Punto de vista: Kalev.
Una Casona en la Serranía de Guadalajara
Sentado en los escalones, Kalev miraba como los colores del atardecer se fundían poco a poco, dando paso a una noche cerrada.
Jeanpaul sale de la casona con dos botellas de cerveza en la mano.
Jeanpaul le lanza una de las botellas, Kalev la coge al vuelo.
Jeanpaul se deja caer pesadamente a su lado, destapa su cerveza y le da el destapador.
Kalev destapa la botella, ambos chocan las botellas ruidosamente.
Jeanpaul dice: «Por una buena operación.»
Kalev suspira profundo y da un trago largo.
Jeanpaul da un trago y estira las piernas; Atlas y Orión se acercan, apoyando sus respectivos hocicos sobre sus muslos.
Jeanpaul comienza a rascarle tras las orejas a ambos perros.
Jeanpaul dice: «está profunda, suélta eso que te corroe ahora que no puede escucharte para ponerse hecha un basilisco.»
Kalev da otro trago.
Kalev lo mira de reojo, jeanpaul parece relajado, aunque Kalev supo identificar aquella frustración que se asomaba de vez en cuando en su mirada.
Kalev dice con acento ruso, «Cómo coño haces para no treparte por las paredes cuando ella se expone tanto, macho.»
Jeanpaul da un trago de la botella.
Jeanpaul dice: «qué te hace creer que no me trepo en el fondo. crees que no me preocupa?»
Kalev bebe de la cerveza y mira a Jeanpaul esperando una respuesta.
Jeanpaul bufa un poco y se reacomoda, los perros hacen lo propio y se tumban a su lado.
Jeanpaul dice: «Es joven y no tiene la experiencia que tú y que yo, pero es buena y muy meticulosa, Kalev; has de empezar a confiar en que puede ocuparse de sí misma y de que hoy en día, no tomará riesgos innecesarios. Ha madurado y crecido, además ahora tiene algo que antes no tenía.»
Kalev vuelve a beber de su cerveza y lo mira, interrogante.
Jeanpaul niega un poco con la cabeza, algo exasperado.
Jeanpaul dice: «tiene una familia, Kalev; y tú vas incluido en el paquete.»
Kalev se queda pensativo ante las palabras de Jeanpaul.
Kalev murmura con acento ruso, «me cagué, tio, qué quieres que te diga. como la pillasen, en menudo pollo habría estado metida»
Jeanpaul le da una palmada en el hombro.
Jeanpaul murmura: «Nada, yo también me cagué un instante.»
Kalev se gira sorprendido ante la revelación.
Jeanpaul bebe de su cerveza un trago largo, se pone en pié y entra en la casona. Unos minutos después, volvía con más cervezas en una cava pequeña con hielo y una bolsa gigante de patatas fritas.
Kalev da un último trago a la cerveza antes de abrir la siguiente botella y abalanzarse sobre las patatas.
Kalev traga y mira a Jeanpaul.
Kalev dice con acento ruso, «Estuvo cerca…»
Jeanpaul asiente y choca su botella con la de Kalev.
Jeanpaul dice: «por suerte fue solo un susto momentáneo.»
Kalev vuelve la cabeza, mirando el mapa de estrellas que comenzaba a dibujarse en el firmamento.
Kalev se queda sumido en sus pensamientos, recordando.Martes 04:30 am.
Aletheia sale de la ducha, se fija en que Kalev yace atravesado en la cama boca abajo.
Aletheia piensa disfrutando de la visión tan hermosa y reconfortante de aquel hombre en su cama.
Aletheia se acerca al borde de la cama y mete los dedos entre el cabello de Kalev.
Kalev emite un gruñido de satisfacción.
Aletheia dice con acento catalán, «Despierta, se hace tarde.»
Kalev se gira entreabriendo los ojos.
Kalev mira el reloj despertador en la mesita de luz y suspira, pero sin rechistar se levanta y se dirige a la ducha.
Entretanto, Aletheia comienza a prepararse.
Veinte minutos después…
Kalev sale del baño.
Aletheia parada frente a un espejo de cuerpo completo, se ajusta el traje de látex.
Kalev la observa, sorprendido.
Aletheia lo mira a través del espejo.
Aletheia dice con acento catalán, «me vas a echar un cable? O vas a quedarte ahí parado como un somormujo. Te dije que esto lleva su tiempo.»
Kalev se le acerca en silencio, sintiéndose un poco tonto por no haberla tomado más en serio antes.
Kalev le va pasando la ropa, Aletheia se va vistiendo con cuidado.
Aletheia, satisfecha se gira intentando detectar alguna falla, algo fuera de su sitio.
Kalev la observa, con una mezcla entre sorpresa, incertidumbre y ppoco convencimiento.
Aletheia decide no enfurruñarse por la actitud de Kalev y va hacia el escritorio, abarrotado de potingues de todo tipo, bocetos, fotos, un portátil, algunas férulas acrílicas y una cabeza de telgopor donde descansa una máscara de látex y poliuretano.
Kalev se pone los calzoncillos y unos vaqueros, sigue mirando con atención el trabajo de Aletheia, sirviéndole de asistente cuando ella se lo pide.
Kalev termina de planchar el pelo de la chica y suspira.
Kalev murmura con acento ruso, «joder, con razón os tardáis tanto en arreglaros, no entiendo para qué coño te planchas el pelo, gatita.»
Kalev murmura con acento ruso, «llevas esto muy al extremo, nena. es una operación, no una peli.»
Aletheia suspira, pero guarda silencio y sigue mirando los bocetos, las fotos y unas imágenes de la captura de una cámara pública en Madrid.
Kalev se pone una camiseta y se calza las botas.
Kalev dice con acento ruso, «Iré a por algo para desayunar, ¿vale? No tardo.»
Aletheia asiente levemente, Kalev sale de la habitación hacia la planta baja.
Aletheia comienza a preparar su rostro para colocarse aquella máscara, mientras recuerda como su imagen estuvo tanto tiempo circulando por la globalNet y suspira.
Unos minutos más tarde, Aletheia termina de retocar la máscara y comienza a ajustarse la peluca grisácea sobre el rollete de su propio cabello.
Aletheia coge unas lentillas de contacto y se las coloca.
Aletheia, sentada frente a un espejo iluminado, comienza a probar algunas de las férulas hasta que consigue la que se ajusta a la imagen que le sonríe desde la pantalla del ordenador.
Aletheia imita el gesto de la mujer y sonríe.
Kalev entra y se queda inmóvil mirando a la mujer que le sonríe al espejo.
Aletheia ve a Kalev y carraspea.
Kalev parpadea.
Aletheia espera algún comentario por parte de Kalev, pero este solo guarda silencio.
Aletheia suspira y se pone en pie, pone a reproducir el video y se fija en el andar de aquella mujer.
Varios golpes se escuchan a la puerta.
Kalev se gira y abre.
Jeanpaul lo mira, advierte la tensión en el hombre y el ambiente.
Jeanpaul entra y mira a Aletheia, se acerca al escritorio y observa todo con detalle.
Jeanpaul asiente.
Jeanpaul dice: «buen trabajo, mocosa. Vamos, tenemos el tiempo justo para llegar cuando comience el horario de atención al público.»
Aletheia asiente y mira a Kalev, de quien todavía espera algún comentario, así sea más de su reticencia a que se infiltrase ella y no él.
Kalev sale mascullando entre dientes rumbo a la sección Delta pero sin perder la atención sobre la conversación entre Aletheia y Jeanpaul.
Aletheia Y Jeanpaul salen de la habitación tras Kalev.
Aletheia suspira, Jeanpaul la detiene un instante.
Jeanpaul murmura: «Dale tiempo, mocosa. Está enamorado y preocupado.»
Aletheia murmura con acento catalán, «lo sé y no es que no lo entienda; pero me mata su silencio, Jean.»
Jeanpaul le aprieta la mano.
Jeanpaul murmura: «sabe cuanto te molesta la sobreprotección, pero todavía le falta aprender a gestionar que eres capaz de tomar los mismos riesgos que cualquiera de nosotros. Dale tiempo y dátelo a ti misma.»
Aletheia asiente y reemprende el camino hacia la sección Delta.
Jeanpaul le sigue de cerca.
Unos minutos después…
Sección DELTAEs un lugar cerrado y bien iluminado mediante luz artificial. En el centro se ubican varias estaciones de trabajo equipadas con ordenadores de última generación. En la pared de la izquierda, un mapa mundi ocupa toda su extensión. En la pared de la derecha, un mapa de España muestra las localidades que ocupa la agencia. Al fondo, una puerta con control biométrico da acceso a la sala de servidores de Firme Unidad.
Kalev teclea con gesto adusto, sentado en su estación de trabajo.
Hawk lo mira de reojo.
Hawk mira a Aletheia, un poco sorprendido.
Aletheia dice con acento catalán, «qué coño miras, Hawk?»
Hawk carraspea un poco mirando otra vez de reojo a Kalev.
Hawk murmura: «verás, es que tengo un fetiche con las mujeres mayores, Moira.»
Aletheia advierte el tonito de burla del hombre y le sigue el juego.
Aletheia murmura con acento catalán, «pues si salgo entera, ya le daremos algo en qué pensar a esa mente fetichista.»
Kalev gruñe por lo bajo, Hawk intenta reprimir una risita, sin éxito.
Jeanpaul advierte la tensión de Kalev y le apoya una mano en el hombro.
Jeanpaul dice: «Dónde está el dispositivo, Hawk, imagino que ya lo ensamblaste y probaste los scripts y demás, tal como te pidió Moira, ¿no?»
Hawk pone los ojos en blanco.
Jeanpaul se mueve hacia su estación de trabajo.
Hawk se desplaza sobre su silla de un empujón hasta que alcanza un armario ignífugo, lo desbloquea colocando un dedo en el panel junto a la cerradura y lo abre. Saca un pequeño empaque cerrado y se lo lanza a Jeanpaul, este lo coge al vuelo.
Hawk dice: «probado y operativo.»
Jeanpaul asiente.
Jeanpaul mira a Kalev.
Kalev alza la mirada de la pantalla y se la sostiene.
Jeanpaul observa en la mirada del hombre la preocupación mezclada con cierta incertidumbre, había sentido esa sensación muchas veces y la reconocía al vuelo.
Jeanpaul dice: «estate alerta, Kiev. Y tú también, Hawk. mantendremos el contacto en todo momento.»
Los hombres asienten.
Jeanpaul comprueba su comunicador, verificando que funciona sin problemas.
Hawk dice: «en frecuencia.»
Jeanpaul dice: «Me mantendré en los alrededores, mi tapadera está lista.»
Jeanpaul alza su cámara.
Kalev dice con acento ruso, «en cuanto tenga la información, notifico y salís de ahí cagando leches.»
Hawk se sorprende por el tono de Kalev pero guarda silencio.
Jeanpaul se acerca al hombre desde atrás, apoyando ambas manos sobre sus hombros impidiendo que se pudiese levantar.
Jeanpaul se inclina hablando en voz baja.
Jeanpaul murmura: «será mejor que te serenes y no pierdas el enfoque, Kiev, ¿he sido claro?»
Kalev advierte el tono de Jeanpaul y asiente con la cabeza.
Aletheia por su parte procura estar concentrada para interpretar su papel. La actitud de Kalev la ponía de los nervios.
Aletheia respira profundo mientras piensa que si le contase a Kalev algunas cosas, quizá comprendería, quizá reaccionaría de modo distinto.
Aletheia permanece con los ojos cerrados, visualizando el plano del ayuntamiento de Fresnedillas en su mente.
Jeanpaul se gira y se acerca a Aletheia, rompiendo su concentración.
Aletheia abre los ojos.
Jeanpaul la mira.
Jeanpaul dice: «lista?»
Aletheia asiente.
Jeanpaul le da el dispositivo, Aletheia lo coge y mete el pequeño empaque en su bolso.
Aletheia se acerca a la puerta, se gira un instante buscando la mirada de Kalev.
Kalev la observa con la sensación de tener un puño golpeándole sin cesar en el estómago.
Kalev gesticula algo en ruso, Aletheia asiente un poco más tranquila.
Aletheia y Jeanpaul salen de la sección Delta.
Kalev se conecta a las cámaras públicas en Fresnedillas, ubica las correspondientes a la dirección del ayuntamiento.
diez minutos más tarde…
Kalev sigue atento a las cámaras públicas.
Fresnedillas de la Oliva; Plaza de la constitución.
Kalev visualiza el coche de firme unidad.
Jeanpaul reduce la velocidad y se aparca un par de calles antes del edificio del ayuntamiento.
De vuelta al presente…
Kalev sale de su ensimismamiento y niega con la cabeza, da un trago a su cerveza y mira a Jeanpaul.
Jeanpaul sigue acariciando a los perros con la mirada un tanto extraviada, como si en el fondo no estuviese allí en ese instante.
Por su parte, Jeanpaul también recuerda esa mañana…
Jeanpaul apaga el motor del coche.
Jeanpaul le tiende un móvil a Aletheia, esta lo coge y lo mete en un bolsillo de la falda que carga.
Jeanpaul dice: «estaremos observando. sigue el plan tal como está, no improvises si no es indispensable.»
Aletheia asiente.
Jeanpaul respira profundo y desbloquea las puertas.
Jeanpaul dice: «si te pillan, ya sabes…»
Aletheia vuelve a asentir.
Jeanpaul dice: «mueve tu culo de foca y asegúrate de volver entera, mocosa. No qiero andar consolando luego a Kiev, que se pone maricón y quejica.»
Aletheia sonríe ante el comentario, se desabrocha el cinturón y baja con esfuerzo del coche.
Jeanpaul la observa, sin perder de vista el entorno.
Aletheia se dirige renqueando un poco hacia el edificio del ayuntamiento.
Jeanpaul baja del coche, cierra la puerta y activa la alarma, mirando de cuando en cuando de forma discreta, como quien analiza desde donde puede tomar la mejor fotografía.
Jeanpaul vuelve al presente, bebe de su cerveza y se fija en Kalev.
Kalev murmura con acento ruso, «Si hace algunos años alguien me hubiese dicho que me encoñaría de una mujer tan cojunuda, me habría descojonado de risa.»
Jeanpaul asiente. ambos terminan sus cervezas y van a por la tercera ronda.
Kalev da un trago a la cerveza helada y cierra los ojos. Las imágenes vuelven a él con nitidez.
Martes 09:15 am
Kalev mira su reloj y alza la mirada al detectar movimiento en la imagen.
Kalev aprieta los dientes al ver la figura de aquella mujer mayor, apareciendo ante la cámara y entrando en el ayuntamiento.
Kalev susurra casi para sí, «más vale que vuelvas entera, gatita.»
De regreso al presente…
Aletheia se remueve inquieta, parece estar soñando.
Aletheia despierta sobresaltada y desorientada.
Aletheia se abraza las piernas, apoyando una mejilla en las rodillas.
Aletheia respira intentando relajarse, pero no puede evitar recordar lo ocurrido por la mañana.
Martes, 09:16 am.
Aletheia entra en el ayuntamiento, observa con discreción y se mueve despacio, imitando los andares de aquella mujer.
Aletheia procura evitar mirar de forma directa a las cámaras que hay ubicadas en el interior, se acerca a la taquilla de información y explica brevemente que tiene una cita con la trabajadora social para entregar los formularios para la solicitud de su pensión.
Aletheia se dirige a la oficina de la trabajadora social y toca a la puerta.
La mujer abre y le mira con atención.
La trabajadora social dice: «pase, señora Fernández, la estaba esperando.»
Aletheia asiente y entra despacio, se sienta con esfuerzo en la silla frente al escritorio.
La trabajadora social la excruta un momento y luego se sienta frente al ordenador.
La mujer va tecleando y haciendo click con el ratón.
En la pantalla aparece un expediente.
Aletheia se prepara para responder a las preguntas de la mujer.
La trabajadora social dice: «dígame, porqué decidió pedir justo ahora la jubilación y la pensión? Ha podido pedirla desde hace un par de años.»
Aletheia dice: «bueno, es que ahora estoy teniendo algunos problemas de salud, ya no me resulta tan fácil pasar horas y horas cosiendo.»
Aletheia finge estar nerviosa y contrariada.
La trabajadora social murmura: «comprendo.»
La trabajadora social dice: «Ha traído los formularios llenos?»
Aletheia asiente, mete la mano con delicadeza en su bolso, abre el empaque y coge el dispositivo por el conector.
Aletheia deja el dispositivo en el escritorio, mientras la mujer se ha girado para mirar la pantalla.
La mujer se fija en Aletheia un instante y baja la mirada al escritorio.
El teléfono de la oficina suena.
La trabajadora social resopla, fastidiada.
La trabajadora social dice: «¿y bien?»
Aletheia suspira, finge estar todavía más nerviosa.
Aletheia dice: «están ahí en ese cacharrito que me ha dado la vecina, yo es que no tengo ni ordenador ni entiendo de eso, así que ella me ayudó a llenar eso que me piden y lo metió ahí dentro; que porque ella no puede sacarlos porque no tiene imprimidora.»
El teléfono suena insistentemente.
La trabajadora social murmura: «impresora, señora… impresora.»
Aletheia se encoge de hombros.
Aletheia murmura: «lo que sea, hija. Yo qué quieres que te diga, de esos cacharros no entiendo nada.»
La trabajadora social coge el dispositivo y lo conecta en un puerto USB de su ordenador, mientras atiende el teléfono.
La trabajadora social comienza a hablar por teléfono, mientras abre el dispositivo, pulsa sobre los documentos y los envía a la cola de impresión.
La impresora se activa y entre tanto, de forma sigilosa y en segundo plano, varias instrucciones se van enviando, como si fuese aquella mujer quien teclea incesantemente; el payload almacenado en la micromemoria insertada en el dispositivo se ejecuta, añadiendo un usuario con derechos de administrador en la configuración del equipo, creando un backdoor WiFi y robando las cookies de la sesión del usuario en el sistema administrativo del ayuntamiento al que se accede vía navegador web, las cuales se irían enviando al servidor de Firme Unidad vía FTP.
Terminada la impresión, el payload ejecuta las instrucciones dispuestas para borrar cualquier huella de intrusión en el sistema.
La trabajadora social desconecta el dispositivo y lo deja en el escritorio.
Aletheia traga gruesso un instante, esperando el momento preciso para coger el dispositivo por el conector y guardarlo en el empaque.
La trabajadora social se gira para colgar el teléfono y coger los formularios impresos; Aletheia aprovecha para coger el dispositivo y guardarlo con rapidez.
El móvil que Jeanpaul le diese a aletheia antes de entrar vibra incesante dentro del bolsillo.
Aletheia siente las vibraciones del móvil al colocarse el bolso sobre las piernas.
La trabajadora social mira a Aletheia a los ojos.
La trabajadora social dice: «solo queda que me entregue los documentos que acompañan a la solicitud y habremos terminado al menos por ahora, señora.»
Aletheia hace que estornuda, se tapa la nariz y la boca con la mano y coge un pañuelo de su bolso.
Aletheia hace que se sopla la nariz y sin soltar el pañuelo, coge un sobre que lleva en el bolso y lo deja en el escritorio.
La trabajadora social mira el sobre, lo abre con algo de reticencia y saca los documentos. Mira que estén en orden, asiente y los pone junto a los formularios recién impresos.
El móvil vuelve a vibrar insistente, dentro del bolsillo de la falda de Aletheia.
Aletheia procura mantenerse en calma interpretando su papel.
Aletheia dice: «ya está?»
La trabajadora social asiente, se levanta y abre la puerta de su oficina.
Aletheia finge tener dificultades para ponerse de pie de un tirón.
Aletheia logra ponerse de pie y se acerca renqueando hacia la puerta.
Aletheia sale y le ofrece una sonrisa a la mujer, esta cierra la puerta sin apenas esperar que Aletheia se marchase.
Aletheia camina despacio dirigiéndose hacia la salida cuando un vigilante la intercepta.
Aletheia disimula la tensión y esboza una sonrisa.
El vigilante la mira de manera detallista y constante.
El vigilante dice: «Venga conmigo, señora.»
Aletheia asiente, sin que se le desdibuje la tenue sonrisa.
De vuelta en el presente…
Kalev inspira profundo dando un trago a la botella, recordando la tensión que experimentó al ver que aletheia no salía del ayuntamiento, apesar de los avisos enviados al móvil.
Martes 09:50 am.
Kalev sigue atento a las cámaras, mira su reloj. Van casi 10 minutos de retardo.
Hawk sigue atento al canal de Firme Unidad.
El flujo de envío y recepción de datos crece de imprevisto en la globalNet, aumentando la tensión del momento.
[FU] Jeanpaul: «aumento en el flujo de transeuntes en r4,
[FU] Kalev: «copiado, Drako.»
[FU] Jeanpaul: «Imágenes en los alrededores?»
Kalev está tecleando a toda velocidad, lee el canal y mira la pantalla.
[FU] Kalev: «flujo de transeúntes hacia las cercanías del ayuntamiento.»
[FU] Jeanpaul: «Motivo?»
Kalev sigue tecleando hasta que logra la información que busca.
[FU] Kalev: «Adelantaron el taller de Arqueología de la casa de la cultura.»
[FU] Jeanpaul: «copiado»
Kalev sigue atento a las cámaras, ve cómo Jeanpaul va acercándose hacia el ayuntamiento entre el flujo de transeúntes que van y vienen.
Kalev se tensa al ver que un vigilante del ayuntamiento va cogiendo del codo a Aletheia.
Kalev se fija en el lenguaje corporal de ambos.
Kalev observa como Jeanpaul pasa de largo frente al vigilante y a Aletheia.
Tras unos segundos que le parecieron eternos, Kalev ve como el vigilante se despide de la mujer y vuelve a entrar al ayuntamiento, mientras Aletheia se dirige en sentido contrario, renqueando hasta perderse de vista.
Kalev se pasa una mano por la cara, aún no logra deshacerse de tanta tensión.
Hawk se acerca sigiloso y deja un vaso de café frente a Kalev.
ambos hombres se miran en silencio, pero se lo dicen todo.
Hawk regresa a su estación de trabajo y se deja caer sobre la silla.
[FU] jeanpaul: «de regreso, dejaré el informe de la fase II en cuanto Kiev me envíe la información.»
Hawk exhala el aire contenido.
Hawk teclea para responder en el canal.
[FU] Liam: «copiado, Drako».
De nuevo en el presente, ambos hombres chocan las botellas.
Kalev dice con acento ruso, «me cago en dios y en todos los vigilantes que se antojan de ayudar a viejecitas que les recuerdan a sus yayas.»
Jeanpaul bebe de su botella y asiente.
Aletheia se para de la cama, Zeus se mueve un poco, agitando la cola de un lado a otro.
Aletheia se agacha para acariciarle con cariño.
Aletheia sale de su cuarto y escucha las voces de Kalev y Jeanpaul, las sigue hasta que sale de la casona.
Zeus va tras Aletheia.
Aletheia les mira charlando y bebiendo y una calidez le va llenando de a poco.
Aletheia dice con acento catalán, «Noche de machos? O se aceptan infiltradas.»
Zeus se detiene a la izquierda de Aletheia.
Kalev va a levantarse, pero Aletheia se acerca, metiendo sus dedos entre su cabello, acariciándole; un gesto que se le viene haciendo cada vez más familiar.
Jeanpaul se termina la cerveza y se pone en pie.
Jeanpaul se le acerca, le da un beso en la frente y se aleja luego con los perros, que corren a sus anchas.
Aletheia rodea a Kalev y baja los escalones, y sin decir nada se sienta en su regazo.
Kalev la estrecha entre sus brazos y la acomoda, aspira el aroma de su piel y permanece en silencio.
Aletheia se relaja apoyándose en el pecho de Kalev, entrelaza sus dedos con los dedos de la mano que le queda libre.
Aletheia murmura con acento catalán, «hablarás conmigo ahora? O seguirás enfadado, cielo.»
Kalev deja la botella y le coge por la barbilla.
Aletheia lo mira, expectante.
Kalev murmura con acento ruso, «perdóname, gatita. he sido un gilipollas completo.»
Kalev susurra: «completo no, lo que le sigue, ya lo sé.»
Aletheia suspira y posa su otra mano sobre la de Kalev, que ahora acaricia su rostro con dulzura.
Kalev apoya su frente en la de Aletheia.
Aletheia respira profundo.
Aletheia murmura con acento catalán, «Hay mucho de mí que todavía no te he contado, pero lo haré, cielo. entonces, quizá puedas entenderme más, o quizá…»
Kalev la interrumpe con un beso, cargado de intenciones.
Aletheia responde al beso, entregándose en igual medida.
Aletheia se separa y le mira.
Aletheia murmura con acento catalán, «detesto que me sobreprotejan, pero detesto más no poder llegar hasta ti, cielo. No me dejes fuera»
Kalev suspira profundo.
Kalev comienza a hablar atropelladamente.
Kalev murmura con acento ruso, «soy un bruto, nena. lamento haberte hecho pasar un mal rato; me pudo lo que siento por ti. Y no está bien, porque somos compañeros, no solo eres la mujer que quiero.»
Kalev sigue hablando sin detenerse, Aletheia le escucha y se acurruca contra su pecho, esperando a que se desahogue.
Kalev murmura con acento ruso, «No dudo de ti, de que seas de las mejores ALID que tenemos. Es solo que llevo más tiempo en esto y conozco los riesgos… la idea de perderte cuando recién te he encontrado, no la soporto, nena.»
Aletheia respira profundo, el aroma de Kalev le invade las fosas nasales, su voz, ronca y cargada de preocupación se tornó en un bálsamo para su corazón, que cada vez se sentía más pleno a su lado.
Aletheia juega con sus dedos en las palmas de Kalev, que no termina de sentirse relajado.
Aletheia murmura con acento catalán, «Te entiendo, cariño. Pero estábamos en Fresnedillas, el riesgo es bastante menor que en Madrid, por ejemplo.»
Kalev murmura con acento ruso, «ya, pero de pensar que te pillasen allí dentro… cuando vi ese vigilante llevarte del codo, los cojones se me subieron a la garganta.»
Aletheia lleva una de las manos de Kalev a sus labios y comienza a mordisquear la palma rozando los dedos con sus labios carnosos.
Kalev gruñe bajito.
Kalev murmura con acento ruso, «vas a estar enfadada mucho tiempo y por eso intentas torturarme?»
Aletheia se incorpora de un salto y se para frente a Kalev.
Aletheia lo mira a los ojos.
Kalev le sostiene la mirada.
Aletheia dice con acento catalán, «me crees tan perversa como para hacer algo así?»
Kalev se encoge de hombros.
Kalev dice con acento ruso, «Creo que si te enfadas mucho, sí. Me calentarías y luego me dejarías ahí, entendiéndome por pasarme de gilipollas»
Aletheia se ríe y se le acerca.
Aletheia le tiende una mano, Kalev se la coge y le besa el interior de la muñeca.
Kalev dice con acento ruso, «lo que no quiere decir que yo no intente seducirte antes de que me dejes tirado.»
Aletheia se zafa y le acaricia el rostro.
Aletheia le vuelve a mirar a los ojos, los ojos de Kalev van a su encuentro.
Aletheia dice con acento catalán, «No diré que no me exasperó tu actitud, que no me dolió tu silencio porque no voy a mentirte. Pero entiendo tus razones.»
Kalev se pone en pie, Aletheia alza la cara para seguir viéndole a los ojos.
Aletheia dice con acento catalán, «pero no estoy enfadada.»
Kalev dice con acento ruso, «Estás dolida que es peor aún.»
Aletheia junta sus dedos índice y pulgar sin llegar a rozarlos.
Kalev suspira.
Aletheia se acerca y posa una mano sobre el pecho de Kalev, sintiendo los latidos de aquel corazón bombear con fuerza.
Aletheia dice con acento catalán, «sería muy fácil encerrarme, dejar que el silencio ocupe un espacio entre nosotros, guardarme lo que pienso y lo que siento por temor a tu reacción, o peor aún, por desconfianza; pero no quiero eso contigo. Te quiero y quiero todo contigo, Kalev. Lo bueno, lo divertido, lo malo, lo difícil, ¿lo entiendes?»
Kalev lo entendía, vaya si lo entendía, llevaba meses queriendo todo eso con ella y más.
Kalev la estrecha entre sus brazos.
Kalev se separa un instante para poder mirarla a los ojos.
Kalev dice con acento ruso: «Lo entiendo. Eso es lo que yo quiero contigo, gatita.»
Aletheia se pone de puntas y le mordisquea el borde de la mandíbula.
Aletheia murmura con acento catalán, «bien, entonces ven conmigo, así te enseño cuán perversa puedo llegar a ser aunque no esté enfadada.»
Aletheia se aleja despacio al interior de la casona.
Kalev no deja de mirarla y sin pensarlo demasiado, sigue tras ella.
Jeanpaul, acercándose con los perros, les ve entrar y sonríe.