Punto de vista: Aurora
Ayudame, Auxita; un pedido ante la desesperación.
Casa de Auxita
Aurora está en el salón, caminando de un lado al otro y mirando a un punto fijo mientras piensa, debatiéndose en un dilema sobre el cual debe tomar una decisión.
Aurora piensa: qué odioso es saber que no puedo sola con esto, que me supera…no me puede estar pasando esto a mí.
Aurora sigue pensando, enlazando los dedos de ambas manos entre sí. Finalmente se decide y busca a Auxita pero sin encontrarla a simple vista.
Aurora se encamina al pasillo, intenta escuchar algo cerca de la habitación de Auxita y al no lograrlo, abre su puerta lentamente; al no verla la vuelve a cerrar, para dirigirse a la cocina.
Auxita está en el patio, regando algunas plantas y tarareando bajito una canción cualquiera.
Aurora se mete a la cocina, escucha a su hermana y abre la puerta que conduce al patio, viéndola de inmediato.
Auxita oye la puerta abrirse y se gira, viendo a Aurora y sonriéndole casi al instante.
Auxita dice: «hola, Auro. Todo bien?»
Dices: «sí, digamos. Auxi, quiero hablar contigo.»
Auxita borra la sonrisa y asiente
Aurora nota su expresión y le hace un gesto como para expresarle tranquilidad.
Auxita dice: «sí decime, hermana.»
Dices: «podemos…entrar a la casa? No creo que este sea el lugar adecuado»
Auxita se atreve a evaluar la expresión de su hermana, notándola un tanto diferente
Auxita dice: «bueno, si te sentís más cómoda no hay problema.»
Dices: «sí, tanto mejor.»
Auxita asiente y deja la regadera a un lado, se encamina a la puerta como para entrar a la cocina.
Aurora entra, pasa por la cocina rápidamente hasta llegar al pasillo que conduce al salón.
Auxita cierra las puertas y la sigue, a su ritmo.
Ambas llegan al salón, se sientan en sillones una frente a la otra y se miran.
Auxita dice: «puedo decirte algo? No te enojes…pero te veo afligida desde hace un buen tiempo.»
Aurora se lleva una mano al rostro y suspira, asintiendo.
Dices: «sí, justo te quiero contar una cosa, y ya sabés bajo qué condición»
Auxita dice: «Por supuesto, Auro; contame»
Auxita adopta una postura algo más relajada y de escucha, como si estuviera frente a un paciente en consultorio.
Aurora se mantiene pensativa, luego se decide a hablar.
Dices: «bueno…imagino que te acordás de Matías Brizuela.»
Auxita dice: «sí, lo recuerdo»
Dices: «su hermano Gerardo consiguió contactarme desde Paraguay queriendo tener información sobre mí, creí haberle dejado las cosas claras…pero desde hace unos días está en Madrid.»
Aurora baja la mirada, frustrada.
Auxita mantiene una expresión neutra y serena, mirándola.
Dices: «y eso me genera algo que no sé como decirte…pero no estoy tranquila, y eso no es normal, creo yo.»
Aurora vuelve a alzar la mirada hacia Auxita.
Auxita dice: «a ver, pensá un poco…qué sentís ante su presencia? Qué te pasa por la cabeza?»
Dices: «no puedo verlo, quiero saltarle a la cara. Me altera muchísimo. Cuando se va o me deja de escribir, siento que…que me arrepiento de no haberle saltado, me entra una culpa ahí medio rara»
Aurora a penas decir esto cierra los puños de ambas manos, pero al percibirlo los vuelve a abrir
Auxita mira sus comportamientos no verbales con detenimiento.
Dices: «incluso habiendo pasado ya un buen tiempo sin verlo…me siento con la adrenalina a mil, no puedo estar quieta y la cabeza igual, me pongo a pensar cualquier cosa»
Auxita asiente.
Auxita dice: «um, te produce ansiedad, Auro, y eso en vos no se suele dar usualmente»
Dices: «es lo que te digo. Me molesta esto que siento y no sé como sacármelo de encima.»
Auxita dice: «y ahora una pregunta algo más compleja…sabés el motivo de esas sensaciones? No lo consciente, Auro, pensá un poco más allá. en principio te molesta que haya venido, eso ya sabemos. Pero hay algo más?»
Aurora piensa.
Dices: «mmm y mirá…puede ser que sea por la rabia que todavía le tengo a su hermano, y también un poco a él porque no sé por qué se empeña en preocuparse por mí, saber cosas…a mí nunca me gustó algo así»
Auxita inclina la cabeza hacia un lado, sin dejar de prestarle atención.
Auxita dice: «sí pero a ver, no será que él está así de pendiente por alguna razón…personal? No le preguntaste por qué es así contigo?»
Dices: «claro que sí, mil veces, pero no me sabe o no me quiere responder.»
Aurora se acomoda mejor en el sillón, tratando de relajarse más.
Auxita dice: «cuál es la pregunta que le hacés exactamente? A lo mejor estaría ahí la cuestión para que no te responda adecuadamente»
Dices: «soy directa, le pregunto qué quiere conmigo. No sé hacerlo de otra manera, Auxita.»
Auxita sonríe levemente.
Auxita dice: «por ahí podrías replantearte la pregunta, esforzate por ser algo más sutil. No le preguntes qué quiere, sino el por qué de ese exceso de preocupación. Y de paso, a lo mejor te falta aclararle que no te gusta ese tipo de sobreprotección»
Dices: «es que como te digo, ahí está el verdadero problema. Lo veo y me arde la sangre, me esfuerzo muchísimo para no pegarle, pero ganas no me faltan. Es como si quisiera desquitarme con él por lo que pasó con Matías, una furia contenida muy fuerte»
Auxita no puede evitar sorprenderse un poco ante la manifestación de inminente agresividad y asiente.
Auxita dice: «entonces lo que te falta es, ante su presencia intentar relajarte un poco, tratar de separar las cosas.»
Dices: «creo que me pedís un imposible…»
Aurora suspira profundamente.
Dices: «ayudame Auxita, porque me temo que esto me puede, es más fuerte que yo»
Auxita al verla tensa se muda en un sillón algo más cercano y le ofrece una mano.
Aurora se la toma, volviendo a bajar la mirada.
Auxita dice: «tranqui, te voy a dar algunas instrucciones de para cuando lo tengas que ver otra vez, porque si está en Madrid…lo más seguro es que eso pase.»
Aurora la vuelve a mirar y asiente.
Dices: «si es por él me quiere ver todos los días, pero o no le respondo sus mensajes o le digo que hago cualquier cosa. En serio, no lo quiero ver.»
Auxita le aprieta levemente la mano y se la suelta
Auxita dice: «y perdoname pero…por qué esa reticencia a verlo? él no es Mati, te sobreprotege ciertamente pero, tengo entendido que son muy diferentes. Incluso si la memoria no me falla, él intentó rehabilitar a su hermano en su local, pero no lo logró porque el otro estaba ya demasiado metido en su adicción y no colaboraba.»
Dices: «sí, así es.»
Auxita dice: «entonces, a lo que quiero llegar es, si él es dueño de un gimnasio, si a ambos les gustan las mismas actividades pueden llegar a ser buenos amigos, o al menos no tratar con tanta aspereza. pero antes tenemos que ver por qué te negás a dejar que entre en tu vida.»
Aurora se comienza a incomodar al sentirse observada ante el comentario, pero intenta no demostrarlo en su expresión.
Dices: «um a ver…creo que te estás metiendo en un terreno fangoso pero, como sos mi hermana y ahora mismo estás en modo psicóloga…»
Auxita la interrumpe, negando con la cabeza.
Auxita dice: No, escuchame…no tenés que contarme si no querés, pero deberías pensarlo un poco, por qué esa negativa tan profunda y contundente…si tenés algún miedo en concreto.»
Aurora se extraña, mirando a Auxita interrogante.
Dices: «miedo…»
Auxita dice: «sí Auro, miedo. Muchas veces los miedos nos bloquean, pero también nos llevan a actuar de formas extremas, impulsivas…y yo lo que estoy viendo a priori es que te estás queriendo defender de un potencial peligro, de una amenaza que solo vos sabrás cual es»
Aurora piensa por un rato.
Dices: «mmm te parece? Jamás lo había visto de esa forma»
Auxita dice: «no lo tomes como verdad absoluta. Pero es lo que yo alcanzo a notar en tu forma de expresarte, en tus gestos…comunicás demasiadas cosas a la vez aunque no lo digas abiertamente, Auro»
Dices: «es posible. Pero bueno, me veo obligada a pedirte ayuda…y me importa un cuerno si es ético o no, jamás voy a contarle a otro psicólogo lo que te estoy contando a vos. así que…»
Auxita sonríe ante el comentario.
Auxita dice: «no hace falta, yo te voy a ayudar, vamos a resolver esto de a poco y con calma, sí? Siempre estuviste para mí, lo mínimo que puedo hacer es retribuirte el aguante, hermana de mi vida. No te preocupes.»
Aurora suspira y asiente.
Auxita dice: «no va ser una terapia propiamente lo que haríamos, pero alguna cosita puedo recomendarte.»
Dices: «no importa, como sea. Gracias…te debo una.»
Auxita dice: «con que me digas esa frase que tanto te cuesta decirme ya me pagás de sobra, así que a ver…»
Auxita le guiña un ojo
Aurora se muerde ligeramente los labios, luego se inclina un poco hacia delante, para hablar más bajo.
Auxita también se le acerca un poco, viendo que Aurora está predispuesta a hablar.
Murmuras: «qué difícil me lo ponés boluda pero…mmm, sabés que…que te quiero.»
Auxita sonríe, contenta.
Auxita murmura: «ves? sí podés, yo también te quiero muchísimo, mi otra mitad for ever.»
Auxita se acerca a su hermana y la abraza fuerte.
Aurora se deja hacer y corresponde, mirándola a los ojos.
Auxita murmura: «tranqui, va estar todo bien.»
Aurora asiente.
Las hermanas terminaron la charla de esa manera, luego se pusieron a arreglar cosas juntas en la casa, y alistarse para cada una salir a trabajar.