Punto de vista: Eloy.
Comunidad de Madrid; Estudio de la asociación Yopinto
Te encuentras en un pequeño estudio de pintura situado en el corazón de la ciudad. Observas varias personas enfrascadas en la labor de la pintura mientras una instructora de arte guía y da consejos. El estudio está equipado con lienzos, pinceles, acrílicos y diversos materiales de pintura. En una zona más apartada gente espera o descansa, tomando té, café o vino.
Ves Un cuadro titulado reunión estelar aquí.
Humberto deja a Eloy en el mostrador de recepción.
Eloy se despide de Humberto con una seña y se gira para saludar a la recepcionista.
oyes sirenas cerca de aquí.
oyes el murmullo de la gente de la ciudad.
Eloy mira a la recepcionista fijándose en los labios.
La recepcionista habla con lentitud para que el chico pueda entenderle.
La recepcionista dice: «Hola, ya te esperan»
Eloy asiente y se adentra en el estudio.
La instructora termina de dar unas explicaciones y se acerca a eloy.
La instructora sonríe a eloy.
Eloy sonríe en respuesta y se fija en sus labios.
La instructora habla despacio colocándose frente a Eloy.
La instructora dice: «Asier me ha encargado darte el apoyo que necesites, estás listo para comenzar?»
Eloy asiente e inspira profundo.
La instructora dice: «Venga, vamos a ver cómo podemos enseñarle a tu arte a fluir como la energía.»
Observas un Dron cruzar toda la ciudad.
Eloy se ha fijado en los labios de la mujer y asiente.
La instructora acompaña a Eloy hacia un caballete.
Eloy la sigue.
La instructora se coloca de frente una vez más.
Eloy se fija en los labios de la mujer.
La instructora dice: «Aquí tienes materiales para que puedas trabajar… avísame si requieres alguna otra cosa, vale?»
Eloy mira todo lo que tiene para trabajar y una euforia le invade despacio, recorriéndole todo el cuerpo.
La instructora se fija en Eloy.
Eloy va a hacerle señas a la mujer pero se frena en seco.
La instructora le apoya una mano con suavidad en el antebrazo.el
Eloy la mira y luego mira la mano que le está rozando.
La instructora dice: «me enseñarías? Odemos haccer un intercambio de conocimientos, si quieres, claro.»
Eloy lee los labios de la mujer y se estremece, emocionado.
Eloy asiente despacio con la cabeza.
La instructora esboza una sonrisa.
Eloy coge su móvil, lo desbloquea y teclea.
Eloy levanta su móvil para que la mujer lea la pantalla.
¿Puedo empezar ya?
La instructora asiente y se aparta un poquito dejándole espacio al chico.
Eloy bloquea su móvil y se lo guarda en un bolsillo.
La Instructora sigue observando a Eloy.
alguien se ríe cerca de aquí
oyes una discusión a lo lejos
Eloy coge un lienzo grande y lo coloca prensado en los bastidores con las cuñas.
Eloy deja el soporte sobre el caballete y coge un bote de pintura acrílica blanca para imprimar el lienzo.
La instructora va mirando hacer a Eloy.
Eloy mira hacia la mesa de trabajo y coge un lápiz de carbón.
oyes una discusión a lo lejos
Eloy comienza a dibujar.
La instructora va corrigiendo la postura de eloy, explicándole cómo colocar el lápiz para mejorar los trazos.
Eloy se fija en todo momento en el rostro de la mujer.
La instructora le deja hacer, observando el dibujo que va cobrando formas y profundidad.
oyes un claxon a lo lejos
Una hora después…
La instructora observa el cuadro y los trazos en él.
Eloy mira a la instructora, interrogante.
La instructora está concentrada en el dibujo.
Eloy le hace señas a la mujer para llamar su atención.
La instructora lo mira un instante y le indica que puede continuar si lo desea.
Eloy mira los labios de la mujer y respira profundo.
Eloy mira la mesa de nuevo y comienza a preparar las pinturas sobre la paleta.
Eloy comienza a trabajar dándole color al fondo de la pintura.
La instructora le da algunas sugerencias para mejorar su técnica.
oyes sirenas cerca de aquí.
Eloy aplica las sugerencias y sigue concentrado, mientras el cuadro va tomando color.
Eloy limpia los pinceles y cambia a otros cuando pasa a trabajar sobre el primer plano.
Eloy añade y mezcla otras pinturas y comienza a deslizar el pincel sobre el lienzo.
La instructora le sigue observando con atención.
Eloy pierde la noción del tiempo y el espacio, concentrado, dándole vida a la pintura.
La instructora se aleja de eloy para dedicarse a otros pintores del estudio.
Eloy sigue trabajando centrado en darle vida a la protagonista de la pintura.
Varias horas después…
Eloy mira el cuadro y suspira profundo.
Humberto lleva un par de horas esperando en el mostrador.
La Instructora se acerca a Eloy y le pone una mano en el hombro.
Eloy se sobresalta y deja caer la paleta y el pincel.
La instructora se agacha para recoger la paleta y el pincel al mismo tiempo que eloy.
Ambos chocan y se llenan de pintura.
Eloy se pone nervioso, esperando que la mujer estalle en cólera.
La instructora ríe bajito y se levanta.
Eloy se levanta y l amira sorprendido ante su reacción.
Eloy deja la paleta sobre la mesa y limpia el pincel, dejándolo todo ordenado sobre la mesa de trabajo.
oyes sirenas a lo lejos
La instructora se gira y observa el cuadro.
la instructora abre los ojos alzando las cejas en un gesto que muestra sorpresa y un deje de emoción que hace que le brillen los ojos.
Eloy se queda mirando el cuadro como perdido y absorto hasta que vuelve a la realidad y mira a la mujer.
La instructora se coloca frente a eloy.
La instructora dice: «Ya le has puesto nombre?»
Eloy se fija en los labios de la mujer y asiente.
Eloy coge un lápiz y un papel de la mesa y escribe
En el papel se lee:
Misterioso Amanecer.
la instructora lee el papel y luego mira el cuadro.
la instructora esboza una sonrisa.
Eloy vuelve a mirar el cuadro.
oyes sirenas cerca de aquí.
Observando el fondo del cuadro puedes ver el cielo en degradé desde un azul medianoche, donde algunas estrellas todavía brillan y parecen titilar con delicadeza. Fundiéndose desde el azul medianoche un violeta continúa hacia un lavanda intenso, hasta convertirse en malva, el cuál se diluye en rosas y naranjas aún pasteles. Las típicas copas grisáceas de algunas hayas parecen fundirse entre sí, formando un túnel que avanza hacia el primer plano del cuadro y que, a la derecha, parece ascender por una colina en cuya cima divisas un castillo que parece de piedra por el color gris azulado de su fachada. Tenues rayos solares iluminan la torre más alta y descienden a lo largo del verde follaje que cubre la colina junto a múltiples y coloridas flores silvestres desde la cima hasta la orilla de un riachuelo, que atraviesa de lado a lado el primer plano del cuadro. A mitad del cuadro, apareciendo desde el túnel de hayas, una figura femenina resplandece con un aura etérea y misteriosa. Su figura, cubierta con una túnica marfil destaca de entre los claroscuros del túnel. Del bajo de la túnica, sobresale un pie descalzo que roza tímidamente la superficie del agua que recorre el riachuelo. El rostro de la joven ofrece una expresión enigmática. Sus profundos ojos negros que miran hacia abajo y a la izquierda, absorben la luzz del sol que se refleja desde el agua iluminando sus pupilas, causando un efecto ilusorio que transforma ambos ojos en luceros rodeados de oscuridad. Su cabello rojizo parece flotar alrededor de su cabeza, como movido por una ráfaga de viento que hace ondear la túnica a la altura del vientre y que adosa la tela en los pechos mostrando su perfecta redondez. Un pequeño frailecillo parece revolotear sobre la palma de la mano izquierda de la misteriosa joven, la cual permanece extendida hacia adelante, sosteniendo una celedonia de forma estrellada y de un amarillo vibrante. Con su mano derecha, la joven aferra un trozo de la túnica, recogiéndola solo un poco. Una pulsera de rubíes descansa sobre la muñeca derecha y un anillo en forma de corazón a juego, rodea su dedo anular. El rubí del anillo parece palpitar con los rayos que chocan y reflejan también la luz del amanecer.
la instructora dice: «No has firmado el cuadro, eloy.
Eloy se fija en sus labios.
Eloy mira el cuadro, pensativo.
Eloy se mira las manos llenas de pintura y se acerca a coger un trapo de la mesa.
Eloy se fija que Humberto está caminando de un lado a otro frente al mostrador de recepción.
Eloy se limpia las manos de pintura y coge su móvil.
Eloy desbloquea la pantalla y teclea.
Eloy alza el móvil para que la mujer lea.
oyes un claxon cerca de aquí
Este es de Asier… le puede avisar, cierto?
la instructora le mira extrañada, pero al final asiente.
la instructora dice: «claro, sin problemas, Eloy.»
Eloy mira los labios de la mujer y respira profundo, luego mira de soslayo a Humberto quien lo está observando con cara de pocos amigos.
Eloy vuelve a teclear con rapidez.
en el móvil puede leerse:
volveré mañana, ahora ya debo irme.
La instructora lee y asiente, fijándose en el nerviosismo del joven.
La instructora se fija en Humberto.
La instructora siente escalofríos y baja la mirada un instante, luego mira el cuadro.
Eloy se acerca con rapidez a Humberto.
Humberto le hace señas de forma impaciente.
Eloy niega y sale del estudio con rapidez.
Humberto le sigue esta vez, sin poder ocultar su cojera.