punto de vista: arnulfo.
Cristóbal abre la puerta y entra a la habitación del paciente impedido
arnulfo se tensa, con el ruido, pero se recompone
Cristóbal se acerca a la cama del paciente y coge la historia, hace unas anotaciones y la descuelga.
Cristóbal da una mirada buscando a la chica de siempre pero no la encuentra.
arnulfo observa cada movimiento del médico
Cristóbal mira al paciente.
arnulfo le sostiene la mirada
Cristóbal dice con acento melillense, «Estás ya de alta, así que lo que hay que esperar es que vengan de la IDO a por ti.»
Asientes afirmativamente.
Cristóbal asiente con la cabeza y sale con la historia.
Cristóbal se marcha.
arnulfo piensa en los cambios que esto implica
Mayra entra a la habitación y sus tacones resuenan contra el suelo.
el ruido de los tacones de mayra saca a arnulfo de sus pensamientos
Mayra se detiene ante la cama del paciente.
arnulfo se ve tranquilo
Mayra dice: «En breve vendrá la IDO a trasladarte, has quedado a cargo del doctor Humberto Ferrer. Debe estar al llegar, así que…»
Mayra mira alrededor y hace una mueca algo indescifrable.
Dices: «gracias»
Mayra dice: «le diré a una enfermera que recoja tus cosas.»
Mayra omite el comentario del paciente y sale con rapidez.
Mayra se marcha.
arnulfo se queda pensando por un rato hasta que finalmente se decide tomar su móvil y enviarle un mensaje de despedida a romina
SMS enviado: «hola; estoy a la espera de que el tutor venga por mí. habría querido despedirme en persona, pero no importa. gracias por lo que viví a tu lado; deseo que seas feliz y logres todo lo que te propongas. por último quiero que sepas que no te culpo por no haber querido asumir una responsabilidad tan grande. arni»
arnulfo vuelve a dejar el móvil; siente ganas de llorar, pero se recompone
arnulfo piensa: no voy a llorar por quien no se queda
Humberto entra con paso firme y lento a la habitación de su próximo tutoreado.
arnulfo hace lo posible por no mostrar emoción alguna
Humberto te mira.
arnulfo mira a quien será su tutor
Humberto
Tiene el cabello entrecano, con grandes entradas a los lados y un pico de viuda que se pierde en una frente ancha. Su nariz, ligeramente torcida, separa dos ojos de color gris, que se aclaran u oscurecen según su estado de ánimo. Posee una mirada inquietante, sobre todo cuando se posa fija en un objetivo, ya que no suele parpadear. Su boca de labios delgados, ofrece una sonrisa maliciosa enmarcada en una barba tipo candado. Mide más de un metro setenta, pero no llega al metro ochenta. Suele esforzarse en disimular una cojera leve en su pierna izquierda.
Se nota claramente que es un hombre.
Notas que mantiene una atención activa.
Humberto se acerca por un lateral, rodeando la cama.
Humberto dice con acento Melillense, «Te llamas Arnulfo, ¿no? Yo soy el doctor Ferrer, seré tu tutor de ahora en adelante.»
arnulfo observa atento al hombre antes de responder
Dices: «es correcto, señor»
Humberto se inclina sobre el joven y le coloca la chapa en la camiseta a la altura del cuello.
arnulfo intenta no tensarse ante el contacto
Humberto dice con acento Melillense, «me imagino que ya te han explicado como funciona la organización, ¿no?»
Dices: «algo me han dicho, sí»
Humberto dice con acento Melillense, «menos mal, porque no tengo tiempo de entrar en explicaciones insulsas.»
Dices: «no podré trabajar, ni tener propiedades, ni esas cosas que hace la gente que no tiene discapacidad alguna»
Humberto asiente mirando al joven de arriba a abajo.
Humberto dice con acento Melillense, «puesto que nos encargaremos de ti, se espera que te comportes a la altura y no des problemas.»
Dices: «no pasará, señor»
Humberto asiente mirando al joven.
arnulfo recuerda que ha olvidado un cuaderno en su casa y piensa que debe recuperarlo ya que ahí escribió cosas de su pasado
Dices: «será posible ir a… a donde vivía antes? me he dejado algo que es muy importante para mí»
Humberto dice con acento Melillense, «Mas vale que así sea, Arnulfo. si bien es cierto que en la IDO velamos por vosotros los incapacitados, no significa que no os pongamos normas de conducta. Si no imagina lo que pasaría.»
Humberto niega rotundamente.
Humberto dice con acento Melillense, «me dices y ya voy yo a por ello.»
Dices: «vivía en la planta 4 de la torre, en la puerta dos»
Humberto dice con acento Melillense, «De todas formas, bajo nuestra tutela no necesitas de nada material, nosotros nos encargamos de vuestras necesidades.»
Humberto dice con acento Melillense, «sí, ya se me ha informado de ello, ten en cuenta que nos haremos cargo de esa propiedad de ahora en adelante.»
Dices: «bueno es que tiene un valor sentimental»
Humberto sonríe con malicia.
Humberto dice con acento Melillense, «tonterías, el sentimentalismo solo genera más dependencia… »
Humberto mira al joven fijándose en sus piernas.
Humberto dice con acento Melillense, «me parece que ya tienes bastante de eso, no te parece?»
arnulfo discimula la preocupación que le causa no recuperar su cuaderno. teme que alguien más lo encuentre y lo lea
Dices: «vastante de qué, señor»
Humberto se fija en la expresión del joven y un brillo de suspicacia le atraviesa la mirada.
Humberto dice con acento Melillense, «pues si no te enteras de a qué me refiero, quizá haya que evaluarte cognitivamente. Lo notificaré a mis superiores.»
la puerta se abre y un celador entra con una silla de ruedas.
Humberto se gira para ver al celador.
Humberto dice con acento Melillense, «ya era hora, haz el favor de bajarlo hasta la ambulancia, no tengo tiempo para seguir perdiéndolo aquí con este traslado y vuestra lentitud.»
arnulfo mira al celador
Humberto mira al joven.
Humberto dice con acento Melillense, «me encargaré de los últimos trámites, os veo en la ambulancia.»
arnulfo hace un gesto, como pidiendo al celador que acerque la silla
el celador pone gesto adusto pero se muerde la lengua.
Humberto sale de la habitación.
el celador acerca la silla.
arnulfo se impulsa hasta quedar sentado en la silla
Dices: «gracias, señor»
el celador dice: «Venga, campeón, vamos a llevarte a toda pastilla, antes de que al dragón de comodo este le dé por sacarnos la lengua viperina esa que tiene.»
Sonríes.
el celador pilla las cosas de Arnulfo y se las deja en el regazo.
Murmuras: «imagine que tendré qué aguantarlo»
el celador dice: «Listo?»
el celador mira al joven, comprensivo.
Dices: «vamos, que algo me dice que será peor que entrenar con un perro de ataque sin traje de protección»
el celador dice: «Bueno, campeón, las personas como tú siempre tienen la fortaleza que necesitan, recuerda eso.»
Suspiras profundamente.
Dices: «créame que no»
Dices: «o al menos yo no me la encuentro»
el celador asiente y comienza a empujar la silla a toda pastilla.
El celador dice: «que va, chaval, verás que ni el guardia de la campana puede contigo.»
El celador sube al ascensor, pisa el botón de planta baja y el ascensor se pone en movimiento.
Dices: «hojalá, porque ya es mucho»
el celador le da una palmadita en el hombro al joven.
el ascensor llega y abre sus puertas.
Humberto espera al celador y al joven en planta baja.
Humberto mira al celador metiéndole prisas.
el celador sale a toda velocidad y Humberto le sigue.
arnulfo quiere reírse, pero se aguanta las ganas al ver a humberto
en las afueras una ambulancia espera a Humberto.
arnulfo mira hacia todos lados
Humberto hace gestos y entre el celador y el chofer suben a Arnulfo en la parte posterior de la ambulancia.
el celador dice: «cuídate, chaval.»
arnulfo se despide con un gesto del celador
las puertas de la ambulancia se cierran.
Humberto sube con el chofer en la cabina del conductor.
La ambulancia sale disparada rumbo al piso de la IDO.
tras varios minutos la ambulancia llega a su destino y arnulfo ingresa al piso de la IDO
Un piso de la IDO
Te encuentras con Humberto.
arnulfo observa el lugar con curiosidad
Humberto cierra la puerta tras de sí.
Humberto dice con acento Melillense, «te indicaré cual será tu habitación. Por el momento estarás solo en ella.»
Humberto camina delante del joven a través del pasillo.
Humberto se gira un poco.
Humberto dice con acento Melillense, «eres capaz de mover tu silla solo, no?»
arnulfo se desplaza siguiendo a humberto
Humberto abre una puerta.
arnulfo se detiene cerca de la puerta sin atreverse a entrar
Humberto dice con acento Melillense, «tengo otro tutoreado aquí, es sordo, por lo que te recomiendo que no intentes hablar con él.»
Humberto espera junto a la puerta.
arnulfo entra en la habitación
Humberto mira a Arnulfo.
arnulfo maneobra para retroceder
Humberto dice con acento Melillense, «Aquí tenemos un horario y unas rutinas estrictas. si no las cumples, te atienes a las consecuencias.»
Humberto está parado tras la silla y da un paso hacia atrás evitando que el joven le lleve por delante.
Humberto dice con acento Melillense, «serás idiota, haz el favor de ponerle el freno a la cosa esa.»
Humberto se cruza de brazos.
arnulfo bloquea las ruedas
arnulfo piensa: te llevaré por delante cuando estemos cerca de un lugar que tenga escaleras… idiota tu abuela
Humberto dice con acento Melillense, «De tu cuarto te ocupas tú, no pretendo tener gente entrando y saliendo y veo que los brazos te funcionan bien.»
Dices: «sí, señor»
Humberto dice con acento Melillense, «Espero que obedezcas órdenes y no des problemas. No te quiero cerca de mi otro tutoreado, está claro? él es una persona sensible y la gente suele alterarle.»
Dices: «y si {el se acerca?»
Humberto mira al joven achicando los ojos.
Humberto dice con acento Melillense, «ya me encargaré yo de Eloy. De todas formas, ya te dije que es sordo y no habla.»
Asientes afirmativamente.
Humberto dice con acento Melillense, «la llamada para las comidas son dos toques en la puerta. llamo una sola vez, si no sales, te quedas sin comer.»
Humberto dice con acento Melillense, «en el armario tienes tu ropa y productos de higiene personal. me informas cuando necesites reponerlos.»
arnulfo escucha atento las instrucciones
Humberto dice con acento Melillense, «la colada se hace cada dos días, ten eso en cuenta. Ahí en la esquina tienes la cesta de ropa sucia.»
Humberto dice con acento Melillense, «¿alguna pregunta?»
arnulfo piensa un poco antes de responder
Dices: «no, señor»
Humberto asiente con la cabeza.
Humberto dice con acento Melillense, «bien. Te dejo, tengo cosas en qué ocuparme.»
Asientes afirmativamente.
Humberto sale de la habitación y cierra la puerta.
arnulfo murmura por lo bajo: bienvenido a la vida de parásito, arnulfo
Humberto sale a toda prisa cerrando la puerta del piso con llave.
arnulfo dice: pues ni modo, arnulfo, esto es lo que hay.