punto de vista: Marcos.
Apartamento tipo estudio
Es un pequeño pero cómodo apartamento, decorado con un estilo moderno y minimalista. Al entrar observas al fondo una cama de 135 x 190 tipo diván abatible, de nogal con varios cojines azul medianoche y crema. Junto a la cama, una puerta que da al baño, con su plato de ducha, un lavabo y el retrete. A la izquierda un ventanal permite observar parte de la calle alcalá e ilumina toda la estancia. bajo el ventanal una mesita y un par de puf, permiten disfrutar de un momento agradable. A la derecha, un kitchen bien equipado con Una nevera pequeña, microondas, cocina de dos hornillas y un horno pequeño, fregadero y varios gabinetes superiores e inferiores en madera de cerezo. Los gabinetes superiores llevan cristales biselados, desde donde se pueden ver diversos platos, tazas y vasos. El conjunto acompaña a una barra que hace las funciones de mesón. Un par de taburetes altos, también de madera de cerezo y cojines color crema dan un aire acogedor. Perpendicular al kitchen, un práctico armario de nogal y un televisor pantalla plana que ccuelga de la pared cierran el ambiente.
Marcos sale de la ducha con una toalla envuelta en la cintura.
La luz del amanecer comienza a colarse entre las persianas.
Marcos coge la ropa que tiene sobre la cama y comienza a vestirse con parsimonia.
Marcos se gira para verificar su aspecto en el espejo.
Marcos
Es un hombre muy alto, esbelto y musculoso sin exageración. De cabello castaño claro y ojos verde claro. Mirada serena. rostro muy masculino. Piel tostada por el sol. Más observador que hablador.
Se nota claramente que es un hombre.
Lleva puesta una elegante camisa azul rey marca Summerfield.
Lleva puestos unos pantalones negros de vestir.
Calza unos elegantes zapatos negros marca Cebra Pitufa.
lleva puesto un reloj de hombre Tomblend Hint IVMarcos se ve de arriba abajo y asiente.
Marcos se acerca al kitchen y se sirve una taza de café.
Mientras disfruta el aroma, su mente vaga un poco.
Golpes distantes le sacan de su ensimismamiento.
Marcos sale del departamento hacia su despacho.
Despacho
Es una oficina de paredes color champagne con algún que otro cuadro colgado en ellas. El suelo es de roble macizo de aspecto satinado. En el centro el escritorio cuenta con un hordenador, un teléfono y una impresora, además de algunos papeles y carpetas organizados, dejando espacio en la superficie. Detrás del escritorio, un enorme ventanal dota de luz al espacio. En una esquina se encuentra un discreto mueble bar y cerca de él hay una pequeña mesa ratona con dos cómodos sillones.
Ves una caja registradora aquí.
Los golpes se escuchan más fuertes y de forma persistente.
Marcos abre la puerta de su despacho.
Marcos mira con detenimiento a la mujer que está parada en su puerta y se aparta un poco para dejarle pasar.
Elaine
Es una mujer delgada de estatura media. Su piel de alabastro contrasta con el negro intenso de su rizada cabellera, la cual enmarca un rostro de rasgos finos y delicados donde unos ojos verde jade reinan por la intensidad con la cual suelen observarlo todo. Su forma de caminar hace pensar en las hadas míticas de un bosque irlandés.
Dices: «Buenos días, Elaine.»
Marcos se adentra en el despacho, rodeando el escritorio.
Elaine lo mira y cierra la puerta tras de sí.
Dices: «Has desayunado ya? Puedo pedir que suban algo del café, si te apetece.»
Elaine se cruza de brazos mirando a Marcos a los ojos.
Elaine dice con acento irlandés, «quiero saber por qué llevas rehuyéndome todo el fin de semana, darling.
Marcos se recuesta del sillón en silencio.
Elaine aparta una silla y se sienta sin dejar de mirarle.
Marcos coge la taza de café y da un sorbo, volviendo a dejarla sobre el escritorio.
Murmuras: «no creo que sea necesario que vuelva a explicarte las cosas, Elaine, eres una mujer inteligente.»
Elaine frunce el cejo.
Elaine dice con acento irlandés, «Que pongas a Rick de por medio solo es una excusa barata por tu parte, laochra, lo sabes y yo lo sé.»
Marcos aprieta los dientes.
Murmuras: «siempre has sido una mujer caprichosa y testaruda, Elaine… pero tienes que aprender que no siempre vas a obtener lo que deseas.»
Elaine se pone de pie y rodea el escritorio.
Marcos gira en el sillón quedando frente a la mujer.
Elaine comienza a desvestirse mirando a Marcos a los ojos.
Murmuras: «para ya, Elaine. Rick y yo hemos sido amigos por mucho tiempo.»
Elaine murmura con acento irlandés, «Eso no te importó antes.»
Murmuras: «antes no eras su esposa.»
Elaine se acerca a Marcos.
Marcos empuja el sillón hasta que este choca con la pared.
Murmuras: «Basta ya, Elaine. Vístete y baja a desayunar.»
Elaine sigue aproximándose despacio, hasta que sus rodillas desnudas chocan con las de Marcos.
Marcos se pone de pie.
Elaine se acerca y le abraza por la cintura, rozando su cuerpo con el de Marcos.
Marcos le coge de los brazos para intentar separarla pero Elaine se aferra a su camisa.
Murmuras: «no quiero ser brusco, Elaine.»
Elaine murmura con acento irlandés, «me gusta que seas brusco, me gusta el sexo duro contigo, ya lo sabes, laochra.»
Murmuras: «deja de llamarme así.»»
Elaine sonríe con malicia, fijándose en el bulto entre las piernas de Marcos.
Elaine dice con acento irlandés, «me deseas, eso no lo puedes negar.»
Marcos la coge con fuerza por ambos brazos y la levanta dejándola sobre su escritorio.
Dices: «soy hombre, Elaine. Si me provocas mi cuerpo va a responder. pero no puedo darte lo que quieres. Lo hemos discutido millones de veces.»
Elaine se pasa la lengua por los labios, incitadora.
Elaine dice con acento irlandés, «sí que puedes, pero no quieres…»
Marcos se pasa la mano por el cabello, frustrado.
Marcos la mira a los ojos.
Elaine se quita el sujetador con rapidez.
Marcos le mira los pechos, luego asciende hasta su rostro.
Dices: «no estoy hecho para los afectos, Elaine. ¿Por qué te cuesta tanto aceptarlo?»
Elaine lo mira con deseo, mientras se toma los pechos como sabe que a Marcos le gusta.
Marcos la observa en silencio.
Elaine abre y cierra las piernas para provocarle.
Marcos inspira profundo, el aroma de Elaine lo va inundando todo.
Marcos se desabotona los puños de la camisa y mientras la observa, va sacando cada botón del ojal hasta abrirse toda la camisa.
Elaine lo mira con un deje de triunfo en la mirada.
Marcos se quita la camisa y la deja en el espaldar de su sillón.
Marcos se acerca a Elaine y le separa las piernas con su cuerpo.
Marcos empuja a la mujer con la mano hasta dejarla acostada sobre el escritorio.
La densa melena de rizos de Elaine se esparce y cuelga un poco hacia el vacío.
DISCLAIMER
La escena que se describe a continuación puede no ser apta para menores de edad o personas sensibles, debido a su contenido sexual explícito.
Marcos observa el espectáculo que ofrece Elaine tumbada sobre su escritorio, con aquella mirada de lujuria tan impúdica.
Marcos le pellizca los pezones, provocando que Elaine dé un respingo.
Elaine mira a Marcos y siente cómo aumenta su excitación.
Marcos le quita las bragas, despacio.
Elaine gime mordiéndose el labio.
Marcos juega con sus dedos en el sexo de Elaine.
Marcos la mira.
Elaine yace con los ojos cerrados y el rostro anhelante.
Marcos aprieta los dientes.
Murmuras: «ábrete para mí, sióga.»
Elaine suspira profundo cuando escucha aquel adjetivo en boca de Marcos y coloca sus manos en cada ingle, separando sus labios vaginales.
Marcos recorre el sexo de Elaine de arriba abajo viendo como ella se estremece con cada caricia mientras permanece con ambas manos en sus ingles.
Marcos introduce dos dedos provocando un gemido ronco que Elaine no puede contener.
Elaine intenta cogerle para acercarlo a ella, pero Marcos se detiene.
Murmuras: «conoces las reglas, sióga.»»
Elaine suspira y vuelve a colocar sus manos en las ingles.
Marcos reanuda el movimiento de sus dedos.
Elaine dice: «Ba mhaith liom a bhraitheann taobh istigh domsa»
Marcos se tensa y detiene la penetración.
Dices: «no hables en Gaélico, Elaine.»»
Elaine se muerde el labio, frustrada.
Elaine murmura con acento irlandés, «laochra, por favor, quiero sentirte dentro de mí.»
Marcos vuelve a introducir los dedos, penetrando con habilidad y rapidez.
Elaine gime moviendo la cabeza de un lado a otro, alzando sus caderas buscando intensificar la sensación de aquellos dedos en su interior.
Marcos alterna el entrar y salir de sus dedos con un movimiento circular del pulgar sobre el clítoris de Elaine.
Marcos siente como la vagina de Elaine se va apretando alrededor de sus dedos.
Marcos la mira y el espectáculo le parece de lo más decadente.
Elaine murmura con acento irlandés, «te necesito, laochra, por favor.»
Marcos siente como el clímax de elaine se va a proximando.
Murmuras: «te mueres por correrte, ¿no?»
Elaine asiente con la cabeza sin abrir los ojos, empezando a desesperarse por el anhelo y esa posición que le impedía tocarle.
Murmuras: «abre los ojos, Elaine.»
Elaine tiembla, pero sigue sin obedecer.
Marcos se detiene, con los dedos en su interior y el pulgar apenas rozándole el clítoris.
Elaine expulsa el aire que estaba conteniendo.
Elaine murmura con acento irlandés, «por favor, no pares ahora, necesito…»
Marcos saca los dedos de la vagina de Elaine, esta emite un jadeo involuntario ante la sensación de vacío.
Marcos la ve de arriba abajo.
Dices: «qué es lo que necesitas, dilo…»
Elaine dice con acento irlandés, «sentirte dentro de mí, necesito correrme contigo dentro de mí, laochra.»
Dices: «mírame.»
Elaine abre los ojos, tiene la mirada casi nublada por el anhelo y el deseo.
Marcos se le queda mirando con intensidad.
Elaine se estremece ante aquella mirada.
Elaine comienza a suplicar que la folle como a ambos les gustaba.
Marcos la escucha en silencio.
Elaine intenta cogerle de la muñeca, pero Marcos no se lo permite.
Dices: «no gimas, no grites, no te muevas y sobre todo, no me toques, o te prometo que no te correrás, Elaine.»»
El tono autoritario de marcos la excitó.
Marcos la mira esperando una respuesta.
Elaine traga varias veces.
Dices: «has entendido lo que te dije?»
Elaine asiente con la cabeza.
Marcos vuelve a meter sus dedos hasta el fondo, haciendo que Elaine abriese los ojos con fuerza.
Marcos comienza a estimularla con parsimonia, a sabiendas de que ella necesitaba y deseaba un ritmo más vertiginoso.
Elaine lucha en su interior contra el deseo de gemir, de moverse y sobre todo de tener contacto con él. el esfuerzo la está torturando, la tensión hace que el cuerpo le duela.
Algunos minutos más tarde.
Elaine murmura con acento irlandés, «por favor, no puedo más…»
Murmuras: «cállete, Elaine.»
Marcos acelera sus movimientos.
Elaine se aprieta ambos pechos, la necesidad era más que acuciante.
Marcos la observa en silencio sin dejar de estimularla.
Elaine siente que está a punto de correrse y se muerde el labio con fuerza para contener los gemidos que pugnan por salir de su boca.
Marcos la mira a punto de alcanzar el clímax y baja la intensidad del estímulo.
La frustración de Elaine se hace evidente al no poder alcanzar el orgasmo.
elaine se debate entre el deseo de correrse, suplicarle de nuevo a Marcos o enfrentarse a la frustración sexual de no alcanzar el clímax.
Murmuras: «no te corras, Elaine.»
Elaine sabe lo que significa esa advertencia y se excita hasta límites insospechados.
Marcos inicia un entrar y salir con más rapidez y violencia de la vagina de Elaine, mientras con el pulgar iba frotando su clítoris, turgente y enrojecido.
Elaine se tensa y se arquea, mordiéndose con fuerza el labio, intentando no correrse.
Marcos ve como asoma un hilo de sangre entre las comisuras de Elaine.
Marcos sabe que está abusando de los límites de la chica, pero ella lo había pedido.
Marcos reanuda la estimulación, Elaine temblaba casi de forma convulsiva.
Dices: «córrete, sióga, córrete pero no te atrevas a gemir.»
Elaine se deja arrastrar por la sensación de los dedos de Marcos en su vagina, sintiendo cómo el orgasmo le alcanza con fuerza.
Elaine comienza a llorar sin poder evitarlo.
Marcos deja de rozarle el clítoris con el pulgar, moviendo sus dedos y presionando de forma constante hacia adelante sobre aquel punto abultado en la cara interna del clítoris y Elaine se vuelve a correr.
Marcos saca los dedos de la vagina de Elaine que, está tumbada llorando sobre su escritorio.
Marcos camina hacia su departamento, se lava las manos y coge una toalla.
elaine está temblando.
Marcos sale hacia el despacho.
Elaine sigue llorando en silencio sobre el escritorio.
Marcos le pone la toalla sobre el torso.
Murmuras: «aséate y márchate, Elaine.»
Elaine se incorpora temblorosa y coge la toalla para asearse y comenzar a vestirse.
Elaine se baja del escritorio tambaleándose un poco.
Marcos coge el auricular del teléfono y habla con el personal del café.
Elaine lo ve con el torso aún desnudo y no puede reprimir el llanto.
Marcos cuelga el teléfono y comienza a ponerse la camisa.
Elaine se viste con manos temblorosas.
Elaine dice con acento irlandés, «no imaginé que te volvieses un hijo de puta, laochra.»
Marcos se gira y la mira a los ojos con frialdad.
Dices: «siempre he sido un hijo de puta, pero tú no has querido verlo ni aceptarlo nunca, Elaine.»
Elaine llora y el maquillaje se le riega aún más sobre las mejillas areboladas por el reciente orgasmo.
Tocan a la puerta con fuerza.
Dices: «he ordenado que te lleven el desayuno a tu habitación.»
Marcos se levanta y va hacia la puerta, la abre y Rick entra frenando en seco al ver a Elaine.
Elaine sale a toda prisa hacia las escaleras.
Rick expande y contrae sus fosas nasales, apretando los puños y aflojándolos para contenerse.
Marcos cierra la puerta.
Rick dice con acento galés, «te lo preguntaré una sola vez… ¿te la follaste?»
Marcos alza una ceja adoptando un gesto de incredulidad.
Marcos rodea su escritorio y se sienta en el sillón.
Rick se deja caer en una de las sillas del otro lado del escritorio sin dejar de ver a Marcos.
Marcos junta los dedos en un gesto reflexivo, luego entrecruza los dedos apoyándolos en su abdomen y mira a Rick.
Dices: «le provoqué un orgasmo, sí. Puedo darte detalles, pero no creo que sea lo que buscas.»
Rick se pasa la mano por la cara varias veces.
Marcos lo mira, comprendiendo cómo debe sentirse.
Rick aprieta los dientes, está tenso como cuerda de guitarra.
Rick lo mira, entre frustrado y rabioso.
Rick dice con acento galés, «es mi mujer y se supone que tú eres mi amigo.»
Marcos se reclina en su sillón.
Dices: «rick, siempre has sido consciente de lo que había entre Elaine y yo y aún así te casaste con ella. Desde que llegásteis he evitado esta situación, pero no soy de hierro.»
Rick lo mira, dolido.
Rick dice con acento galés, «siempre has sido un hijo de puta, deartháir, pero que me culpes a mí por no contenerte con la mujer de otro es un insulto.»
Marcos resopla.
Dices: «no he hecho nada que no hubieses hecho tú en el pasado, Rick.»
Rick se levanta de golpe.
Rick dice con acento galés, «es un pase de factura, es eso, Deartháir?»
Marcos habla con tono autoritario.
Dices: «no seas idiota, Rick. si lo que estuviese buscando es venganza, habría hecho que te dejase plantado en el altar.»
Rick asesta el golpe y regresa a la silla dejándose caer pesadamente.
Rick dice con acento galés, «yo no me la follé, Deartháir.»
Marcos mira a Rick.
Dices: «lo sé, solo hiciste lo que creías correcto para ella. Ella merecía un hombre decente, no un tio hijo de puta como yo.»
Rick traga grueso.
Marcos guarda silencio un instante.
Dices: «Hoy yo hice algo parecido, Rick. Hice lo que pensé sería lo mejor para Elaine, aunque a sus ojos resulte despreciable.»
Murmuras: «y a los tuyos también.»
Rick lo mira sin comprender.
Marcos le explica cómo ocurrieron las cosas.
Marcos observa el rostro de su amigo.
Dices: «tengo cámaras aquí dentro, por si no me crees.»
Rick murmura con acento galés, «la humillaste…»
Marcos mira a Rick a los ojos.
Dices: «sí, la humillé. Elaine es una mujer con un apetito sexual voraz y un orgullo demasiado grande. he sido educado y cortés con ella todo este tiempo y no ha servido de nada. Espero que se aferre a esta humillación y así pase la página, Rick.»
Rick lo mira y en sus ojos se percibe la tormenta emocional que está atravesando.
Marcos mira a Rick, comprensivo.
Dices: «Sé que volveréis en un par de días a Irlanda. Podeis quedaros aquí, o puedo organizar vuestro traslado a otro hotel, es cosa de hablarlo con Gregory. si decides quedarte, tienes mi palabra que no volveré a cruzarme con ella.»
Rick lo mira, compungido.
Rick niega con la cabeza.
Rick dice con acento galés, «está obsesionada, querrá sacarte de tu error, que veas que no puedes resistirte. Ella nunca ha aceptado que no la ames, que estuvieses a punto de unirte a otra mujer.»
Marcos se tensa por los recuerdos, pero se recompone.
Dices: «imagino que fue lo que hizo contigo.»
Rick dice con acento galés, «eso ya no importa. el asunto es que no puedo atarla a la cama, ni encerrarla en la habitación… y tú no puedes dejar tu negocio.»
Marcos se levanta y se sienta frente a Rick.
Dices: «no, pero aquí tenemos medidas de seguridad. Daré la orden de que no se le permita subir a esta planta, suponiendo que no haya sido suficiente herida para su orgullo.»
Rick se pone de pie y abre la puerta.
Marcos se levanta.
Rick dice con acento galés, «Tenía la vaga esperanza de que este viaje sirviera para unirnos más, para que por fin la sombra de vuestro pasado juntos desapareciese. qué equivocado estaba y que iluso fui.»
Murmuras: «quizá no sea tarde, mo deartháir.»
Rick dice con acento galés, «ojalá tuvieses razón.»
Rick sale del despacho sin mirar atrás.
Marcos ve cómo Rick baja las escaleras y cierra la puerta tras de sí.
Notas: algunos vocablos utilizados pertenecen al Gaélico irlandés. Laochra: guerrero; sióga: hada; deartháir: hermano.