Punto de vista: Gabrielle
Observo a mi hija abrazada a su peluche de koala rosa con los ojitos cerrados; tiene los ojos de su padre y el cabello tan negro como el mío.
Victoria cumplirá un año en mayo y me aterroriza pensar que está creciendo tan rápido.
YO trabajo de la escritura, escribo para algunos periódicos franceses o para algunas revistas de moda para ganarme la vida.
Viki es todo para mí desde que león y yo nos divorciamos por decisión mía.
Fue un año largo y tedioso en el cual pensé que no saldría viva, con una bebé de dos tres meses de nacida dando vueltas por todas partes de Madrid, tramitando papeles e incluso viajando a Francia a complementar papeleos.
Pero ahí está, mi pequeña Viki, le puse victoria por la reina victoria, sé que será algún día tan exitosa como ella.
Viki se despierta y abre sus ojitos miel, me observa y sonríe con su boquita en la que a penas hay dientecitos
Victoria dice: «Mami!
La cargo y le doy besitos en la frente y en los mofletes, mi pequeña niña está haciéndose mayor.
Dices: Mon petitte princesse.
La dejo en el suelo para que gatee y juegue con Rómulo y Remo, mi perro y mi gato y voy al salón a escribir un poco; Agnes, su niñera estará pendiente de ella, yo lo sé.
Entro a mi habitación y de ahí directa al baño, me desnudo y me meto a la bañera, mi pequeña entra tras de mí y lo llena todo de risitas con su vocecilla infantil.
Dices: Viki, ve con la tita Agnes, mamá ahora va a ducharse.
Viki se sienta con su vestido rosa bajo el cual hay un pañal y hace algo que me sorprende
bufa.
Mi hija bufa.
Bufa como Remo, mi gato.
Salgo de la tina, la sostengo entre mis brazos y la siento en las escaleras de la bañera para quitarle la ropita, la desvisto y me meto con ella a la bañera.
Juntas jugamos a hacer una guerra de agua y burbujas y le peino el cabello con algunas horquillas de flores; pensaba ponerme a escribir pero le voy a dar un paseo.
Victoria dice: Mami, a keca es mía, mía omo tú.
Sonrío y la termino de abotonar el enterizo danuvio.
Dices: Mami es tuya, Victoria? Mami es tuya?
Viki dice: Sí, mami mía.
Acerco mi cara a su vientre y le hago una pedorreta.
Viki se echa a reír y yo la cargo y la subo a su cochecito de colores.
Juega con una jirafa de peluche y con un gatito de felpa mientras salgo de la casa.
Al salir me topo de frente con León, quien se pone a mirar a la niña con ternura.
Casi y solo casi consigue ablandarme, pero no evita que le plante cara y le pregunte qué carajos le pasa con mi hija, porque no es suya, o bueno, sí según el ADN
León dice: «Gabi, arreglemos esto, seamos una familia, mira que ma petitte princesse solo tiene diez meses, hace dos que conseguiste su patria potestad, yo te extraño.
Dices: Tú te vas con Pentesilea y con Antandra, que para algo eres su padre biológico, no me mires así, pensabas que no me iba a dar cuenta? La niña es como su madre, pero se le nota el parecido contigo.
León me muestra las manos y se aleja, dejando a la pequeña en el carrito.
León dice: Bueno, tan solo te falta traerte contigo a Louane y nos habrás destrozado, Pant y yo solo queremos lo mejor para Viki, Antandra y Lu.
Dices: Claro, lo mejor para todo el mundo o lo mejor para ti?
Dices: Eres un egocéntrico de mierda, León, por favor, márchate y no quiero verte nunca más cerca de mi hija.
León me da la espalda y se aleja hasta el ascensor, de repente las ganas de salir a dar un paseo se desvanecen y entro con una viki bastante confusa a casa.
Agnes me observa desde unos ojos cansados y le doy permiso para que se marche.
Entro a la habitación de Viki, le quito las pincitas y la acuesto a dormir.
Vuelvo al salón, enciendo un cigarro y fumo en el balcón del departamento: Definitivamente, tendré que deshacerme de león como sea.