punto de vista. arnulfo
arnulfo duerme después de la noche romántica que acaba de pasar al lado de romina
Romina duerme, abrazada parcialmente a Arnulfo.
arnulfo sueña que está en la base durante el término del conflicto
arnulfo se remueve inquieto
Romina se acomoda conforme Arnulfo se va moviendo, pero sin despertarse
arnulfo adopta una postura como si tratara de protejerse de algo
Romina respira acompasadamente, mientras continúa durmiendo muy relajada.
arnulfo murmura frases incomprensibles
Romina suspira y sigue durmiendo
arnulfo se arrastra, deteniéndose casi a la orilla de la cama
Romina duerme exausta, sin sentir movimiento alguno.
gritas: «¡cúbranse!»
Romina se sobresalta al oír el grito y se incorpora de golpe, sin abrir los ojos
arnulfo adopta nuevamente la postura como para protejerse
Romina se lleva una mano a la cara, se friega los ojos y los va abriendo de a poco, viendo a penas a Arnulfo en la penumbra de la casa.
Romina lo ve casi al borde de la cama y no sabe muy bien qué hacer
arnulfo parece buscar algo
Romina murmura: «Arni, amor…»
Romina se le acerca un poco, intentando traerlo más para el medio de la cama pero le resulta imposible por el peso del hombre.
Romina dice: «arni, cielo…despertate»
arnulfo siente movimiento y se queda quieto
Romina suspira, se le acerca y lo besa suavemente en una mejilla
Romina murmura: «Arni…despertate porfa.»
arnulfo abre los ojos como platos
Romina se levanta de la cama y enciende la luz para verlo mejor
arnulfo mira hacia todos lados sin moverse de su sitio. el sueño parecía tan real, que por un momento no sabe dónde se encuentra
Romina busca su vestido, se lo pone como puede y se acerca en el lateral donde está Arnulfo, muy cerca del borde
Romina dice: «mi vida…mirame…estás bien?»
Romina dice: «porfa movete y ubicate mejor, te vas a caer.»
arnulfo mira a romina. al fin se da cuenta de que está en el borde de la cama
Romina lo mira, preocupada y pendiente
arnulfo intenta decir algo, pero no le salen las palabras
Romina pone ambas manos en el borde, a modo de barrera, pensando que Arnulfo no ha despertado del todo
arnulfo se mueve apoyándose con los codos hasta quedar un poco más ubicado
Romina Asiente, mirándolo.
Romina dice: «Arni, me escuchás?»
arnulfo se incorpora, asintiendo a la pregunta
Romina camina hasta la nevera, busca un vaso en un mueble cercano y lo rellena de agua, para llevársela a Arnulfo.
arnulfo respira de forma acelerada
Romina dice: «mi vida…no sé qué te pasa, pero tomá un poco de agua, sí? capaz eso te despierte.»
Romina le toma una de las manos y le posa delicadamente el vaso con agua, sin soltarlo
arnulfo tiene las manos heladas
Romina nota las manos frías de Arnulfo y murmura: «qué te pasa, cielo…»
arnulfo regula su respiración, para luego beber un poco de agua
Romina mantiene el vaso con una de sus manos, mientras con la otra le acaricia la cara con cariño.
Murmuras: «ay no…»
Romina deja el vaso con contenido sobre el escritorio, se acerca a la cama y se sienta en el mismo lateral, abrazándose a él.
Tiemblas como un flan.
arnulfo mira a romina
Romina murmura: «ay…qué te pasa, hermoso de Romi? Yo estoy contigo, decime…»
Murmuras: «te desperté… lo siento…»
Romina lo mira, aún abrazándose a él
Romina niega, forzando una sonrisa.
Romina murmura: «tranqui…pero decime, qué te pasa? Te sentís mal? Por favor contame lo que sea…»
arnulfo está pálido
Romina se separa de él y se levanta, mirando hacia todos lados
Murmuras: «fue una pesadilla, de las fuertes»
Romina escucha el murmullo pero no lo comprende, centrada en buscar algo en el móvil de forma frenética.
Murmuras: «dios hacía tiempo que no las tenía»
arnulfo se mueve buscando el vaso
Romina encuentra lo que busca y mira directamente a Arnulfo a los ojos.
Romina dice: «Arni, contame lo que te pasa, que llamo a una ambulancia para que venga a buscarte. Estás blanquísimo.»
Dices: «ya te he dicho, fue una pesadilla de las fuertes»
Romina niega, un tanto incrédula.
Dices: «hacía tiempo que no las tenía, no sé qué pudo detonarla»
Romina dice: «no te escuché o no te entendí…pero la verdad no puede ser que estés así de blanco por una simple pesadilla. es como si no tuvieras sangre en la cara, Arni.»
Romina suspira, con el móvil en mano y a punto de marcar al hospital
Dices: «así me ponen; ya imaginarás que tan fuertes son»
arnulfo observa lo que hace romina y niega
Romina deja el móvil en el escritorio y se termina el agua que había dejado arnulfo de un solo trago
Romina dice: «y qué hacés cuando te pasa esto y estás solo?»
Dices: «te lastimé?»
Romina lo mira, confundida.
Romina dice: «lastimarme? no…contestame, Arnulfo.»
Romina comienza a ponerse nerviosa
Dices: «tomo un vaso de agua»
Romina sigue sin convencerse pero toma el vaso, lo vuelve a rellenar de agua y se lo acerca a Arnulfo, intentando que sea con la misma delicadeza de siempre aunque se la nota desesperada.
Dices: «al menos pude moverme; al principio no me quedaban fuerzas ni para eso»
Romina asiente
Romina dice: «bueno…tomalo despacio a ver si te vuelve el color a la cara porque en serio, me asusta verte así, vida.»
Dices: «en serio siento haberte despertado…»
Romina dice: «dejalo así…eso no importa. Ahora solo quiero que recuperes tu color, porfa»
Romina se friega los ojos con una mano, mientras con la otra sostiene el vaso muy cerca de los labios de arnulfo
arnulfo bebe despacio
arnulfo mira a romina, no sabe qué decir
Romina sigue cada uno de los movimientos de arnulfo con la mirada sin articular palabra.
Dices: «no.. no quería despertarte…»
Romina dice: «ya te dije, amor; eso no importa…»
Romina dice: «terminá el agua y lo hablamos más tranquilos, si?»
arnulfo adquiere algo de color
Romina suspira, un tanto más aliviada
arnulfo termina de beber el agua; se nota más tranquilo
Romina aparta el vaso de sus manos y lo deja en el escritorio, junto con las demás cosas que han quedado por lavar.
Romina se gira y lo mira, antes de apagar la luz
Romina dice: «seguro que ya estás mejor? No necesitás algo más?»
arnulfo se frota las manos
Dices: «ya estoy mejor, hermosa»
Romina asiente, apaga la luz y tras quitarse el vestido, sube a la cama del lado contrario al que está Arnulfo y se acerca, pegándose por completo a su cuerpo.
arnulfo abraza a romina, hay lágrimas en sus ojos
Romina siente caer una de las lágrimas en su pecho y se le acerca para hablarle al oído.
Romina murmura: «mi vida…querés contarme lo que soñaste? Capaz te sientas mejor si lo hablás, cariño.»
Murmuras: «si te cuento serás tú la que ahora tenga pesadillas»
Romina le seca las lágrimas con una de las manos
Romina murmura: «tan feo es lo que tuviste que vivir?»
Romina murmura: «yo quiero saber, amor»
Murmuras: «ya imaginarás cómo habrá sido teniendo en cuenta lo que acabas de ver»
Romina lo abraza y le hace masajes como puede
Romina murmura: «intento imaginar, pero si no me contás me va ser difícil saber qué tan feo fue, Arni.»
Murmuras: «era todo tan real…»
Romina decide no insistir más, solo suspira y le besa la mejilla que tiene al alcance.
arnulfo respira profundo, buscando las palabras
Romina se acurruca, abrazándolo todo lo fuerte que le sea posible.
Romina tapa mejor a arnulfo con la manta y lo vuelve a besar, esta vez en los labios de forma suave.
Murmuras: «imagina por un momento que el lugar de trabajo que además era tu casa, porque ahí pasabas la mayor parte del tiempo esté destruído»
Romina piensa
Romina murmura: «mmm sí…»
Murmuras: «imagina también que aquellos compañeros con los que compartiste entrenos y alguna que otra charla durante el tiempo libre… ahora los veas muertos; algunos mutilados a causa de las explosiones y todo eso»
Dices: «lo peor es que te das cuenta de que quienes te atacan llevan niños en brazos; los usan como escudos»
la voz de arnulfo se quiebra conforme le va contando a romina
Murmuras: «luego… luego no recuerdas cómo es que saliste de ahí, porque te ves caminando en una carretera; después estás escondido entre los escombros de algo, no sabes ni te interesa saber qué era, pero te ves ahí. y eso es lo último que recuerdas antes de verte en algún lugar de madrid; que al cabo de un rato descubres que es el hospital»
Romina lo escucha atenta, suspirando por momentos
arnulfo se estremece al narrar esto último
Romina siente el estremecimiento y lo vuelve a abrazar con fuerza
Romina murmura: «y es eso lo que se repite en tus sueños cada vez, mi vida?»
Asientes afirmativamente.
Romina murmura: «pobrecito…y para colmo no hay forma de que esto pare, verdad? Porque los sueños no se pueden controlar…»
Murmuras: «esta vez no sé qué lo detonó»
Dices: «al principio prefería salirme a la calle para no dormir porque eran continuos»
Romina murmura: «mmm ni idea, pero esto te hace sufrir, vida y la verdad…»
Romina se interrumpe al notar que se le puede quebrar la voz
Dices: «ahora digamos que son aislados; vienen de vez en cuando»
Romina dice: «pero a ver…si se repite esto una y otra vez…no tenés forma de saber que es solo un sueño? que no es real? No sé, yo pregunto sin tener mínima idea, cariño»
Dices: «ahora ya no sé qué es real y qué no»
Dices: «sé que terminó porque cerca de aquí había un control que ya no está»
Dices: «entre otras cosas, claro»
Romina dice: «lo real es que estás acá, en tu casa, acostado en la cama, conmigo a tu lado. Sin guerra, sin base, sin nada de esas cosas. Salís a trabajar sin miedo a que pueda pasarte algo, salís a pasear también sin miedo…»
Romina dice: «para todos sos uno más del montón, sin armas ni nada. para mí…para mí sos el amor de mi vida, con un noble corazón y al parecer, muchas heridas por sanar que no son precisamente físicas.»
Suspiras profundamente.
Dices: «esas son las más peligrosas, porque nadie sabe que las tienes»
Romina dice: «sí, es cierto…pero solo depende de vos dejártelas curar, aunque no sé cómo, porque si te cuesta dimensionar la realidad de un sueño…mmm no sé, por ahí un psicólogo podría decirte cómo…»
Dices: «crees que sanaron, pero algo las abre de nuevo. la gente te ve como el chico raro, ese que en cualquier momento estará bajo tierra»
Romina dice: «al menos a mí cuando era pendejita, allá por mis 14 o 15…cuando mi primer novio me dejó no quise comer, ni salir, no iba más ni al colegio…y un psicólogo me ayudó mucho, la verdad.»
Romina suspira, mirándolo
Romina dice: «bueno pero lo que la gente diga ya sabés…es su opinión, eso no te tiene que importar, cielo»
Dices: «así me veían antes; aunque estaba tan perturbado que no me daba cuenta de muchas cosas»
Romina se tapa la boca con una mano, reprimiendo un bostezo.
Romina dice: «me imagino pero bueno…ojalá en algún momento esto pueda parar y dejes de sufrir, mi amor»
Dices: «luego pasé por el tipo misterioso del cuaderno que se la pasaba dibujando; nadie supo lo que dibujaba porque me lo escondía»
Romina sonríe a penas
Dices: «bueno nadie salvo un indiscreto que se atrevió a leerlo»
Romina dice: «aaah pero como? vino a visitarte a la casa y se encontró tu cuaderno?»
Niegas con la cabeza.
Dices: «lo dejé en el mostrador de la tienda de cereales donde trabajaba porque me di cuenta de que mi bota estaba desabrochada. él aprovechó eso para leerlo»
Romina intenta mantener la consciencia a duras penas, reprimiendo vostezos a cada rato.
Romina dice: «ya…la verdad, qué de cosas que te pasaron, Arni»
Romina murmura: «pero bueno, yo creo que tenés que intentar que eso quede atrás y empezar una nueva vida ahora…no te parece?»
Dices: «y otras que pasaron después. quizá ahora comprendas ciertos comportamientos que has visto en mí»
Romina piensa y asiente
Romina murmura: «me gustaría que seas feliz algún día…»
Romina vosteza sin poder controlarlo más
arnulfo se mueve un poco para acomodarse mejor
Romina le besa el torso desnudo suavemente.
Romina murmura: «pero bueno, vamos a intentar dormir de vuelta, dale? Y vemos como se puede solucionar esto…porque yo creo que se podría.»
arnulfo la acaricia con suavidad
Dices: «lo bueno es que como te dije, ya son aisladas; así que no vendrán más»
Romina murmura: «mmm…eso espero, porque veo que te hace mal.»
Romina murmura: «te amo, bebé…y estoy acá con vos para lo que necesites»
Murmuras: «yo también te amo, mi amor»
Dices: «y ahora a dormir, que te he despertado de tu sueño»
Romina murmura: «no te preocupes…»
Romina se incorpora y lo vuelve a besar en los labios
arnulfo corresponde al beso, pegando su cuerpo al de ella
Romina se acomoda, pegando la cara al cuerpo de Arnulfo, sintiendo su aroma y cerrando los ojos lentamente.
Romina se duerme casi al instante, dejando una mano abierta sobre el pecho de arnulfo.
arnulfo cierra los ojos poco a poco, para después quedarse dormido, esta vez sin pesadillas