monse la mira a los ojos.
Monse dice: «eres una mujer compleja, con un mundo interior lleno de cosas, eso es todo.»
Monse se levanta y coge la bandeja.
Monse se inclina y le da un beso en la frente.
Monse dice: buenas noches, Aletheia.»
Dices con acento catalán, «buenas noches, Monse.»
Monse sale y cierra la puerta.
Aletheia vuelve a la silla, suspende el portátil y coge su libreta.
Aletheia la abre y busca la última página.
Aletheia coge un bolígrafo.
Aletheia comienza a escribir.
Aletheia lee en voz casi inaudible:
Qué tontos somos los seres humanos, siempre anhelando aquello que no podemos tener.
Así eres tú para mí, un anhelo inalcanzable.
Cuántos mecanismos de autoengaño podemos tener los seres humanos para no enfrentar lo que nos duele.
Podría quejarme y decir que preferiría seguir pensando que es solo una fuerte atracción y que no hay ninguna implicación, pero entonces seguiría atada a algo que no tiene sentido ni razón de ser y eso, es algo que definitivamente no quiero ni merezco.
Tantas preguntas sin respuesta que tengo que resolver.
¿Por qué tú? ¿por qué fijarme en alguien para quien ni siquiera existo como mujer?
A eso no le encuentro respuesta ni explicación. Quizá no la tenga, y quizá no tenga eso la menor importancia.
¿Estoy a tiempo de pisar el freno para no sentir nada más?
Espero que sí; seguramente será así, porque como decía mi querido Gabriel, hasta el amor más profundo muere de inanición, este caso no será la excepción a la regla.
Nos encanta creer que el amor es incondicional, que así es el amor verdadero, eso nos venden en todos lados.
Pero no, hay demasiadas formas de amar… y todas tienen un pilar en común, amarse a sí mismo primero para poder amar a alguien más.
¿Será acaso que no sé lo que quiero?
A esta pregunta sí que le tengo respuesta.
Quiero amar a alguien que me ame, alguien que esté dispuesto a luchar a mi lado… alguien que valore y que me valore, a quien admire y que me admire.
Quiero amar a alguien que me vea como su igual, no omitiendo nuestras diferencias, sino entendiendo que no se trata de ir adelante o atrás, de estar arriba o abajo, sino de caminar uno al lado del otro.
Quiero querer a alguien a quien respetar y que me trate con respeto, no a alguien que viva despreciándome porque no cumplo sus expectativas del deber ser, de un ideal, probablemente inalcanzable o por cualquier detalle insignificante.
Quiero un compañero, pero también quiero un amigo. alguien con quien compartir las tristezas, las alegrías, las rabias; lo bueno y lo malo. Alguien que transite mi laberinto más interno y que a su vez, me deje transitar en el suyo.
Quiero tantísimas cosas…
¿La realidad?
Si tuviera que deciírtelo a la cara… qué te diría?
Todo lo que quiera y más es algo que tú no me vas ofrecer.
En primer lugar porque no hay atracción mutua, ni interés, ni afecto, al menos eso es lo que percibo yo, lo que concluyo de lo que observo.
En segundo, porque así lo has decidido poniendo como excusa tu trabajo y eso es algo que aunque pueda no estar de acuerdo, merece todo mi respeto.
Espero que pronto llegue a tu vida alguien que te haga cambiar de opinión, alguien que te devuelva las ganas de enfocarte en la vida y no en la muerte que, a fin de cuentas camina tras nosotros siempre.
Espero que para ese momento yo ya no sienta lo que siento ahora por ti, porque tiene que ser difícil ver a alguien que quieres ser feliz con alguien más.
Si acaso sucede, pues tal como estoy haciendo ahora, aprenderé a vivir con ello.
No estoy triste, es curioso, quizá es que el desconcierto me tiene todavía bajo los efectos del shock, o quizá es que he cambiado mucho más de lo que yo misma imaginaba.
Tampoco voy a azotarme, eso no tiene sentido alguno. Siento cosas por ti, no quiero sentirlas pero las estoy sintiendo. Mejor asumirlo y trabajar para cambiar eso que agredirme por algo que no busqué intencionadamente.
Estoy serena y muy decidida a salir adelante y eso es lo que más me importa.
Aletheia cierra su libreta y deja el bolígrafo encima.
Aletheia mira la hora, se levanta y se pone el pijama, se tumba en la cama y comienza a meditar hasta que al final se queda dormida.