Nueva escena de rol: Encuentro inoportuno

Punto de vista: Fabián.

Un cómodo apartamento
Observas un apartamento muy acogedor y cómodo. La decoración es minimalista y de buen gusto. Una vez finaliza el pasillo de la entrada, te encuentras en el salón comedor. a la derecha está la cocina y a la izquierda dos ventanales te permiten observar toda la ciudad. Al frente ves un pasillo que da a las habitaciones y a un baño. La habitación matrimonial tiene un baño incorporado, un armario amplio y una cama de grandes dimensiones, con sus mesitas y sus lámparas de luz. Las dos habitaciones individuales restantes, tienen un armario, una cómoda, una cama matrimonial de dimensiones estándar y sus mesitas.
Ves Un sillón de relax modelo Lockhart en color crema, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Jarrón de cristal y una cocina nueva aquí.
Aymara coge las llaves y su bastón y se dispone a salir de la casa.
Irina la ataja en la puerta.
Irina dice: «¿A dónde vas, aymi?»
Aymara se gira.
Aymara dice con acento venezolano, «Voy a llevarle bizcocho a Fabián, a organizar un poco su casa y depaso a oxigenarme, el encierro comienza a pasarme factura, Irina.»
Irina la toma de la mano.
Irina dice: «Te acompaño.»
Aymara resopla un poco.
Aymara dice con acento venezolano, «solo iré unos pisos más abajo, no es necesario que vengas conmigo. Además ya he ido otras veces»
Irina la observa y suspira.
Irina dice: «No es por sobreprotegerte, guapa. No al menos de lo que piensas.»
Aymara frunce el cejo.
Aymara dice con acento venezolano, «No te comprendo. Pasa alguna cosa que yo no sepa?»
Irina se muerde el labio inferior, dubitativa.
Aymara comienza a impacientarse por el silencio entre ambas.
Aymara dice con acento venezolano, «Te ha dicho algo Fabián sobre mí? si ha quedado algo mal hecho, me lo pueden decir sin problemas, ya sabes que no me voy a ofender ni nada de eso, Irina.»
Irina le toma la otra mano.
Irina dice: «no, no, cariño. Fabián no tiene ninguna queja, ni yo tampoco. todo lo contrario, a veces tengo la sensación de que sí que nos pudieses ver. Y cuando te veo encargarte de cosas de aquí de casa, siempre me sorprendes.»
Aymara se ruboriza un poco, pero se recompone de inmediato.
Aymara dice con acento venezolano, «entonces, qué pasa?»
Irina sigue algo indecisa pero se anima finalmente.
Irina dice: «Verás, Aymi, es que Fabián últimamente está un poco irritable, desde que se fue la chica con la que estaba saliendo y bueno, ahora lleva otro ritmo de vida un poco diferente…»
Aymara se queda pensativa un instante.
Aymara gira el rostro hacia Irina como si la estuviese viendo a los ojos.
Aymara murmura con acento venezolano, «O sea, me quieres decir que puede no estar solo en su casa, es eso?»
Irina asiente y luego se sonroja dándose cuenta de que aymara no puede verla y espera una respuesta verbal.
Irina murmura: «bueno, sí, algo así.»
aymara asiente con un gesto leve de cabeza.
Aymara piensa un instante.
Aymara dice con acento venezolano, «cuando he ido a su casa procuro no ser invasiva y siempre voy cuando creo que está de guardia. Pero entiendo a qué te refieres, así que si quieres, ven conmigo, tú puedes darte cuenta más rápido si estuviese acompañado, que no queremos que se incomode, ¿verdad?»
Irina le da un apretón suave y se acerca a la puerta.
Aymara coge la pequeña bolsa con el tupper y adelanta a irina.
Aymara abre la puerta.
Aymara sale de la casa.
La planta número 13
Ves Apartamento, Un cómodo apartamento, Un sencillo apartamento, y Un precioso pisito aquí.
Irina coge las llaves y cierra la puerta.
aymara despliega su bastón.
El ruido de los tramos del bastón encajando unos con otros reberveran en el rellano.
Aymara se dirige hacia el ascensor y pulsa el botón, la bolsa con el tupper se balancea un poco con el movimiento.
Pulsas el botón del elevador y este se pone en movimiento.
el ascensor de la torre de madrid llega y las puertas se abren.
Irina entra en el ascensor.
Aymara entra en el ascensor de la torre de madrid.
el ascensor de la torre de madrid

Te encuentras con Pepi e Irina.
Irina sonríe a Pepi.
Pepi dice con acento gallego, «Pero que tempraniño os levantais, hijiñas.»
Irina pulsa el botón de la planta 8 y le coge la bolsa a Aymara.
Anukis ronronea y se frota contra las perneras del vaquero de Aymara.
Aymara se dobla un poco apoyándose en su bastón y acaricia a la gata con cuidado.
Anukis se apoya en las patas traseras y posa las delanteras en una pierna de aymara para lamerle la mano.
Aymara ríe un poco, la lengua áspera de la gata le hace cosquillas en el dorso de la mano.
Pepi dice con acento gallego, «No, no, anukis, no seas traviesiña, deja a esta rapariga tranquiliña, que a lo mejor no le gusta que la estén lamiendo.»
Aymara se yergue y sonríe a la mujer.
Aymara dice con acento venezolano, «No pasa nada, señora, Si su gata es un amor de cosas bellas.»
El ascensor cierra las puertas y se pone en marcha.
Pepi sonríe, complacida.
Pepi dice con acento gallego, «Ay, pero si tú también eres de por ahí, pero que monada. si es que mi Anukis adora a los que son de por ahí como tú, ¿sabes? si es que eres una guapina tú.»
Pepi le pellizca un moflete a Aymara.
Anukis ronronea exigiendo atención y comienza a arañar el suelo.
Pepi se inclina y la coge rodeándole la pancita con el brazo.
Anukis bufa pero luego se relaja cuando comienza a recibir caricias en el lomo y la cabeza, de todas las presentes en el ascensor.
Anukis ronronea.
el ascensor de la torre de madrid para en la planta número 8 y las puertas se abren.
Irina dice: «Hemos llegado ya,Aymi.»
Aymara asiente y se guía con el bastón para salir del ascensor.
Irina sale tras ella.
Pepi las ve marchar.
Pepi murmura con acento gallego, «Lo ves, mi anukis, luego toda esa gente quejándose por nada y esa guapina brindando sonrisas tan preciosiñas. si es que hay unagente en esta vida, hay una gente en esta vida.»
El ascensor de la torre de Madrid cierra sus puertas y se pone en marcha.
La planta número 8
Ves Un pisito confortable, Un piso acogedor, Un confortable piso de estilo nórdico, y Casa de Gorca aquí.
Aymara se acerca con paso firme moviendo su bastón a izquierda y derecha hacia la puerta del piso de Fabián.
Irina camina a su lado.
aymara llama al timbre de la puerta.

aymara llama al timbre de la puerta.
Aymara se gira hacia donde cree está Irina.
Aymara dice con acento venezolano, «Creo que no debe estar, le escribí y no contestó y ahora no sale a abrir.»
Aymara se saca unas llaves del bolsillo del vaquero.
Irina coge las llaves de manos de aymara y abre la puerta.
Aymara entra en la casa.
Irina entra en la casa.
Un confortable piso de estilo nórdico
Es un piso funcional y minimalista, caracterizado por el estilo nórdico de su decoración. Cuenta con tres habitaciones, baño para invitados, sala comedor, cocina y una cómoda terraza desde la cuál se ve parte de la ciudad. Las paredes alternan colores neutros con alguno que otro complemento de colores vivos,lo que da el toque perfecto al ambiente. El suelo está revestido de madera de Haya incrementando la sensación de calidez y confort. La pared acristalada que separa el salón de la terraza, brinda la iluminación perfecta a todo el espacio.
Aymara le pide la bolsa a Irina y esta se la entrega.
Aymara va con la bolsa hacia la cocina.
Irina observa alrededor, comienza a poner un poco de orden.
Gemidos amortiguados se escuchan de pronto.
Irina se incorpora y se tensa, dirige la mirada hacia la puerta que da a la habitación que suele usar Fabián.
Aymara sale de la cocina y advierte el ruido, se sonroja pero intenta recomponerse.
Irina la observa y se le acerca.
Ambas se disponen a salir a toda prisa cuando la puerta se abre de golpe.
Una mujer morena sale en tromba, con la ropa en la mano y las mejillas sonrosadas y no precisamente de excitación sino de furia.
Fabián sale tras ella, desnudo y con una expresión de incomodidad y frustración.
Dices: «Espera un momento, maldita sea, espera y hablamos.»
La mujer se frena en seco mirando a Aymara.
La mujer dice: «tienes visita, así que mejor lo dejamos así, Fábrega.»
Fabián se gira sin comprender y se topa con Aymara e Irina.
El cuerpo de Fabián reacciona de forma imprevista al ver a Aymara y percibir su perfume.
La mujer baja la mirada y una chispa de rabia le hace brillar los ojos.
La mujer dice: «Háztelo mirar, fábrega. Pensé que eras de otro tipo de hombres, eh? Uno más normal, al menos.»
Aymara gira la cabeza de un lado a otro, intentando seguir el intercambio sin comprender qué ocurre.
Irina baja la mirada y se sonroja como un tomate al ver la reacción del cuerpo de Fabián.
Irina murmura: «será mejor que nos vayamos, Aymi.»
Fabián intenta contenerse para no estallar.
Dices: «de aquí no se mueve nadie.»
Aymara se tensa por el tono que ha usado Fabián, nunca antes le había hablado así.
La mujer comienza a vestirse a prisa y furiosa.
La mujer dice: «Ni te creas que vas a darme órdenes fuera de la cama, gilipollas.»
La mujer coge su bolso, abre la puerta y se gira un instante antes de salir.
La mujer dice: «No vuelvas a llamarme, que no estoy para perder el tiempo con tios con filias raras.»
La mujer mira a Aymara con desdén y sale, dando un tirón a la puerta.
Fabián aprieta los dientes.
Fabián mira a Irina y resopla, evitando ver a aymara.
Dices: «Vosotras quedaos ahí, voy a vestirme y cuando vuelva quiero que me expliquéis que coño hacéis aquí.»
Aymara se sonroja, ha caído en cuenta de que Fabián estaba desnudo.
Fabián regresa en menos de cinco minutos con un pantalón de chándal y con el torso al descubierto.
Fabián mira a las mujeres.
Dices: «Y bien?»
Fabián se cruza de brazos.
Irina baja la mirada, avergonzada.
Dices: «estoy esperando una explicación.»
A Aymara le comienza a molestar el tono que usa Fabián.
Aymara da un paso adelante y se para frente al hombre.
El aroma almizclado a sexo y perfume de mujer le invade las fosas nasales, pero se abstiene de comentar nada.
Fabián ve a Aymara.
Aymara
Atractiva y sonriente, no alcanza el metro sesenta de estatura. Su piel blanca y su cabello liso con mechas rubias, le da un aire de muñeca que enternece. Tras su dulzura, esconde un carácter fuerte y una libertad de espíritu sorprendentes.
Lleva puesta una camiseta de tiras color púrpura de la marca Hidden.
Lleva puestos unos vaqueros azul oscuro marca Energía Positiva.
Calza unos botines negros de media caña de piel con hebillas.

Aymara carraspea.
Fabián traga un instante, siente la boca seca.
Aymara dice con acento venezolano, «Es martes, por si no lo tienes muy claro. suelo venir martes y jueves, en eso quedamos. O se te olvidó.»
Fabián está conteniéndose para no irse de la lengua, pero le está costando.
Dices: «A la que se le olvidó que ha de llamar o avisar es a ti, Aymara.»
Aymara se pone rígida.
Aymara dice con acento venezolano, «Por supuesto que no se me olvidó. No solo te escribí, también llamé al timbre de la puerta. No tengo la culpa de que estuvieras demasiado concentrado y no escuchases, ¿no? O de eso me vas a culpar a mí también.»
Fabián mira a Irina, esta alza la mirada y asiente.
Fabián se niega a dar su brazo a torcer.
Dices: «no tengo ningún mensaje tuyo, Aymara. Ya sabes que te respondo.»
Aymara comienza a sonrojarse de la rabia.
Aymara dice con acento venezolano, «¿me estás diciendo mentirosa en mi cara, Fabián?»
Fabián ve el enfado de Aymara y se sorprende, nunca la había visto así.
Fabián intenta moderar el tono.
Dices: «Vamos a calmarnos, ¿sí? Yo solo…»
Aymara coge su móvil, lo desbloquea y ubica los mensajes enviados.
Una voz sintética a toda mecha se escucha en el salón.
Aymara le lanza el móvil a Fabián, a este apenas le da tiempo de cogerlo.
Aymara comienza a hablar sin darle tiempo a que Fabián continúe.
Aymara dice con acento venezolano, «Puedo ser muchas cosas y estar ciega, pero no soy mentirosa, ni vengo aquí a violar tu privacidad. Quedamos en que pagaría tus servicios echándote una mano en tu casa y demás, porque no tengo dinero para pagar la atención que me diste en la clínica españa y me ha sido imposible conseguir un empleo, pero se acabó. iré a la Paz y si tengo que buscar otro médico, lo haré.»
Irina murmura: «Tranquila, Aymi, vamos a casa; este no es buen momento.»
Irina intenta coger a Aymara del brazo, pero esta se zafa.
Aymara sigue hablando de forma atropellada.
Aymara dice con acento venezolano, «No sé qué tanto interrumpimos aquí, pero no estoy dispuesta a que me trates de esta forma porque te ensimismaste o porque se te olvidó, o por lo que coño sea, te queda claro?»
Aymara contiene las lágrimas con esfuerzo.
Aymara dice con acento venezolano, «tienes un tupper en la cocina y aquí tienes tus llaves.»
Aymara lanza las llaves hacia donde cree está el sofá, se gira y camina golpeando el sofá y las paredes con su bastón.
Fabián va a decir algo pero Irina niega.
Fabián se acerca para intentar detener a aymara, pero Irina se interpone en su camino y vuelve a negar con la cabeza.
Irina va a prisa tras Aymara.
Aymara coge el pomo de la puerta, las manos le tiemblan.
Fabián las ve marchar y se deja caer en el sofá, irritado y frustrado.
Aymara abre la puerta.
Aymara sale de la casa.
La planta número 8
Ves Un pisito confortable, Un piso acogedor, Un confortable piso de estilo nórdico, y Casa de Gorca aquí.

Cierras la puerta.
Aymara deja de reprimir las lágrimas mientras camina hacia el ascensor guiándose con su bastón.
Aymara pulsa el botón del ascensor y este se pone en movimiento.
el ascensor de la torre de madrid llega y las puertas se abren.
Irina entra en el ascensor.
Aymara entra en el ascensor de la torre de madrid.
el ascensor de la torre de madrid
Te encuentras con Irina.
Aymara llora mientras va tocando la botonera y ubica el botón de la planta 13.
el ascensor cierra las puertas y se pone en marcha.
el ascensor de la torre de madrid para en la planta número 13 y las puertas se abren.

Aymara sale del elevador.
Irina sale del elevador.
La planta número 13
Ves Apartamento, Un cómodo apartamento, Un sencillo apartamento, y Un precioso pisito aquí.
Aymara, temblorosa, rastrea con el bastón hasta alcanzar la puerta.
Aymara busca el manojo de llaves en su bolsillo, las saca y tras varios intentos inserta la llave en la cerradura.
Aymara abre la puerta.
Irina entra en la casa.
Aymara entra en la casa.
Un cómodo apartamento
Ves Un sillón de relax modelo Lockhart en color crema, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Jarrón de cristaly una cocina nueva aquí.
Te encuentras con Irina.
Aymara cierra la puerta.

Aymara pliega su bastón y se deja caer en un sillón.
Irina la observa preocupada y coge su móvil.
Irina desbloquea la pantalla y comienza a teclear con rapidez.
Irina suspira al recibir una notificación y bbloquea la pantalla del móvil.
Irina va a la cocina, sirve un vaso de agua y regresa al salón.
Aymara llora en silencio con el vaso de agua en la mano, temblorosa.
Entre tanto…
Apartamento
Es un apartamento de una planta, 3 habitaciones, dos baños y un salón comedor, con una decoración práctica y minimalista. Desde la terraza puede verse gran parte del centro de madrid y sus alrededores.
Ves Una marina de intenso azul con rociones de espuma blanca, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Una lámpara de sal en forma de iceberg, Una chimenea decorativa de piedra, Un sillón de relax modelo Lockhart en color crema, Una mesa rectangular de madera de roble, y Un jarrón de cristal irisado aquí.
Kiara coge sus llaves y se guarda el móvil en el bolso.
Abres la puerta.
Sales de la casa.
La planta número 13
Ves Apartamento, Un cómodo apartamento, Un sencillo apartamento, y Un precioso pisito aquí.
Kiara cierra la casa.
Kiara llama a la puerta.
Kiara coge las llaves y abre la puerta de casa de Irina.
Kiara entra en la casa.
Un cómodo apartamento
Ves Un sillón de relax modelo Lockhart en color crema, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Jarrón de cristaly una cocina nueva aquí.
Kiara cierra la puerta y va hacia el salón, se encuentra con Aymara llorando y limpiándose los mocos con el dorso de la mano y a Irina con las mejillas arreboladas, como siempre que se enfada.
Kiara se para mirando a una y a otra.
Kiara dice: «a quién coño es que hay que coñasear?»
Aymara alza un poco el rostro, se la nota muy dolida.
Kiara mira a Irina esperando una explicación.
Irina le explica lo ocurrido en casa de Fabián sin entrar en detalles.
Kiara se queda un poco perpleja, pero estalla de inmediato.
Kiara dice: «ese hijodeputa remalparíocoñesumadre.»
Kiara deja su bolso en la mesa y entra en la cocina, abre la nevera y saca la jarra de té helado de durazno, coge tres vasos, lo pone todo en una bandeja y vuelve al salón.
Kiara deja todo en la mesita baja del salón, sirve el té en los tres vasos.
Kiara dice: «es muy temprano para bebernos una botella de vino y tirar toda la peste que podamos de los remalparíos que están tan buenos como Fábrega y que se creen los más arrechos del mundo mundial.»
Aymara sonríe con el comentario.
Irina coge un vaso y bebe despacio.
Kiara le pone un vaso a Aymara en la mano.
Kiara mira a Aymara.
Kiara dice: «vos no le pareis bolas a ese remalparío, verás cuando lo tenga yo cara a cara… le voy a espernancar una cachetada que va a ver la vía láctea del tirón, ya verás.»
Aymara suspira y da un trago del vaso, sigue con las mejillas húmedas, pero se ha calmado un poco.
Aymara dice con acento venezolano, «Lo peor es que no alcanzo a entender qué fue lo que ocurrió, Kia.»
Kiara mira a Irina y esta niega en silencio.
Aymara da otro trago y sigue hablando.
Aymara dice con acento venezolano, «Te lo juro que no entramos a su habitación, ni abrimos la puerta. Yo diría que no hicimos ruido.»
Kiara mira a una y a otra, intentando imaginarse la situación.
Kiara bebe de su vaso y sigue escuchando.
Aymara dice con acento venezolano, «La mujer con la que estaba Fabián, salió como molesta, así, de golpe y porrazo, pero es que después se puso como una fiera. Y le dijo que si no era normal, que no sé qué cosas de unas filias. Yo no entendí un coño, Kia, de verdad… Y luego…»
Aymara derrama otro poco de lágrimas.
Kiara se levanta, hurga en su bolso y regresa para darle un pañuelito de papel.
Aymara deja el vaso en la mesita y se limpia el rostro.
Aymara inspira profundo.
Aymara dice con acento venezolano, «él nunca fue así conmigo, Kia. Yo… mira, yo intento entender que esté, no sé, despechado, dolido, irritable. duele cuando uno quiere a alguien y esa persona se va, si lo sabréyo. Pero qué culpa tenemos los demás?»
Una expresión de tristeza y dolor se dibuja en el rostro de Aymara.
Kiara e Irina se miran en silencio.
Kiara le toma de la mano y le acaricia el dorso con el pulgar, intentando reconfortarla.
Kiara murmura: «tú, ninguna, cariño. si vos sois una mujer increible. vos dejame que yo lo voy a poner en su sitio.»
Aymara dice con acento venezolano, «Yo no sé si eso valga la pena, Kia.»
Aymara se pone de pie.
Aymara dice con acento venezolano, «será mejor que busque algo qué hacer… Gracias a las dos por ser y estar,, siempre.» Las quiero mucho.»
Kiara dice: «Y nosotras te queremos a ti, aymi.»
Irina dice: «Te queremos mucho, guapísima.»
Aymara comienza a andar, despacio para no tropezarse.
Kiara sigue a Aymara con la mirada.
Aymara se va a su habitación y cierra la puerta con suavidad.
Kiara se levanta para luego sentarse frente a Irina y la mira, seria.
Kiara dice: «ahora vos me vais a contar que coño es lo que pasó ahí abajo, pero con pelos y señales. esos que te guardaste delante de Aymi.»
Irina suspira y se sonroja.
Irina comienza a contarle a Kiara lo que Aymara no pudo ver.
Una hora después…
Un confortable piso de estilo nórdico
Es un piso funcional y minimalista, caracterizado por el estilo nórdico de su decoración. Cuenta con tres habitaciones, baño para invitados, sala comedor, cocina y una cómoda terraza desde la cuál se ve parte de la ciudad. Las paredes alternan colores neutros con alguno que otro complemento de colores vivos,lo que da el toque perfecto al ambiente. El suelo está revestido de madera de Haya incrementando la sensación de calidez y confort. La pared acristalada que separa el salón de la terraza, brinda la iluminación perfecta a todo el espacio.
Fabián sale de la ducha y se viste.
Fabián entra en la cocina y mira el tupper que le llevó Aymara.
Fabián se pasa la mano por la cara y el pelo, frustrado.
Fabián no puede evitar recrearse con el aroma de Aymara.
Fabián se recrimina mentalmente cuando se percata de que comienza a empalmarse otra vez.
Fabián sale al salón, coge sus llaves, el manojo que había hecho para Aymara e Irina, el móvil de Aymara y su móvil.
Fabián mira los mensajes en el móvil de Aymara y niega con la cabeza.
Fabián mira su móvil y maldice por lo bajo.
Fabián enciende el móvil.
Al menos cuatro notificaciones de mensajes nuevos llegan y suenan de forma consecutiva.
Murmuras: «La madre que me parió.»
Abres la puerta.
Sales de la casa.
La planta número 8
Ves Un pisito confortable, Un piso acogedor, Un confortable piso de estilo nórdico, y Casa de Gorca aquí.
Cierras la puerta.

Fabián sale rumbo al Hospital, pensando de qué forma se librará de que al menos García, que ya debe haberse enterado, quiera despellejarlo vivo por gilipollas.