Nueva escena de rol: Ser o no ser un completo gilipollas

Punto de vista: Gina.

Un bonito apartamento de estilo sobrio
Es un piso de tamaño estándar. cuenta con dos habitaciones (una sencilla y la otra matrimonial con su baño incorporado), un baño para las visitas, una cocina equipada con todo lo necesario y un confortable salón, en el que una chimenea brinda calor durante la época invernal. el suelo de madera de roble macizo, contrasta con el marfil de las paredes y el marrón clásico de los muebles de nogal que aportan el estilo sobrio a la decoración. Unas puertas corredizas de cristal templado dan acceso a una pequeña terraza desde donde puede verse parte de la ciudad y donde hay varios maceteros con flores de diversos colores.
Ves Un cuadro con un paisaje boscoso, Una lámpara de sal en forma de iceberg, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Una chimenea decorativa de piedra y Una fuente de bambú con tallas de madera aquí.

Abres la puerta.
Sales de la casa.
La planta número 12
Ves Un apartamento confortable, Un apartamento de estilo minimalista, Un pisito coqueto, y Un bonito apartamento de estilo sobrio aquí.

Cierras la casa.
Pulsas el botón del elevador y este se pone en movimiento.

el ascensor de la torre de madrid llega y las puertas se abren.
entras en el ascensor de la torre de madrid.
el ascensor de la torre de madrid
Gina aprieta el botón de la planta baja.
El ascensor cierra las puertas y se pone en marcha.

el ascensor de la torre de madrid para en Torre de Madrid. y las puertas se abren.
sales del elevador.
Comunidad de Madrid; Torre de Madrid.
Ves un tablón de anuncios y el ascensor de la torre de madrid aquí.
La temperatura es agradable y el cielo se ha despejado.
Comunidad de Madrid; Plaza de España.
La plaza de España es un amplio espacio ajardinado en el casco histórico de la ciudad, en el distrito moncloa-Aravaca. Esta plaza une la Gran Vía con la Calle de la Princesa. Este es un lugar bastante concurrido independientemente de la época en que nos encontremos.
Gina mira su reloj y ve que son las 12:45.
Gina aprieta el paso.
Comunidad de Madrid; Plaza de Castilla.
Ves obelisco de Calatrava y Monumento a Calvo Sotelo aquí.
escuchas jaleos y gritos cerca de aquí.
Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz.
Te encuentras en un centro hospitalario de titularidad pública, situado en el distrito de Fuencarral El pardo. Está administrado por el Servicio madrileño de salud y es uno de los principales hospitales de referencia. También es centro de referencia nacional e internacional en varias áreas específicas de elevado nivel de desarrollo científico y tecnológico. Aquí es donde te puedes reavilitar si has sufrido una lesión grave. Si no estás curado del todo no podrás salir de este lugar hasta que termine tu periodo de observación.
Gina vuelve a mirar su reloj y ve que son las 13 en punto. suspira y camina con diligencia hasta el servicio.
Varias personas andan de un lado a otro en la planta principal del hospital.
La aglomeración en este lugar te impide identificar a personas concretas.
Varias horas después…
El reloj de la pared marca las 17:30.
Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz; Servicio de Odontología.
Consultorio Odontológico.
Observas un espacio bien iluminado con luz natural, aunque posee iluminación artificial con luz blanca. Las paredes son de un verde agua muy tenue y tienen colgadas acuarelas paisajísticas en lugar de los típicos cuadros de dientes y tratamientos orales. En la pared del fondo está un ventanal que permite visualizar parte de la plaza Castilla. A la derecha, un escritorio pequeño, con su silla, un ordenador y una impresora, además de un sachetero eléctrico, un pequeño florero con un girasol y algunos juguetes achuchables. A la izquierda, la silla odontológica tapizada en un azul cielo, con su lámpara y su escupidera, además de la mesilla de trabajo y el taburete rodante. Pegado a la pared, un armario con el instrumental y el material odontológico. Junto al armario, un pequeño lavamanos y un mesón donde se observa la lámpara de resina y el autoclave. Lo más destacable de este consultorio es que no suele ofrecer el aroma característico a dentina y esmalte quemado, ni a pasta dental de zinquenol.
Gina afloja el pie del pedal y la turbina deja de girar.
escuchas música cerca de aquí.
Gina suspira al escuchar la música, pero se apresta a terminar la obturación de la cavidad.
El paciente también suspira, está algo cansado de seguir con la boca abierta.
Gina reacomoda el eyector de saliva, seca con la jeringa triple la superficie dentaria, coloca el aislamiento absoluto con la grapa y empieza a preparar la superficie con ácido para luego colocar la resina.
Gina coge la lámpara de resina, se coloca las gafas protectoras e indica al paciente que por favor cierre los ojos.
Gina activa la lámpara y fotocura la capa de resina que colocó luego de lavar el ácido.
Gina repite la operación varias veces.
Gina deja la lámpara en su lugar, retira el aislamiento y toma una tira de papel de articular, haciendo que el paciente lo muerda repetidas veces.
Gina coge el espejo y verifica los puntos de contacto.
Gina coge la turbina, cambia la fresa por un disco de pulir y rebaja los puntos de contacto.
Gina vuelve a verificar la oclusión con la tira de papel y sonríe.
Gina deja la turbina colgada en la mesilla de trabajo, retira el eyector de la boca del paciente y eleva el espaldar de la silla.
El paciente suspira, aliviado.
Gina retira el babero protector del paciente y levanta el apoya brazos para que pueda ponerse en pie.
Gina se retira las gafas protectoras y el tapabocas.
Dices con acento Madrileño, «Si llegas a sentir molestia, vuelve a pedir número, ¿vale? Todavía nos falta el otro cuadrante, pero creo que ha sido suficiente para ti y para mí hoy.»
El paciente asiente.
El joven la mira con intensidad.
El joven dice: «sí que te puedo invitar un café, ¿no?»
Gina mantiene la sonrisa.
Dices con acento Madrileño, «No sé yo si a tu madre le haría mucha gracia, Josué. Pero te agradezco la intención.»
El joven dice: «Ya casi tengo 18, además, solo sería un café. Ahí en el club nuevo hay cosas buenísimas, mi hermano fue con su chica el otro día.»
una brisa acaricia tu cara
Gina se pone en pie, recoge el instrumental y lo deja en el lavamanos, se retira los guantes y coge el tapabocas y los tira en la basura.
El joven la mira, espectante.
Gina se acerca a la salida, abre la puerta del consultorio y se detiene a un lado, esperando a que el chico salga.
El joven resopla como tantas otras veces y se acerca a la puerta.
El joven dice: «nos vemos la próxima cita, Gina.»
Dices con acento Madrileño, «seguro que sí, Josué. Ve con cuidado.»
El chico sale del consultorio.
Gina suspira profundo y va a cerrar la puerta cuando una bota detiene el avance.
Fabián asoma la cabeza entre el espacio que queda.
Gina alza una ceja, inquisitiva.
Fabián dice: «Qué, ya terminaste con tu última tortura? o Todavía te queda alguna víctima.»
oyes sirenas cerca de aquí.
Gina mira a Fabián con gesto serio.
Dices con acento Madrileño, «idiota.»
Fabián sonríe.
Fabián dice: «Ya, pero soy un idiota que te cae bien, no lo puedes negar.»
oyes sonidos de obra y maquinaria de construcción
Gina se gira para terminar de poner orden antes de salir de su turno.
Fabián entra y cierra la puerta tras de sí.
Gina lo mira por encima del hombro, mientras limpia el instrumental y lo pone a esterilizar en el autoclave.
Fabián se acerca al ventanal.
Dices con acento Madrileño, «qué te tiene tan atribulado, Fabi? »
Gina mira su reloj un instante.
Fabián segira y la mira.
Fabián dice: «tanto se me nota?»
oyes una discusión a lo lejos
Gina se encoge de hombros.
Dices con acento Madrileño, «en otros tiempos a esta hora andarías ejercitándote en algún lugar y no aquí.»
Fabián dice: «todos cambiamos, ¿no?»
Gina lo mira y asiente.
Gina se lava las manos y se las seca con papel absorvente que luego tira en la basura.
Gina se gira para verlo a los ojos.
Dices con acento Madrileño, «el asunto es, has cambiado para bien? O empiezas a imitar a los cangrejos.»
Fabián la observa; en sus ojos se nota que algo le preocupa.
Gina se le acerca y estira el brazo para acariciarle el rostro.
Dices con acento Madrileño, «venga, vamos a por un café y así me lo cuentas todo.»
Fabián asiente y sale junto a Gina del consultorio.
Gina cierra la puerta del consultorio tras de sí.
Fabián y Gina van caminando por la planta principal.
Un celador va a toda pastilla empujando una silla de ruedas que lleva a un niño de unos ocho años, sin cabello y riendo de pura dicha mientras finge conducir un coche.
El celador dice: «Venga, pequeñajo, aprieta el acelerador de este monoplaza, que vamos ganándole a tu coleguita, eh?»
Otro celador va tras la primera pareja, sudando a más no poder con otro crío un poco más pequeño, que le apura sin cesar, fingiendo también que conduce.
escuchas música cerca de aquí.
El celador gira la cara y grita: «¡Ponte a dieta, Paquirri!, ¡Que así no se conduce un monoplaza de estos, colega!»
El celador aprieta el paso y el otro le sigue, mientras los críos ríen.
Gina mira la escena y niega con la cabeza.
Murmuras con acento Madrileño, «no sé como no le han echado todavía.»
Fabián la observa de soslayo.
Fabián dice: «Porque hace bien su trabajo y esas locuras, levantan el ánimo en las situaciones más insospechadas. No hay mejor medicina que la alegría, ya lo sabes.»
Gina se gira y asiente a Fabián.
Ambos salen del hospital.
Comunidad de Madrid; Plaza de Castilla.
Ves obelisco de Calatrava y Monumento a Calvo Sotelo aquí.
La temperatura es agradable y el cielo se ha despejado.
oyes una discusión cerca de aquí
Gina y Fabián caminan en dirección a la plaza Independencia.
Comunidad de Madrid; Plaza de la Independencia.
Ves un todoterreno reacondicionado, Furd Fufa, y Rinault Migane aquí.
Sláinte Social Club
Te encuentras en la entrada a Sláinte Social Club. Aprecias un gran cartel rotulado en neones azules y verdes que forman un sistrel, cuyos espirales soportan dos copas unidas en un brindis. Las puertas de vidrio templado con efecto espejo, impiden observar hacia el interior y están custodiadas por sendos guardias de seguridad que controlan la entrada y salida de personas.
Entras.
Fabián entra tras Gina.
Sláinte social club – Planta Principal
Gina mira hacia el café, Fabián le sigue de cerca.
Sláinte Café & Lounge
Observas un espacio acogedor decorado con buen gusto. Varias mesas de madera de nogal acompañadas de confortables sillas tapizadas en azul medianoche, te permiten pasar un rato agradable disfrutando de la amplia variedad de bebidas frías o calientes, así como otro tipo de consumiciones para acompañar tus bebidas.
Un camarero les recibe y les acompaña a una mesa para dos personas.
Fabián separa una silla para Gina y en la otra se deja caer pesadamente.
El camarero deja la carta en la mesa y se retira.
Gina ojea la carta y sube la mirada.
Fabián tiene la mirada algo perdida.
Dices con acento Madrileño, «bueno, vas a soltar lo que te está royendo la mente, o te lo tendré que sacar a cucharadas.»
Fabián bufa, irritado.
Fabián dice: «Pasa que soy un cerdo y de paso un completo gilipollas, Gin, eso pasa.»
Gina hace señas al camarero.
El camarero se acerca.
Dices con acento Madrileño, «dos cafés irlandeses, por favor.»
El camarero apunta el pedido.
El camarero dice: «¿Algo más?»
Dices con acento Madrileño, «Por ahora no, gracias.»
El camarero asiente y se aleja.
Gina mira a Fabián.
Dices con acento Madrileño, «A ver, cómo es eso de que eres un cerdo? Explícate mejor.»
Fabián le cuenta lo que ocurrió en su piso con Aymara.
Gina silba bajito, mirando a Fabián.
el camarero trae los cafés y los deja frente a cada uno.
El camarero se aleja a atender a otra mesa.
Gina acerca su café y coge la cucharilla.
Fabián mira el café pero aún no se anima a cogerlo.
Dices con acento Madrileño, «Imagino que lo de gilipollas es por cómo trataste a Aymi, ¿no?.»
Fabián murmura: «Por eso y por todo, Gin.»
Gina lo mira, mientras va comiendo la crema del café.
Dices con acento Madrileño, «Te diré lo único por lo que me pareces un verdadero gilipollas.»
Fabián alza la mirada del café y la observa.
Dices con acento Madrileño, «Por azotarte con algo que puede ser perfectamente natural, Fabián. Aymi es una mujer como cualquier otra, es atractiva, dulce, inteligente. ¿Crees que por su ceguera va a ser menos apetecible para ti o para cualquiera? Si crees eso entonces sí, eres un redomado gilipollas.»
Fabián dice: «tú no entiendes, Gin, es Aymi, es mi paciente, vive con Irina y de paso…»
Gina lo mira mientras lame la cucharilla, disfrutando del café.
Dices con acento Madrileño, «Y de paso es ciega, ¿no? Te hacía menos prejuicioso, Fabi.»
Fabián resopla, sintiéndose incomprendido.
Fabián comienza a comerse la crema del café.
A Gina comienza a hacerle gracia la actitud de Fabián.
Dices con acento Madrileño, «Dime una cosa, pero sincérate de verdad. Te frustra haberle fallado un poquitín a las expectativas de Claudia?»
Fabián lame la cucharilla y la mira.
Fabián dice: «Claudia es una mujer hermosa, pero es tan desabrida…»
Gina lo mira.
Dices con acento Madrileño, «Entonces para que te fuiste con ella a la cama?»
Fabián sorbe de la taza.
Fabián dice: «Porque ese aspecto no se ve a simple vista, Gin. Claudia es preciosa, es sexy y en apariencia da a entender otra cosa. en la cama no tiene espíritu, no hay pasión en ella. Es una sumisa demasiado insípida.»
Dices con acento Madrileño, «Comprendo… de paso, son cosas mías o pareces sexualmente insatisfecho desde que la paraguaya se fue.»
Fabián bufa.
Fabián dice: «en ocasiones tienes la lengua demasiado suelta, Gin.»
Gina ríe bajito.
Gina sorbe de su taza y suspira con satisfacción.
dices con acento madrileño, «Bueno, alguien tiene que animarse a decirte las cosas de frente y Moreno no está por el momento, así que me tomo el atrevimiento.»
Fabián dice: «Ya, si no me lo tienes que decir, se nota tu intención.»
Gina lo observa con más detenimiento.
Dices con acento Madrileño, «A ver, apartando lo de Claudia y la cagada de no reconocer que te equivocaste con Aymi, por qué te fastidia tanto tu reacción?»
Dices con acento Madrileño, «Es evidente para quienes te conocemos que estás irritable, frustrado sexualmente a pesar de haber incrementado tu número de conquistas, cosa poco habitual en ti. Algo tiene que estar jodiéndote mucho, Fabi.»
Fabián coge la taza y da un trago largo.
Fabián mira a Gina.
Fabián dice: «No sé si la expresión justa es que me fastidia, Gin.»
Dices con acento Madrileño, «¿y entonces?»
Fabián deja la taza en la mesa.
Fabián dice: «siempre he sido un hombre controlado. Incluso con aurora que me despertaba el instinto y las ganas mantuve siempre el control. con ella no pude. me cogió de sorpresa.»
Gina bebe otro trago de café.
Dices con acento madrileño, «touchè, lo que te fastidia es perder el control. que te comience a gobernar la entrepierna.»
Fabián dice: «Eso y un poco lo que pensarían los demás, ya sabes que si no se hubiese perdido la clínica, Manuel le habría dado el puesto de Ingrid.»
Fabián dice: «Habría sido parte del equipo y ya sabes lo que piennso al respecto.»
Gina hace un gesto con la mano, restando importancia.
Dices con acento Madrileño, «Ya sabes que no somos prejuiciosos, Fabi; no no suses de excusa. Además, para tu información, ella es parte de la familia, por así decirlo. Trabaje o no para nosotros en el futuro, esa mujer se ha ganado el afecto de todos nosotros.»
Fabián dice: «No es una excusa, Gina. Por eso mismo es que no puedo permitírmelo. Te aseguro que ahora mismo la mujer de Moreno querrá colgarme por los cojones.»
Fabián suspira.
Fabián dice: «sin mencionar a Irina que se marchó avergonzada y furiosa.»
Gina lo mira y asiente.
Dices con acento Madrileño, «pero no porque te hayas empalmado viéndola, sino por la forma en que la trataste luego. Te desquitaste con ella.»
Fabián se pasa la mano por la cara.
Fabián dice: «qué coño voy a hacer ahora?»
Gina se termina el café.
Dices con acento Madrileño, «Para empezar, dejar de preocuparte. Lo que ocurrió con ella no tiene por qué repetirse, ha podido ser una simple reacción transitoria.»
Fabián la ve con el cejo fruncido, cierta inquietud se le refleja en la mirada.
gina lo observa y alza las cejas, sorprendida.
Dices con acento Madrileño, «No es primera vez que te ocurre?»
Fabián niega, un poco exasperado.
Fabián dice: «Me ocurrió la primera vez cuando le di el alta en la clínica. Pero no le di importancia.»
Gina lo mira, aún más sorprendida.
Fabián dice: «Pensé que era la excitación del momento, costó tanto que se recuperase, Gina.»
Gina no sale de su estupor.
Fabián la mira a los ojos con intensidad.
Fabián dice: «Verla salir bien, risueña así como suele ser ella, fue algo increíble. me dio un subidón como cuando hago ejercicio extremo.»
Gina se recuesta del espaldar de la silla, observándolo.
Dices con acento Madrileño, «Bueno, tengo entendido que vosotros podéis experimentar erecciones sin razón aparente, ¿no? Incluso durante varias veces al día.»
Fabián asiente con la cabeza.
Fabián dice: «Pero eso es así más durante la pubertad, Gina. No puede decirse que yo sea un púber.»
Gina lo mira, comprensiva.
Fabián dice: «en etapa adulta, las erecciones van asociadas a un estímulo. Visual, mental, táctil, olfativo. siempre hay algo, aunque no siempre lo reconozcamos.»
Gina lo escucha con atención.
Dices con acento Madrileño, «Bueno, pero quizá en ese momento es como dices, te emocionaste, te dio un subidón.»
Fabián cierra los ojos evocando su memoria.
Gina se fija en su expresión.
Dices con acento Madrileño, «Y después?…»
Fabián se termina el café.
Fabián inspira profundo.
Fabián dice: «Después apareció Aurora y eso copó mi atención por completo.»
Gina hace señas al camarero para que lleve la cuenta.
Dices con acento Madrileño, «¿y Ahora?»
Fabián la mira y es evidente que siente algo de culpa y eso lo descoloca.
Dices con acento Madrileño, «Seme sincero, te ha vuelto ha ocurrir?»
Fabián asiente.
Fabián murmura: «no llevaba demasiado tiempo yendo a la casa. Llegué de mi guardia y estaba allí, tendiendo mi cama… el sol le daba en las mejillas al entrar por la ventana… su rostro, su aroma. Me quedé ahí, inmóvil y ya te imaginarás. Se giró y me habló, como si hubiese sabido que estaba allí, espiándola.»
Dices con acento Madrileño, «Y qué hiciste?»
Fabián niega con la cabeza.
Fabián dice: «Nada, le hablé y ella sonrió, se me acercó pero mantuve las distancias no recuerdo con cuál excusa.»
Dices con acento Madrileño, «Y ahora qué vas a hacer?»
Fabián se encoge de hombros.
Fabián dice: «ahora nada, gina. Ella es mi paciente, o lo fue, no estamos para complicar las cosas.»
Gina saca su monedero cuando el camarero se acerca, mira la cuenta y saca el dinero.
El camarero recoge el pago y se aleja hacia el mostrador.
Gina mira a Fabián.
dices con acento Madrileño, «Vas a dejar de verla? o a atragantarte con el morbo y la lujuria por ser un cabezotas.»
Fabián palmea la mesa, provocando que los platos choquen un poco.
Fabián dice: «No lo sé, gina. si lo supiera no me sentiría con tanto desasosiego.»
Fabián se vuelve a pasar la mano por la cara.
gina le toma de la otra mano.
Dices con acento Madrileño, «Venga, Fabi. Háblalo con ella.»
Fabián murmura: «y qué coño quieres que le diga, Gina? que me empalmé al verla, al olerla? Que por eso me desquité con ella,porque me irrita mi falta de control? que la veo y me da morbo recrearme con ella? Aymi no es para eso, Gina, ella necesita otra cosa.»
Gina lo mira con severidad.
Dices con acento Madrileño, «No la subestimes de esa forma, Fabián, deja que sea ella quien decida para qué es y para qué no es, que sea ella quien diga qué necesita.»
Fabián baja la mirada, avergonzado.
Fabián dice: «No tengo cara para decirle eso, Gina. Ni siquiera sé como disculparme por haber sido tan idiota esta mañana.»
Gina lo mira, comprensiva.
Dices con acento Madrileño, «encontrarás la forma, te conozco y siempre afrontas lo que se te presenta. Aymara no es una mujer rencorosa, Fabián.»
Fabián suspira.
Fabián dice: «No, pero se fue dolida, Gina, lo vi y eso es lo que más me sacude por dentro. La he jodido pero bien.»
Gina le da un par de palmadas en la mano a Fabián.
Dices con acento Madrileño, «venga, vamos a casa. Ya pensaremos en una forma de que te disculpes primero y de que hables con ella después.»
Fabián se levanta.
gina se levanta.
Ambos salen del café, rumbo a la torre.
Sláinte social club – Planta Principal
Sales.
Fabián sale.
Sláinte Social Club
Comunidad de Madrid; Plaza de la Independencia.
Ves un todoterreno reacondicionado, Furd Fufa, y Rinault Migane aquí.
La temperatura es agradable y el cielo se ha despejado.
Fabián y Gina caminan a buen paso por la acera.
Comunidad de Madrid; Plaza de España.
Comunidad de Madrid; Torre de Madrid.
Ves un tablón de anuncios y el ascensor de la torre de madrid aquí.
El ascensor de la torre de madrid ya está aquí.
Entras en el ascensor de la torre de madrid.
Fabián entra en el ascensor de la Torre de Madrid.
El ascensor de la torre de madrid
Fabián pulsa el botón de la planta número 8. Después pulsa el de la planta número 12.
El ascensor cierra las puertas y se pone en marcha.

Fabián le da un beso a Gina en la mejilla.
Fabián dice: «Gracias por aguantarte mi chalalá hoy, que no me soporto ni yo mismo.»
Dices con acento madrileño, «vah, esto te costará una copa ahí en el club nuevo.»
Fabián dice: «es un hecho.»
El ascensor de la torre de madrid para en La planta número 8 y las puertas se abren.
Fabián sale del elevador y le hace un gesto a Gina con la mano despidiéndose.
El ascensor cierra las puertas y se pone en marcha.
el ascensor de la torre de madrid para en La planta número 12 y las puertas se abren.
sales del elevador.
La planta número 12
Ves Un apartamento confortable, Un apartamento de estilo minimalista, Un pisito coqueto, Un bonito apartamento de estilo sobrio, y el ascensor de la torre de madrid aquí.

Gina saca las llaves de su bolso y camina hacia la puerta de su piso.
Abres la puerta de la casa.
Entras en la casa.
Un bonito apartamento de estilo sobrio
Ves Un cuadro con un paisaje boscoso, Una lámpara de sal en forma de iceberg, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Una chimenea decorativa de piedra y Una fuente de bambú con tallas de madera aquí.

Cierras la puerta.
Gina deja el bolso en la mesa y va hacia su cuarto.
Gina se cambia de ropa y va hacia la terraza, coge el rociador y comienza a atender sus flores.
Gina se queda pensativa un instante.
Murmuras con acento Madrileño, «No quiero ni imaginar como va a ponerlo García cuando se lo encuentre.»
Gina se inclina sobre sus flores y sonríe imaginando lo que le espera a su amigo.