Punto de vista: Aurora.
Segunda llamada; Perla se desliga y Aurora cede un poco más.
Casa de Auxita
Te encuentras con Auxita.
Aurora y Auxita están en la cocina, preparándose para almorzar.
Aurora mira lo que hay a su alrededor.
Auxita toma la fuente de comida y sale de la cocina, predispuesta a llevarla a la mesa del salón.
Aurora va hasta la puerta y la mira irse.
Dices: «tenemos ya la ensalada?»
Auxita gira levemente la cabeza para mirarla, mientras se sonroja.
Dices: «no me digas nada, ya veo que no.»
Auxita se ríe.
Auxita dice: «dejo esto allá y lo preparo, sí?»
Aurora niega.
Dices: «dejá, lo hago yo.»
Auxita dice: «segura?»
Dices: «sí, segura. Vos andá.»
Auxita asiente y se dirige con la fuente hasta el salón.
Aurora se mete de nuevo en la cocina, buscando los vegetales para preparar la ensalada.
Auxita deja la fuente en medio de la mesa, verificando que no falte nada. Todos los utensilios que utilizarán, pan, la jarra de jugo de fresa.
Auxita ve que todo está bien y va hasta un sillón, dejándose caer; enciende la televisión y la mira.
Aurora trabaja preparando la ensalada, muy metida en su tarea.
De repente suena el móvil de Aurora que se encuentra en la mesa, en el lugar que suele ocupar.
Auxita gira la cabeza al oír el sonido, alcanzando a ver solo la pantalla encendida donde se proyecta el nombre de quien le llama.
Auxita dice: «Auro, suena tu teléfono.»
Aurora escucha esto desde la cocina y suspira, mientras va terminando la ensalada.
Dices: «gracias, dejalo ser.»
Auxita dice: «dale»
Auxita vuelve a mirar la televisión.
Aurora termina de preparar y se va con la fuente de la ensalada hasta el salón.
Auxita se gira al oír los pasos de su hermana, se levanta del sillón y se acerca a la mesa.
Aurora mira de reojo la pantalla pero la llamada se corta.
Aurora deja la fuente y se ubica en su lugar, Auxita al verla hace lo propio.
Ambas se sirven sus respectivas porciones en silencio.
El teléfono vuelve a sonar, Aurora lo mira y al ver el nombre de Perla, la rechaza inmediatamente y con un gesto, pone el móvil en silencio.
Aurora piensa: esta me la vas a pagar, Perla.
Auxita comienza a cortar la carne, toma una rodaja de pan y come lentamente.
Aurora deja el teléfono y también comienza a comer.
Pasan unos minutos, ambas comen silenciosamente hasta que…
Auxita mira a Aurora.
Auxita dice: «siempre tienen que llamar cuando es hora de comer, me suele pasar lo mismo.»
Aurora también la mira.
Dices: «sí, es una jodida molestia, sinceramente.»
Auxita sonríe mientras se lleva un pedazo de carne a la boca.
Dices: «pero bueno, al menos estos aparatos dejan poner en silencio, eso es útil»
Aurora come, todavía más lento que otros días.
Auxita dice: «sí, eso es cierto. Yo lo hago porque algunos pacientes tienen mi número, y no reparan en escribir o llamar a cualquier hora.»
Auxita toma más pan para acompañar la carne y la poca ensalada que se ha servido.
Aurora la mira pero sin hacer referencia.
Auxita comprende la mirada y hace una mueca.
Aurora la percibe y procura reprimir una sonrisa.
Dices: «qué pasa?»
Auxita sonríe y sigue comiendo.
Auxita dice: «es que me siento observada»
Auxita le guiña un ojo.
Aurora sonríe levemente.
Dices: «el que nada debe nada teme, dicen.»
Aurora lleva la mitad del plato.
Auxita está por terminar lo que se sirvió y se ríe.
Auxita dice: «que yo sepa no te debo nada a vos.»
Aurora niega
Dices: «y a vos misma?»
Auxita piensa, mientras deja los cubiertos a un lado tras terminar de comer.
Auxita dice: «conmigo misma tengo deudas que creo que no me va alcanzar la vida para pagarlas.»
Aurora come ensalada mientras la sigue mirando.
Dices: «si vos decís…para mí exagerás, pero bueno»
Dices: «igual hay cosas que sí o sí, y las sabés perfectamente.»
Auxita asiente mientras sirve jugo de fresa en su vaso y en el de Aurora.
Auxita dice: «y vos que tal?»
Aurora termina la última porción y también deja los cubiertos en el plato.
Dices: «bien, pero uff…ciertas cosas me descolocan.»
Auxita bebe jugo mientras la mira
Aurora acerca el vaso y sorve un poco.
Dices: «me es cada vez más difícil lidiar con cierto tipo de personas pero en fin, es lo que hay»
Auxita asiente.
Dices: «supongo esa será mi deuda, no sé»
Auxita deja el vaso sobre la mesa.
Auxita dice: «es que hay una diversidad de caracteres y personalidades, Auro. Y muchas veces hay choques, el ser humano es muy complejo de por sí.»
Aurora asiente.
Dices: «yo no estoy hecha para tratar con el ser humano, creo»
Aurora suspira.
Auxita toma más jugo y la mira, comprensiva.
Auxita dice: «no te voy a preguntar por qué lo decís pero mirá.»
Aurora la mira fijamente.
Auxita corresponde a la mirada.
Auxita dice: «imagino que habrás oído que el humano es un ser social, verdad?»
Aurora asiente.
Auxita dice: «bueno, eso te da la pauta de que todos, en mayor o menor medida, estamos hechos para interactuar con nuestros semejantes. En tu caso lo que pasa es, te voy a ser honesta, no me mates.»
Aurora niega.
Dices: «hablá»
Auxita dice: «vos sos un tanto inflexible, las cosas que te disgustan son más de las que te gustan. No te conformás con poco y probablemente, quisieras que la gente actuara y pensara como vos actuarías y pensarías.»
Dices: «mmm puede ser, sí»
Auxita dice: «en cierto modo a todos nos pasa eso de creer que nuestra verdad, nuestras experiencias son las únicas válidas y correctas. Lo que debemos es intentar comprender y sobre todo aceptar, que no siempre es así»
Auxita se sirve algo más de jugo y bebe.
Aurora bebe un poco más rápido y se termina el contenido del vaso, dándose tiempo a pensar.
Dices: «ya, y eso es lo que me falta a mí?»
Auxita dice: «supongo, igual vos te conocés mejor de lo que yo misma puedo conocerte, precisamente por otro rasgo de tu personalidad, el ser muy reservada. Ojo, esto que te digo no está mal por tu parte, si hay algo que me enseñaron en psicología es que nada de lo que hace una persona está bien ni está mal, ninguna persona es buena o mala en sí; más bien es única y debemos aprender a mirarla así, sin juzgar.»
Aurora asiente.
Dices: «pero eso se puede? Para mí es imposible.»
Auxita dice: «imposible no es, pero sí muy difícil. Por eso mi trabajo es muy delicado, tengo que evitar caer en esas cosas y en otras más.»
Dices: «por lo visto»
Auxita dice: «por cierto, hablando de trabajo… me decís la hora? Tengo el celular cargando en la pieza.»
Aurora mira el móvil
Aurora dice: «12:25»
Auxita oye esto, abre los ojos muy grandes y se levanta.
Auxita dice: «tengo que llegar para la una en la paz! Me voy corriendo a prepararme.»
Aurora sonríe.
Dices: «ahí tenés una de tus deudas contigo misma. La organización»
Auxita asiente riendo.
Auxita dice: «vengo, que el reloj no me espera»
Auxita va a tomar sus cubiertos de la mesa, pero Aurora le hace un gesto de espera.
Dices: «por esta vez te los llevo, pero los lavás vos a tu vuelta. Vamos, movete»
Auxita dice: «gracias!»
Auxita corre hasta su habitación, cerrando la puerta.
Aurora la mira y piensa: muy psicóloga…pero en ocasiones, incorregible.
Aurora se toma un tiempo, llevando los cubiertos de Auxita y los suyos al fregadero.
Aurora deja apartados los de Auxita de los suyos que ya ha lavado, a un lado de la encimera. Sale de la cocina y regresa al salón.
Aurora toma el móvil y lo revisa, encontrando 5 llamadas perdidas de Perla, además de la que rechazó antes.
Aurora se sienta, suspira y le devuelve la llamada
El teléfono da tono.
Perla ha descolgado la llamada.
Perla dice por teléfono, «hola amiga…sé que odiás que se te insista mucho. pero yo soy la que quiere hablar ahora.»
Aurora se mantiene tranquila en la mayor medida de sus posibilidades.
Aurora dice por teléfono, «hola…no esperaba eso de vos, es lo único que te puedo decir, boluda. En serio no me imaginaba…»
Perla dice por teléfono, «Auri escuchame…primero, perdón por lo de la otra vez, me descuidé y Gerard vio mi teléfono, no pude negarme ante la evidencia, y ya sabés como es de rompebolas él.»
Aurora se recuesta en el sillón entrecerrando los ojos y dirigiendo la cara como si mirara al techo.
Aurora dice por teléfono, «sí, pero qué quiere ese, me lo sabés explicar?»
Perla dice por teléfono, «bueno, él me dice lo mismo que a vos, que se preocupa…yo hace tiempazo no le veía más, su gym y todo dejó de abrir, va a volver ahora el mes que viene en el nuevo local que te contó vez pasada.»
Perla dice por teléfono, «lo único que te digo es que jamás vi a un tipo tan preocupado por una mina así…vos sabés como es él. Es súper raro verlo como lo veo…»
Aurora esboza una pequeña sonrisa, en un gesto de aparente incredulidad.
Aurora dice por teléfono, «Perla, vos me conocés, cierto?»
Perla dice por teléfono, «claro que sí, ya sé lo que me vas a decir…que esto no te impresiona…solo era un comentario.»
Aurora dice por teléfono, «sí, así es. Y aún conociéndome me hacés perder mi saldo y mi tiempo?»
Perla dice por teléfono, «no mirá, al contrario…quiero decirte que yo a partir de acá me desligo de este tema, no quiero perder tu confianza ni tu amistad por culpa de otras personas, melli.»
Aurora se vuelve a colocar con la mirada al frente y asiente, aunque Perla no la vea.
Aurora dice por teléfono, «bueno, todo sea porque sos prácticamente mi única amiga…pero espero no vuelvas a caer en la misma cosa»
Aurora piensa y sonríe, maliciosa.
Aurora dice por teléfono, «mmm igual, creo que sé como cobrarte esto.»
Perla dice por teléfono, alzando más la voz y entre risas: «nooo!»
Perla tarda unos segundos en calmar la risa, luego sigue.
Perla dice por teléfono, «escuchame Auri, voy a hacer una última cosa por este tipo, ya vas a saber vos qué hacés con él; te mando su número y llamalo, mandalo a la mierda, amenazalo, hacé lo que quieras…pero que por favor no me tenga más como intermediaria a mí. Yo ya le dije, pero seguro tus palabras tienen más…peso.»
Aurora dice por teléfono, «hecho, dejámelo a mí»
Perla dice por teléfono, «gracias, en serio…ojalá te lo puedas quitar de encima como sabés hacer.»
Aurora adquiere una expresión de confianza absoluta en su rostro.
Aurora dice por teléfono, «eso seguro, perdé cuidado»
Auxita sale de la habitación, cierra la puerta y camina hasta el pasillo, adentrándose al salón y viendo a Aurora con el teléfono.
Perla dice por teléfono, «y melli Auxi como anda? mandale saludos de mi parte.»
Auxita la ve hablando y le murmura muy bajo: «me voy, Auro»
Aurora le hace un gesto señalando la televisión que había dejado encendida, luego las llaves colgadas en un sitio y asiente.
Auxita comprende el gesto y asiente, sonriendo.
Auxita toma el mando de la mesita y apaga la televisión, se encamina a buscar las llaves y salir de la casa.
Aurora espera a que Auxita se vaya.
Auxita abre la puerta
Auxita sale de la casa.
Han cerrado la puerta desde fuera.
Aurora dice por teléfono, «anda bien, estuvo hecha pelota este último tiempo pero se viene recuperando. Justo ahora acaba de salir pero dale, yo le digo
Perla dice por teléfono, «genial»
Aurora dice por teléfono, «ahora te dejo, le llamo a este gil y le jodo de una vez sus putas ilusiones.»
Perla dice por teléfono, «dale, te mando el correíto. Abrazo, amigaza y gracias de vuelta por seguir confiando en mí.»
Aurora dice por teléfono, «hablamos, perrísima.»
Se escucha una risotada de Perla antes de que Aurora corte la llamada.
El correo finalmente llega, Aurora lo revisa y tras apuntar el número, llama a Gerardo.
El teléfono da tono.
Gerardo ha descolgado la llamada.
Gerardo dice por teléfono, «hola?»
Aurora dice por teléfono, «hola, me reconocés, supongo.»
Gerardo dice por teléfono, «hola Aurora. Sí, y a decir verdad me sorprende que me llames. Cómo estás?»
Aurora dice por teléfono, «bien. Te llamo por 2 cosas puntuales; una, dejá en paz a Perla, y dos, decime bien y de una buena vez lo que querés de mí.»
Gerardo dice por teléfono, «bueno, la Perli era la única intermediaria por la cual podía contactarte pero ahora que me llamaste tranqui, ya no la jodo.»
Gerardo ríe despacito al teléfono.
Aurora tiene expresión neutra pero se mantiene serena.
Aurora dice por teléfono, «eso está bien, ahora lo otro.»
Gerardo dice por teléfono, «ya te dije, solo saber de vos, ciertamente no nos veíamos más desde que cortaste con Mati, pero me enteré que viajaste a España y desde ahí te perdí el rastro. Volviste a Paraguay según me contaron pero no te busqué, sabía que estabas enojada aunque no me imaginé que tu enojo seguía hasta ahora.»
Aurora suspira.
Gerardo dice por teléfono, «te quiero ver, quiero que retomemos las actividades de antes, nada es lo mismo sin vos en las maratones, muchos incluso preguntan si no volverías al gym. Aunque no lo creas, te extrañamos todos.»
Aurora dice por teléfono, «sigo en España, trabajo como instructora particular y estoy bien así; tengo cerca a mis hermanos, vivo bien y tranquila. Contento?»
Gerardo dice por teléfono, «entonces…no pensás volver?»
Aurora dice por teléfono, «de momento no lo tengo pensado.»
Gerardo dice por teléfono, «ah entiendo…hubiera querido que veas mi nuevo local y claro, que trabajemos juntos.»
Aurora se muerde los labios y niega levemente.
Aurora dice por teléfono, «de verlo lo puedo ver, siempre me podés mandar fotos. Pero trabajar juntos no, definitivamente no.»
Gerardo dice por teléfono, «fotos…qué fácil es la vida para vos. Pero como quieras…espero no te enojes con Perla, ya sabés que soy el único malechor en todo esto.»
Aurora dice por teléfono, «eso dejame solucionar a mí, OK?»
Gerardo dice por teléfono, «bueno, tranqui. Entonces, me das tu mail para pasarte las fotos?»
Aurora se lleva una mano a la cabeza, seria.
Aurora dice por teléfono, «en serio pensás que muero por verlas?»
Gerardo dice por teléfono, «daaale si que, juro no molestarte mucho.»
Aurora dice por teléfono, «solo una vez te lo voy a decir, si no estás atento es tu problema»
Gerardo dice por teléfono, «estoy súper atento.»
Aurora duda un poco, pero luego le dicta su dirección de correo.
Gerardo dice por teléfono, «gracias…te las mando en breve.»
Aurora dice por teléfono, «bien, ahora te corto, a ver si puedo dormir un poco.»
Se oye un leve suspiro del otro lado.
Gerardo dice por teléfono, «descansa…y gracias por al menos escucharme.»
Aurora dice por teléfono, «hablamos, Brizuela.»
Aurora cuelga la llamada, bloquea el móvil y se levanta del sillón, dirigiéndose a su habitación.
Aurora deja el móvil sobre la mesita para luego acomodarse en la cama, intentando dormir y olvidar por un momento la realidad.