Punto de vista: Kiara.
Sentada frente al portátil en casa de Irina, Kiara miraba la pantalla.
Irina, Belkis, Fabián, Ismael y Aymara, sentados en el salón a su alrededor, esperaban impacientes.Kiara cierra los ojos.
En un instante, por su mente atravesaron tantos momentos. cuando vio la comvocatoria en el tablón de anuncios del ayuntamiento; Cuando Ismael, todavía en el hospital le insistía en que presentase las oposiciones; cuando había ido a llevar la solicitud de participación en el proceso de selección; el gesto de desprecio que había puesto aquella mujer al recibir su solicitud. días después, llevando los papeles requeridos. cuanto le había costado que le enviasen desde Venezuela, las cartas y recomendaciones que necesitaba para acreditar su experiencia. el día que presentó las oposiciones; el nerviosismo y luego la calma con la que enfrentó el ejercicio teórico y el práctico. el tiempo de espera por la resolución del tribunal de selección. todo, todo se le agolpaba en la mente.Irina la miraba, retorciéndose las manos.
Irina dice: «Kia, dinos por favor.»
Kiara abre los ojos, su rostro no mostraba ni un ápice de emoción.
Kiara dirige su mirada a la pantalla.
Kiara hace clic con el ratón.
En el salón aumentaba la impaciencia.
Kiara parpadea varias veces; de pronto aprieta los ojos para reprimir las lágrimas.
Ismael se levanta y en dos zancadas llega junto a ella; la abraza con fuerza desde atrás.
Ismael dice: «Hay muchas otras plazas, García. No te me vayas a derrumbar ahora por esto.»
Ismael le besa en el cuello sin dejar el abrazo.
Ismael dice: «Eres buena, eso no vayas a dudarlo. siempre podemos intentar montar un centro médico, nena. algo se nos ocurrirá.»
Kiara empieza a temblar, intenta por todos sus medios controlarse.
Ismael advierte el ánimo de Kiara; no estaba tensa, todo lo contrario.
Ismael se separa de ella con los ojos entornados.
Kiara sigue sin abrir los ojos, pero se muerde el labio inferior.
Irina nota su expresión y la mira con el cejo fruncido.
Belkis se levanta a preparar café y té, imagina que la situación va a ponerse intensa de un momento a otro.
Fabián se pone de pie.
Fabián dice: «qué mierda pasa, es que no tenéis consideración? hablad de una puta vez.»
Ismael murmura: «cabrona, eres una hija de la gran puta.»
Kiara estalla en una carcajada. Las lágrimas le mojan el rostro.
Belkis escucha la risotada y piensa que han sido demasiadas emociones para García.
Aymara, sentada en el sofá, intenta descifrar lo que está ocurriendo.
Irina se levanta y se acerca al pequeño escritorio.
Irina se asoma a la pantalla un poco temerosa, no quiere que Kia pase otro trago amargo.
Irina se fija en el texto resaltado y abre los ojos, sorprendida.
Kiara se levanta del asiento.
Te marcas un bailecito.
Kiara se acerca a Ismael y le planta un beso en la boca.
Ismael la coge de la cintura y responde al beso, apasionado.
Fabián los observa y pone los ojos en blanco. Se acerca a Irina y mira la pantalla desde atrás, por encima de su cabeza.
Fabián murmura: «esta tia está como una regadera.»
Fabián niega con la cabeza y al final sonríe.
Belkis sale con una bandeja, la cafetera, dos tazas de té, leche y azúcar; galletitas de todo tipo con trocitos de chocolate.
Belkis deja la bandeja en la mesita del salón, Kiara se separa de Ismael, se gira y coge a Belkis de los brazos, zarandeándola.
Te marcas un bailecito.
Belkis se queda un poco desconcertada y mira a Fabián, que con la mirada le confirma el resultado.
Kiara le da dos besos a Belkis y vuelve a girar para acercarse a Aymara.
Aymara sigue sentada, intentando no interrumpir el momento.
Kiara coge de las manos a Aymara y se agacha.
Kiara murmura: «Lo he logrado, tenías razón, Aymi.»
AYmara se sonroja y le estrecha las manos con firmeza.
Aymara dice con acento venezolano, «es maravilloso, Kia, es maravilloso.»
Kiara le da un beso en la mejilla a la chica y se levanta.
Gritas: «¡Lo he conseguido, por mi maíta que está con todos mis ancestros, he conseguido la plaza!»
Belkis se acerca al ordenador y mira la pantalla.
Belkis murmura: «con dos ovarios, sí señor.»
En la pantalla se puede leer:
usted ha obtenido 21,50 puntos de un total de 30.
Kiara se acerca a Fabián.
Fabián la observa, impresionado por los resultados que había obtenido.
Dices: «me debes 100 euros.»
Fabián mira a Ismael.
Ismael se acerca a Kiara desde atrás y le abraza.
Ismael alza la mirada y ríe malicioso.
Ismael dice: «te advertí que no apostaras con ella, pero no hiciste caso.»
Ismael aspira el aroma de Kiara.
Kiara ríe y extiende la mano.
Fabián, resignado, saca su cartera del bolsillo posterior del vaquero, extrae dos billetes de 50 y se los deja en la mano a Kiara.
Kiara cierra el puño y lo alza, triunfal.
Irina se acerca a Kiara.
Kiara se zafa del abrazo de Ismael.
ambas mujeres se funden en un abrazo fraterno, cargado de alivio y afecto.
Murmuras: «nunca voy a tener como pagarte todo lo que me ayudásteis rina, vos eres la mejor hermana putativa que una pueda tener en la vida.»
Irina sonríe, emocionada.
Irina niega.
Irina dice: «te lo has currado tú, yo no tengo ni arte ni parte, Kia.»
Dices: «vos estáis muy loca si te creéis que hice esto sola. Este es un logro de todos. Hasta de Aymi, que se caló mil vainas por mi parte como una santa.»
Aymara dice con acento venezolano, «Tampoco es para tanto. Yo estoy tan agradecida con todos, en especial contigo que, como no iba a calarme todas esas cosas que sueltas en wuayúu»
Belkis dice: «De todas maneras, el que se llevó la peor parte fue Moreno.»
Ismael se encoge de hombros.
Ismael dice: «ni tanto, con eso de que se venía para aquí, de unas cuántas erupciones sí que me libré.»
Kiara alza una ceja.
dices: «mira que me puedo pasar una temporadita de este lado y dejarte con todo tu corotero ahí.»
Ismael pone los ojos en blanco.
Ismael dice: «Joder, pero si lo que intento es poner el piso habitable; que te estuviste quejando desde que me dieron el alta en el hospital.»
Dices: «coño, pero si es que apenas tenías un colchón, Moreno.»
Ismael sonríe con picardía.
Ismael atrae a Kiara hacia sí.
Ismael dice: «Eso no te importó mucho la primera noche, ¿verdad?»
Aymara e irina se sonrojan un poco, Fabián y Belkis se echan a reír.
Kiara lo besa y luego le muerde el labio inferior con suavidad.
Murmuras: «verás esta noche si me importa o no, ya verás.»
Ismael se echa a reír.
Fabián carraspea.
Fabián dice: «Bueno, va a haber celebración, ¿no? No váis a dejar el acontecimiento bajo la mesa.»
Ismael dice: «eso que lo decida García, ahí no me meto.»
Ismael sabía que Kiara no era muy dada al festejo. Le habría encantado hacer una reunión con los colegas de la extinta clínica, pero creía que eso era un arma de doble filo, por las pérdidas que ahbían tenido. Kiara no lo decía, pero él la había escuchado más de una vez, hablando sola en sueños; la había consolado cuando tenía aquellas pesadillas.
Kiara respira profundo.
Dices: «hagamos una cena en casa e invitemos a nuestros amigos. Es hora de ir avanzando.»
Ismael le coge de la mano y se la lleva a los labios.
Ismael murmura: «como tú quieras, cariño. Así lo haremos.»
La melancolía era compartida por todos, pero las ganas de salir adelante también.
Entre todos dieron cuenta del café, el té y las galletitas, mientras planificaban la cena, el menú y a quienes invitarían.
Una hora después…
Belkis mira su reloj.
Belkis dice: «Tengo consulta esta tarde, así que os veo luego. pasaré por el vino antes de volver a casa.»
Irina asiente y le da un beso en la mejilla.
Fabián hace lo propio y se pone en pie.
Fabián dice: «me encargo del postre, os veo por la noche.»
Kiara lo mira con suspicacia.
Dices: «no nos vayáis a traer de esas vainas dietéticas que te zampaís vos, Fábrega. si no, no te doy cena, estáis advertido.»
Fabián alza la mano derecha y luego se hace una cruz en el pecho del lado izquierdo.
Fabián dice: «os juro por lo más sagrado que os traeré lo más calórico que consiga en la pastelería.»
Kiara se ríe.
Fabián abre la puerta y se despide con un gesto de la mano.
Fabián se marcha, Belkis sale tras él y cierra la puerta.
Pasadas las nueve de la noche, los integrantes de la Clínica solidaria España que habían sobrevivido al fin del conflicto, compartían una deliciosa cena. el ambiente era acogedor y Apesar de la melancolía que de vez en cuando les acompañaba, el ánimo de celebrar el logro de una de sus integrantes era suficiente para hacerles olvidar un instante y sonreír por el inicio de un nuevo camino.
Manuel se pone de pie, cogiendo la copa de vino recién servida.
Manuel dice: «Por la nueva fisioterapeuta del Hospital Universitario de La Paz.»
Todos alzaron sus copas y brindaron a la salud de Kiara y por tener un motivo de celebrar en familia, porque eso es lo que les unía, ser una familia, eso era lo que les impulsaba a seguir adelante, apesar de lo que se había perdido.
—¡Salud! —dijeron a coro, todos los presentes.
Kiara miraba a todos de vez en cuando, sintiéndose afortunada y feliz.
Al día siguiente, con sus documentos en mano, Kiara se dirigía a firmar el contrato indefinido, ese que le daba una oportunidad, ese que le permitiría iniciar una nueva vida.