Punto de vista: Aletheia.
Comunidad de Madrid; Zona de vehículos.
Ves Rinault Migane, Caza T-50 Bak Fa, Helicóptero Tigre2, un helicóptero tigre, un coche de la marca KOA, sazaki kitara, y Grand Keroky 4X4 lim aquí.
Kalev camina junto a Aletheia sin perder de vista su expresión.
Aletheia desactiva la alarma del todoterreno.;
Los seguros de las puertas se desbloquean.;
Aletheia abre la puerta del conductor.
Kalev se para tras Aletheia y le toma del brazo con suavidad.
Kalev dice con acento ruso, «deja que yo conduzca hasta casa, koshechka.»
Aletheia se gira y le entrega las llaves.
Kalev le da un suave beso en la frente.
Aletheia rodea la Kitara por la parte posterior y abre la puerta del copiloto.
Kalev le sigue con la mirada.
Aletheia sube al todoterreno y estira la cinta para ajustarse el cinturón.
Kalev sube al todoterreno y estira la cinta del cinturón para luego introducir la hebilla y engancharla.
Aletheia introduce la hebilla del cinturón en el anclaje y cierra la puerta.
Kalev cierra la puerta, bloqueando los seguros.
Kalev introduce la llave en el cilindro de encendido, la gira y arranca el motor.;
Aletheia activa el GPS.
Aletheia programa la ruta en el GPS.
Tiempo estimado: 42 minutos.
La voz del GPS indica la duración del trayecto hasta llegar al destino.;
Kalev mete la velocidad en la palanca de cambios con el pie presionando el cloche.
Kalev pisa el acelerador mientras afloja la presión en el cloche y el coche se pone en movimiento.;
Kalev mira la vía y de cuando en cuando los espejos retrovisores mientras conduce.
Kalev mira a Aletheia de soslayo.
Aletheia va en silencio, pensativa, mientras mira por la ventanilla.
Kalev dice con acento ruso, «sabes que cuentas conmigo, koshechka… lo solucionaremos.»
Aletheia se gira con los ojos brillantes de emoción y le acaricia el antebrazo con la yema de los dedos.
Dices con acento catalán, «lo sé, cielo… lo sé.»
Kalev esboza una sonrisa tenue y vuelve a fijar la mirada al frente.
Cuarenta minutos después…
Kalev reduce la velocidad al llegar a la casona.
Kalev activa el mando y el portón se abre.
Sazaki Kitara ingresa despacio al interior de la propiedad.
Un portón se va cerrando con lentitud, mientras Kalev aparca la Kitara.
Kalev mira por los espejos retrovisores y el parabrisas, maniobrando hasta que se estaciona.
Ladridos animados se van escuchando cada vez más cerca.
Kalev extrae la llave del cilindro de encendido y se desabrocha el cinturón.
Kalev desbloquea los seguros y abre la puerta del vehículo.
Aletheia se desabrocha el cinturón y baja del todoterreno.
guadalajara; Un paraje recóndito en la Serranía de Guadalajara
Ves sazaki kitara y Casona Castellana aquí.Kalev cierra la puerta del todoterreno y activa la alarma.
Los seguros de las puertas se bloquean.
Orión, Atlas y Zeus corren con vigor tras Ilce, Franc y Paulino.
Los niños ríen de forma traviesa.
A Kalev se le ilumina el rostro.
Aletheia le mira de soslayo.
Ilce se fija en Kalev y da grititos de alegría al salir a su encuentro.
Franc se detiene un momento y ve a Aletheia; tras unos segundos sale corriendo hacia ella.
Los perros corren tras los niños, ladrando y moviendo los rabos.
Paulino va más atrás.
Ilce extiende sus bracitos hacia Kalev, que la coge en peso y la balancea varias veces en el aire.
La niña ríe de regocijo.
Franc abraza a su madre rodeándola por las caderas, apoyando su cabeza un instante, para luego alzar la cabeza y mirarla con adoración.
Aletheia le coge con suavidad por los hombros para separarlo un poco y acuclillarse.
Aletheia frota la punta de su nariz con la de su hijo.
Franc ríe y repite el gesto.
Ilce grita con entusiasmo entre los brazos de Kalev.
Ilce grita: «¡teya, teya!»
Aletheia se incorpora y sonríe al ver a la pequeña Ilce extendiéndole los bracitos.
Franc se gira y ve a Ilce con los ojitos brillantes de emoción.
Aletheia se pone de pie y coge a Ilce en brazos.
Los perros dan varias sacudidas antes de apoyar el culo y sentarse ante una señal de Kalev.
Los perros mueven el rabo de un lado a otro, espectantes.
Franc y Kalev se miran.
Aletheia está recibiendo besitos mojados y sonoros de la niña y observa a su hijo con Kalev.
Kalev se acuclilla.
Franc se acerca seguido por Paulino.
Kalev mira a Franc, espectante.
Aletheia nota en los ojos de Kalev, el deseo de darle afecto a su hijo, al igual que hace con Ilce.
Aletheia se emociona y estrecha a la pequeña entre sus brazos.
Franc mira a Kalev.
Franc dice: «¿nos cuentas historias hoy?»
Kalev lo mira, emocionado, mientras asiente ofreciendo una sonrisa.
Franc siente algo en la panza que ya no es como antes, ni como cuando se fue su papá a la estrella.
Franc le devuelve la sonrisa.
Kalev dice con acento ruso, «¿Qué historias queréis hoy?»
Paulino abre los ojos, emocionado.
Paulino dice con acento catalán, «de magos y hechiceros?»
Franc dice: «mejor de esos que no se mueren nunca.»
Paulino aplaude, entusiasmado.
Paulino dice con acento catalán, «sí, de inmortales, esos que se pelean con las espadas.»
Kalev se levanta y extiende ambas manos a los niños.
Kalev dice con acento ruso, «Venga, historia de inmortales.»
Ambos niños dan un salto y chillan de alegría.
Paulino se coge a la mano de kalev.
Kalev sigue con la mano extendida hacia Franc.
Franc le mira la mano y luego alza la cara para verlo a los ojos.
Aletheia sigue la escena, entre nerviosa y preocupada.
Ilce se remueve entre sus brazos para que le deje en el suelo.
Aletheia la baja sin dejar de mirar a su hijo.
Zeus da un par de ladridos y enseguida se acerca a Franc.
Ilce corre hacia Orión y Atlas y choca con ambos, cayendo sentada de culo.
Los perros giran sus cabezas para ver a la niña.
Ilce dice: «uhh, iso ulo.»
Ilce extiende una manito hacia Atlas, este le da un lametón en la palma.
Ilce estalla en risas.
Zeus vuelve a ladrar, empujando con el hocico a Franc.
Franc se coge por fin de la mano de Kalev.
Kalev sonríe, mientras camina con los niños.
Aletheia mira un poco sorprendida.
Ilce se logra levantar cogiéndose del collar de Atlas.
Ilce camina en dirección a Kalev, que se ha sentado bajo la sombra de algunos árboles, los perros la siguen atentos.
Monse que ha estado parada en la puerta mirando también, sonríe.
Aletheia se gira y al ver a Monse parpadea para contener las lágrimas.
Aletheia se acerca.
Monse se sienta en los escalones y le hace un gesto a Aletheia para que la acompañe.
La luz del atardecer incide sobre las ventanas y la copa de los árboles.
Aletheia suspira ante la visión del paisaje.
Monse mira hacia donde están los niños con Kalev, luego mira a Aletheia.
Aletheia se sienta y cierra los ojos un instante.
Monse le coge de la mano y le da un apretón suave.
Monse dice: «Jean me llamó… lo siento, cariño.»
Aletheia abre los ojos.
Dices con acento catalán, «si perdiese a Franc, no sé… no sé si podría resistirlo.»
Monse la mira y asiente.
Monse dice: «Lo sé, el amor por los hijos no depende de un vientre… y el tuyo por ese pequeño es inmenso. Pero has de confiar, estamos juntos, lo vamos a solucionar.»
Aletheia se aferra a la mano de Monse.
Monse vuelve a mirar hacia donde está Kalev.
Monse dice: «Los adora, como si fuesen suyos. Pocas veces he visto algo así.»
Aletheia mira a su hijo sentado junto a Kalev, que tiene a Ilce en su regazo y habla, gesticulando animadamente.
Los niños lo miran, maravillados y entusiasmados.
Los perros se han echado alrededor del grupo, disfrutando de la brisa que sopla con suavidad moviendo la copa de los árboles.
Monse rompe el silencio.
Monse dice: «Franc ha crecido mucho… también ha cambiado mucho desde que Kalev vive con vosotros.»
Dices con acento catalán, «pensé que lo que vi hoy no pasaría nunca.»
Monse dice: «el amor sana los corazones dolidos, cariño, pero la constancia y la dedicación junto a la paciencia obran milagros.»
Aletheia mira a Monse.
Monse le sostiene la mirada.
Monse dice: «Kalev le dedica tiempo a los niños tanto como tú, y aún más cuando tú estás en tu trabajo.»
Aletheia se gira un instante para verlo.
Monse sigue la mirada de Aletheia.
Monse dice: «el te ama, claro; pero a ellos los adora. Juega con ellos, les da de comer, los ayuda a bañarse y a vestirse cuando has estado en esas guardias tuyas. él es bueno para ellos, tanto como para ti, Ale.»
Aletheia asiente, emocionada.
Monse la mira y luego mira hacia los niños.
Monse dice: «confía en él… en todos nosotros, pero mucho más en él. Estará contigo, todos lo estaremos.»
Aletheia se gira para mirar a Monse.
Dices con acento catalán, «Gracias, por ser, por estar, por tanto…»
Monse le suelta y le da unas palmaditas en el dorso de la mano.
Monse dice: «nada, eso hace la familia, cariño. Ven, vamos a preparar la cena. Jean vendrá un poco más tarde.»
Monse se pone de pie y se sacude el pantalón.
Aletheia se levanta y entra en la casona tras Monse.
Bajo los árboles, Kalev está terminando la historia de Connor el inmortal.
Ilce da palmaditas, Paulino se levanta y hace como si tuviera una espada en la mano.
Los perros se ponen en pie y comienzan a ladrar, entusiasmados por la perspectiva de jugar.
Franc mira a Kalev.
Kalev le sostiene la mirada.
Kalev dice con acento ruso, «¿No te gustó la historia, lyubov?»
Franc lo mira y asiente.
Franc dice: «qué es eso?»
Kalev dice con acento ruso, «¿El qué?»
Franc se acerca un poco, sus rodillas rozan el muslo de Kalev.
Franc dice: «eso que me llamaste.»
Franc baja la mirada y coge puñados de tierra y grama.
Kalev dice con acento ruso, «lyubov quiere decir cariño… si no te gusta, puedo decirte solo Franc.»
Franc alza la mirada y se queda pensando un momento.
Franc dice: «mi mamá me dice carin…»
Franc se queda pensando en la palabra.
Kalev dice con acento ruso, «carinyet, a mí me lo dice a veces, pero creo que es algo solo para ti.»
Franc abre mucho los ojos y luego asiente.
Franc dice: «a los demás y a Ilce no les dice así.»
Kalev niega con la cabeza.
Kalev dice con acento ruso, «es porque tú eres muy especial para tu mamá.»
Franc vuelve a mirarle, luego hace gestos… parece pensativo.
Franc dice: «Tú, quieres a mi mamá?»
Kalev asiente sin dejar de mirar al niño.
Kalev dice con acento ruso, «sí, yo quiero mucho a tu mamá.»
Franc coge más puñados de tierra.
Franc alza la mirada.
Franc dice: «cómo un papá a una mamá?»
Kalev dice con acento ruso, «sí, como un papá a una mamá.»
Franc se llena los pantalones y las rodillas de tierra al ponerse de pie, mirando a kalev.
Franc dice: «¿tú, me quieres?»
A Kalev le brillan los ojos de emoción.
Franc siente que la pancita le da brincos, pero quiere saber.
Kalev dice con acento ruso, «sí, te quiero, Franc.»
Franc siente que la pancita ya no le brinca tanto como antes de preguntar.
Franc da un paso adelante y luego se sienta en un muslo de kalev.
Kalev se estremece de emoción.
Franc siente que el hombre se mueve un poco.
Franc dice: «peso mucho?»
Kalev baja la mirada y niega con la cabeza.
Franc dice: «por qué te mueves así?»
Kalev dice con acento ruso, «porque estoy emocionado. Sabes cómo es estar emocionado?»
Franc niega con la cabeza, pegándose un poco más al torso de Kalev.
Kalev se acomoda al niño en el regazo. A franc le gustan las manos del hombre porque lo tocan con cuidado.
Kalev abraza al niño.
Franc se relaja, la panza ya no le brinca.
Kalev habla y Franc siente como el pecho le vibra con la voz del hombre.
Kalev dice con acento ruso, «estar emocionado es … es como sentir que la panza da brincos, así como las ranas y los sapos.»
Franc dice: «¿cómo los conejitos?»
Kalev dice con acento ruso, «sí, cómo los conejitos también. Pero … no como cuando te duele la panza, o te dan ganas de potar, sino como cuando te dan muchas ganas de reír, o aplaudir… o tienes ganas de abrazar y dar besos.»
Franc se queda recostado pensando.
Franc dice: «como cuando yo quiero abrazar y darle besitos a mi mamá. O como cuando Ilce me da besitos por las mañanas»
Kalev dice con acento ruso, «sí, así.»
Franc suspira, relajándose, mientras ve a Ilce correr tras Atlas y Orión, con Paulino y Zeus detrás.
Franc dice: «tú quieres a Ilce también?»
Kalev le acaricia la cabeza mientras ve a la pequeña volver a caer de culo y reírse.
Kalev dice con acento ruso, «sí, a ella también la quiero.»
Franc dice: «y quieres ser nuestro papá?»
Kalev estrecha el abrazo, sintiendo que los ojos se le empañan un poco.
Kalev traga.
Kalev dice con acento ruso, «Te gustaría que fuese vuestro papá?»
Franc asiente, moviendo la cabeza sobre el torso de Kalev.
Franc dice: «Tú nos quieres y nos cuentas historias y juegas con nosotros y vienes si hay sueños feos y no gritas aunnque te enfades si nos portamos mal.»
Franc respira profundo.
Franc dice: «y mi mamá ya no llora y no está triste y Ilce se ríe y ya no llora por la noche… y yo no me hago más pis y ella tampoco se hace mmás pis.»
Kalev ríe un poco.
A Franc le gusta la risa del hombre.
Kalev dice con acento ruso, «todo eso es muy bueno.»
Franc dice: «sí.»
Franc se levanta del regazo de Kalev, se gira y lo mira.
Franc dice: «Le puedo decir a mi mamá y al Paulino que vas a ser mi papá?»
Kalev asiente y esboza una sonrisa.
Kalev dice con acento ruso, «claro, puedes decírselo a quien tú quieras.»
Franc se queda pensando.
Franc dice: «Al tío Jean también?»
Kalev dice con acento ruso, «sí, al tío Jean También.
Franc aprieta los labios un momento, frunciendo el cejo.
Kalev lo observa intentando adivinar qué le ha hecho cambiar el semblante.
Franc lo mira.
Franc dice: «y tú también te vas a ir a una estrella como mi otra mamá y como Ines?»
Kalev frunce el cejo un instante pensando a quien se refiere el niño, luego cree entenderlo, se pone de pie y se acuclilla frente a Franc.
Kalev dice con acento ruso, «todas las personas en algún momento tienen que irse. A veces vuelven, otras veces no pueden volver, pero no se van porque quieran irse o porque no nos quieran.»
Franc lo escucha atento, su mamá le dijo algo parecido una vez.
Kalev dice con acento ruso, «Yo quiero quedarme todo el tiempo que pueda contigo, con Ilce y con tu mamá.»
Franc dice: «vale»
Franc sale corriendo a reunirse con Paulino, los perros e Ilce.
Aletheia sale de la casona.
Franc ve a Aletheia y sale corriendo hacia ella.
Kalev ve la escena y sonríe.
Franc da saltitos y gesticula emocionado.
Aletheia se agacha para abrazar a Franc.
Kalev va a por Ilce, esta se deja coger, mientras los perros revolotean juguetones.
Kalev se acerca con Ilce en brazos, Aletheia se yiergue y le sonríe, emocionada.
Kalev dice con acento ruso, «parece que el pequeño emisario ya ha dado su mensaje, ¿no?»
Aletheia asiente.
Dices con acento catalán, «este pequeño emisario, me ha dado las mejores noticias del día.»
Kalev dice con acento ruso, «entonces habrá que recompensarlo.»
Aletheia ríe.
Franc se coge con una mano a su madre y con la otra a Kalev.
Monse sale de la casona a ver por qué tardan tanto en entrar.
Paulino sale corriendo hacia su madre.
Paulino dice con acento catalán, «mamá! el Franc va a estrenarse un papá nuevo!»
Monse mira a su hijo, luego a Aletheia y a Kalev.
Ilce da palmaditas, luego palmea una mejilla de Kalev.
Paulino corre pero se detiene de pronto antes de entrar.
Paulino dice con acento catalán, «voy a contarle a papá, vais a ver la cara de la Aurori cuando se lo cuente!»
Paulino sale corriendo al interior de la casona, los perros le van detrás, ladrando.
Franc se suelta de ambas manos y corre tras Paulino.
Monse los mira, contenta.
Monse dice: «Venga, ahora hay más motivos para celebrar esta noche.»
Monse se gira y entra en la casona.
Aletheia y Kalev se miran.
Ilce dice: «ebrar, esta!»
Murmuras con acento catalán, «uy, lo que te espera en unos años, cielo.»
Ilce bota contra el brazo de Kalev que la sostiene, mientras caminan al interior de la casona.
Kalev achica los ojos un momento, mirando a Aletheia.
Kalev murmura con acento ruso, «querrás decir lo que nos espera, kosechka.»
Aletheia sonríe mientras ve a Kalev con Ilce en brazos y a Franc que lo aborda tomándole de la mano para llevarle hacia el invernadero.