punto de vista: arnulfo
si pensaba que mi día sería como cualquier otro, vaya equivocación; ya que mientras esperaba el taxi saliendo del cabaret, aparecieron dos hombres que de inmediato me quitaron el dinero que había ganado y con el que pensaba llevar a romina al restaurante que salió en el periódico. uno llevaba una pistola, mientras que el otro llevaba un cuchillo; no pude verles el rostro, porque lo enían cuvierto y no iba a intentar forcegear para quitarles las capuchas. cuando hay armas de por medio no estás en posición de cometer estupideces; sobre todo cuando tu movilidad es limitada y no puedes defenderte como antes.
lo bueno es que se me quedó la costumbre de esconderme una parte del dinero y así logré salvar un poco. mil cosas se me pasaron por la cabeza en ese momento, sobre todo cuando uno de ellos cortó cartucho y me apuntó a la cabeza; ¿a qué hora iba a dispararme? era lo que me preguntaba y ya esperaba el disparo que acabaría conmigo. temía que me descubrieran lo que me había escondido y también me lo quitaran; temía también que algo los asustara y me hicieran algo; total nunca se sabe cómo reaccionarán si la situación se les sale de control ¿y si lo que me habían quitado no les parecía suficiente y me hacían daño? si esto me hubiera pasado el año anterior no me habría importado, incluso hubiera hecho cualquier tontería para que me mataran; total me hacían un favor según yo.
entre otras cosas tenía miedo de que algo me pasara y no volviera a ver a aquella persona tan especial para mí. sí, tenía miedo, escondido, pero lo tenía; a uno le enseñan que no debe mostrar miedo; podemos sentirlo porque somos personas después de todo, sin embargo debemos esconderlo en lo más profundo, ahí donde nadie lo note; puede mostrar cualquier cosa, pero no que estás asustado. así me fui a mi casa en cuanto llegó el taxi que había pedido. durante el camino iba pensando en todo lo sucedido; de cuando en cuando una canción pegajosa que sonaba en el radio me sacaba de mis pensamientos.
ya en casa decidí tomar un baño para relajarme; es que estaban tan distraído que ni cuenta me di que romi ya estaba en casa.
arnulfo canta una canción cualquiera mientras se está bañando
Romina prepara café en la cocina, oye cantar a Arnulfo y sonríe.
arnulfo termina de bañarse, se percata de que no metió ropa limpia, por lo que sale envuelto en una toalla
Romina prepara las cosas y las lleva al escritorio.
Romina lo ve salir y se apresura hasta él
Murmuras: «sí seré…»
Romina dice: «qué pasa, mi amor? puedo ayudarte en algo?»
arnulfo se ruboriza
Romina sonríe enormemente, mirándolo.
arnulfo hace lo posible para que romina no note que está un poco asustado por lo que le pasó
Dices: «ains es que no metí ropa limpia…»
Dices: «y pues me salí así»
Romina dice: «ya veo…pero eso, si querés que te ayude me decís, si?»
arnulfo se desplaza cuidando que no se le caiga la toalla
Romina suspira, borrando la sonrisa de su cara, pensando: va así y no quiere que lo ayude…bueno
Romina se vuelve a centrar en servir el café en ambas tazas, pero desviando la mirada de forma muy constante hacia arnulfo y sus movimientos.
a arnulfo se le cae la toalla
Romina lo ve y se muerde los labios, deja las cosas en el escritorio y se aproxima a él, sin tocarlo
Romina dice: «arni…decime en qué te ayudo, cariño.»
Romina alza la toalla, se pone de frente a él y lo cubre como puede
Dices: «dejé la ropa en la cama ¿podrías traerla por favor?»
Romina asiente, va rápidamente hasta la cama y coge la ropa, llevándosela a Arnulfo.
arnulfo se cubre mejor con la toalla
Romina dice: «a ver, te voy pasando de a poco para que no te enredes, cielo»
arnulfo asiente
arnulfo vuelve a cantar lo que estaba cantando en la ducha
Romina le pasa primero una camiseta.
Romina se lo piensa mejor y lo ayuda a ponérsela, metiéndole la camiseta por la cabeza.
Romina suspira levemente, viendo a arnulfo tan tranquilo mientras ella se nota un tanto exasperada por la situación.
Dices: «qué tal tu día?»
arnulfo la ve exasperada y suspira para sí
Dices: «deja, yo me la pongo»
Romina lo mira, un tanto extrañada mientras lo ayuda con uno de los brazos.
Romina dice: «ya vamos a hablar de eso, vestite primero haceme el favor…que no puedo verte así.»
arnulfo termina de ponerse la camiseta
Romina dice: «en serio disculpá…pero es raro ver a un tipo en silla tratando de vivir la vida como si no estuviera en ella…dios…»
Suspiras profundamente.
Romina le pasa la ropa interior esta vez.
Dices: «es que no queda otra»
Romina dice: «y sí…»
arnulfo se mueve hasta que consigue ponérsela
Romina dice: «es que es la primera vez que te veo, siempre que yo me despierto vos ya habías salido así que ni idea de cómo te manejás con esto, la verdad.»
arnulfo recuerda que no podrá llevarla al restaurante porque le han robado el dinero y adopta una expresión de tristeza
Romina lo ayuda a colocarse bien la ropa, lejos de mirarlo seductora como en otras oportunidades, se siente un tanto desesperada.
Dices: «ahora imagina cómo me las arreglaba cuando estaba solo»
Romina lo mira y procura relajarse un poco, al notarlo triste.
Romina dice: «ay, perdoname de verdad…pero no sirvo para esto.»
arnulfo termina de acomodarse la ropa y niega
Dices: «no no es.. por eso»
Romina se fija en que todo esté bien acomodado.
Romina dice: «entonces por qué?»
arnulfo suspira
Romina se acerca y le toma el rostro con ambas manos
Dices: «quería llevarte a un restaurante que abrieron hace poco, pero me han robado el dinero mientras esperaba el taxi»
Romina dice: «qué? dios mío…pero…»
Romina se queda parada, muy rígida y con expresión de perplejidad.
Dices: «ya ves. la gente ya no respeta»
Romina asiente y suspira, mientras va al escritorio.
Dices: «lo bueno es que no me hicieron nada»
Romina acomoda una taza de café para arnulfo, endulza el de ella y deja el azucarero al alcance. Luego va y mueve la silla, despacio hasta el escritorio.
Romina dice: «lo que no entiendo es cómo estás tan tranquilo luego de que te asalten…yo si me llega a pasar algo como eso no sé, mínimo estaría asustada. Y más en tu situación.»
Romina mueve la silla y se sienta, removiendo su café.
Dices: «peores cosas he vivido. después de ver tan cerca la muerte… va no sé»
Romina dice: «ah bueno…eso también es cierto.»
Romina dice: «bueno tranqui, si querés vamos al restaurante ese que decís mañana u otro día…por la plata no te preocupes, cielo»
arnulfo remueve su café, para después beberlo a pequeños sorvos
Romina se fija en medio del escritorio
Romina dice: «ay qué despistada…qué te traigo para acompañarlo? tenemos pan tostado y podés ponerle dulce o algo así…y creo que todavía hay una torta que compré para el desayuno. elegí, mi vida.»
Dices: «al menos me quedó algo para tomar taxi para ir mañana al trabajo…»
arnulfo se interrumpe al recordar lo ocurrido
a arnulfo se le ilumina el rostro
Romina dice: «bueno, siempre que necesites te puedo prestar, el taxi no sale caro, arni…pero pedime nomás»
Dices: «vamos por esa torta, que el dulce alivia las penas»
Romina sorve un poco de café, luego se levanta y va por el pastel y los dulces a la nevera, y por el pan en otro sitio. Lo trae todo al escritorio.
Romina finalmente sonríe, corta 2 trozos de torta y se los pone enfrente a arnulfo en un platito
Romina dice: «todos tuyos, amor.»
Murmuras: «así menos se me quitará la costumbre de esconderme el dinero…»
Romina se sienta, toma un pedazo de pan tostado y lo mordisquea sin muchas ganas.
Romina dice: «eh, en serio esa es una buena estrategia! ni ahí lo hubiera pensado.»
arnulfo comienza a comer el pastel, suspirando de vez en cuando
Dices: «y a ti cómo te fue?»
Romina alterna café con tostadas, ya más tranquila.
Romina dice: «bien, todo genial. Seguí viendo una de las casas que me gusta por internet…es preciosa, grande…pero cara.»
Dices: «tú dime y yo te ayudo con algo»
Romina dice: «acá en la torre también hay, pero ninguna me termina de convencer de las que están disponibles, hace poco habían otras pero se vendieron ya.»
Romina sorve algo más de café y asiente
Dices: «sí; una de ellas estaba en este piso»
Romina mordisquea más pan y asiente
Dices: «y como no se iban a vender rápido, si estaban más baratas de lo que cuestan originalmente»
Romina dice: «aaah cierto! esa ni la llegué a ver, se vendió muy rápido.»
Dices: «y si a eso le sumas que ya estaban amuebladas…»
Romina dice: «siii, eso es verdad. pero además, la que vi es en otra parte, lejos del ruido acá…más tranqui. te había contado, se llama guadalajara.»
Dices: «sí algo así me dijiste»
Romina piensa, mientras come un poco más.
arnulfo come; ahora su expresión es más relajada
Romina dice: «en tu país no hay una ciudad que se llama así también?»
Asientes afirmativamente.
Romina sonríe levemente.
Dices: «es un estado, de hecho»
Romina dice: «aaah eso, un estado. Viste? algo sé.»
Romina ríe bajito mientras se termina su café.
arnulfo sonríe, para continuar bebiendo su café
Romina toma otra tostada y le unta algo de mermelada de fresa
Romina recuerda algo.
arnulfo se termina la torta
Romina dice: «si no recuerdo mal llegué a ver un anuncio en la torre de un tipo que ofrecía servicio de guardia de seguridad o algo…capaz necesites alguien así, arni.»
arnulfo parece recordar algo
Romina come el pan con mermelada, mirando a arnulfo.
Dices: «creo que llegué a ver el anuncio en el tablón…»
Romina dice: «sí, ay que no recuerdo el nombre del señor…bueno, mañana cuando salga para mi turno lo leo y agendo su número, capaz le llame.»
Dices: «aunque también contemplaba la posibilidad de contratar uno de esos escoltas que se contratan por internet»
Romina dice: «aaaah si, creo haber visto su página, son la policía misma, creo.»
Dices: «sí creo que sí»
Romina dice: «pero trabajando como empresa de seguridad…ya no entiendo bien pero eso, también podría ser.»
arnulfo se ríe al acordarse de algo
Romina dice: «bueno, vos decime si llamamos a este señor que te digo, o al final contratás seguridad por la web. pero tenés que hacerlo como sea, por lo visto la gente no se va detener a pensar que estés en silla ni nada para quitarte los mangos que con tanto esfuerzo te ganás todos los días…»
Romina lo mira reír, con extrañeza.
Romina dice: «por qué la risa, vida?»
arnulfo sale de sus pensamientos ante el comentario de romina
Dices: «a es que se me quedó la ropa sucia en el baño y con ella el dinero que sobrevivió al robo»
Romina sonríe
Dices: «volviendo a lo anterior; llama al señor del anuncio a ver qué te dice»
Romina asiente
Dices: «rubén creo que se llama, algo así me acuerdo»
Romina dice: «aaah si, Rubén! ese era su nombre, es verdad.»
Romina dice: «ahora porque ya es tarde no lo llamo, pero mañana a penas me despierte sin falta.»
Dices: «sí»
Romina dice: «y lo de tu ropa tranqui, yo te la veo luego, cielo»
arnulfo se da cuenta de que no ha terminado el café y este ya se enfrió
Dices: «a no bueno sí seré, que ni del café me acordaba»
Romina empieza a recoger de a poco las cosas, menos la taza de Arnulfo
Romina dice: «si, pero se habrá puesto frío ya, creo que todavía hay un poco en la jarra. querés más?»
Dices: «por favor»
Dices: «ains qué cabeza la mía, amor»
Romina acerca la taza hasta ella, se la lleva hasta el fregadero, derrama el café sobrante y tras enjuagar, trae de nuevo la taza y cuchara y le sirve lo que quedaba en la jarra
Romina hace un gesto con la mano restando importancia.
Romina dice: «no te preocupes, suele pasar»
Dices: «primero olvido meter la ropa; luego me dejo la ropa sucia en el baño y ahora esto…»
Romina le pone la taza nuevamente enfrente, acercando también el azucarero y la cucharita.
Romina sonríe
Romina dice: «bueno….supongo que estarás todavía asustado con este tema de tu asalto, así que para mí es hasta normal si se quiere…»
arnulfo endulza el café para posteriormente beberlo a pequeños sorvos
Romina se lleva las demás cosas utilizadas al fregadero y las enjuaga lentamente.
Romina voltea a medias a mirarlo
Dices: «sí es que… me vinieron tantas cosas a la cabeza… dios no sé cómo no exploté»
Romina dice: «querés más torta? creo que hay un poco aún…»
Dices: «ya con éso, mi amor»
Romina dice: «uy, es lo que me pregunto, verte así tan sereno…bueno, por dentro estarás hecho mierda»
Romina asiente y vuelve a mirar hacia el fregadero, terminando de lavar todo y dejándolo secar a un lado.
arnulfo termina de beber el café, luego se desplaza hasta la cocina para dejar la taza en el fregadero
Romina se está por secar las manos, ve lo que hace arnulfo y se dispone a enjuagar su taza y cucharita.
Dices: «te espero, hermosa; no tengo problema con eso»
Romina dice: «pero seguro estás cansadísimo…y estresado con lo del robo.»
Romina deja secar también la taza y cucharita a un lado, se seca las manos y voltea a mirarlo una vez más
arnulfo se aprieta la cabeza, respirando profundo
Romina se acerca, le da un beso fugaz y busca en un pequeño armario alguna ropa ligera para ponerse luego del baño.
Romina oye su suspiro y lo mira
Romina dice: «qué te pasa, hermoso de romi?»
arnulfo se aprieta la cabeza
Romina toma una toalla que estaba colgada por una silla, mientras sigue mirándolo sin comprender muy bien su gesto.
Dices: «uy hasta la cabeza me dolió»
Romina dice: «te diiigo, acostate y cerrá los ojos, no voy a tardar mucho. Descansá, vida»
Romina se voltea y va con la toalla hasta el baño, pero antes de cerrar la puerta se vuelve a fijar en los gestos de arnulfo.
Dices: «ay yo quería que nos acostáramos juntos…»
arnulfo se desplaza hasta la cama
Romina dice: «mmm pero bueno, hoy no se puede, estás afectado con esto…pero tranquilo, que vamos a estar juntos igual, intento no tardar.»
arnulfo disimula un gesto de frustración
Romina le lanza un beso en la distancia y cierra la puerta, para tomarse un baño que la reconforte.
arnulfo se tumba en la cama, respirando profundo
Dentro del silencio de la casa, solo se alcanza a oír la ducha abierta por Romina.
arnulfo se masajea la cabeza, escuchando el sonido de la ducha