Nueva escena de rol: De cenas y emociones a flor de piel

Punto de vista: Kiara.

Apartamento
Es un apartamento de una planta, 3 habitaciones, dos baños y un salón comedor, con una decoración práctica y minimalista. Desde la terraza puede verse gran parte del centro de madrid y sus alrededores.
Anzola entra y se quita el plumas.
Fabián se quita el anorak y espera a que Kiara entre y cierre la puerta.
Kiara cierra y se quita el anorak.
Irina está en la cocina junto a Aymara.
Dices: «pasen ahí al salón. en nadita vamos a comer y más vale que dejen el plato limpio. si no me arrecho y los pongo a lavar el platerío.»
Anzola alza la mano derecha.
Anzola dice: «Juro solemne, comerme todo lo que me sirvais.»
Kiara ríe.
Fabián dice: «ostras, tio; tú con tal de no mover un dedo en la cocina juras lo que sea.»
Anzola se encoge de hombros.
Anzola dice: «soy un tio listo, le doy gusto a la mano que me quiere dar de comer… mucho más si es gratis, macho.»
Dices: «anda, siéntate ahí con el muñeco este. Ya vengo.»
Anzola asiente.
Kiara le quita los abrigos y los cuelga en un perchero junto al suyo y el resto y se dirige a la cocina.
Fabián se deja caer en el sofá, pensativo.
Anzola se sienta a su lado.
Anzola dice: «venga, deja de pensar y darle vueltas. Desconecta esta noche… si no por ti…»
Anzola mira hacia la cocina de reojo.
Anzola dice: «Hazlo por la mujer de moreno. Se ve por encima que está preocupada por ti y dirás lo que sea, pero creo que tiene razón de estarlo.»
Fabián se recuesta del espaldar y cierra los ojos.
Fabián murmura: «sí, estoy hecho mierda, pero tengo que seguir y punto.»
Kiara sale de la cocina con un par de cervezas.
Dices: «Dos cervecitas mientras tanto. ya casi está todo.»
Anzola coge una botella y se la pasa a Fabián.
Fabián toma la botella y la apoya en su muslo.
Anzola coge la otra botella y le da un trago.
Kiara asiente y vuelve a la cocina.
En la cocina…
Irina está sacando platos y cubertería de los gabinetes y cajones.
Irina dice: «Esperamos a alguien más, Kia?»
Dices: «Belkis viene cuando termine, le sonó el busca justo cuando ya nos íbamos y bueno, a ella todavía le quedaba hora y media de guardia. Gina me dijo que tenía una cena en su casa, que si terminaba temprano venía, pero no creo, es con el tipo este que le gusta… le dije a Guillem, pero no tengo idea de si al final vendrá, no me confirmó nada. Así que sirvamos ahora para nosotros, luego si llegan los demás, les servimos.»
Irina asiente y sale con los platos y los cubiertos.
Aymara está sirviendo el postre en unas tazas.
Kiara mira a Aymara y aprovecha que están solas en la cocina.
Dices: «traje al muñeco conmigo.»
Aymara sigue sirviendo las tazas con sumo cuidado.
Kiara la detiene, poniéndole una mano en el antebrazo con el que sostiene la cucharilla.
Aymara alza la cara.
Dices: «no te me hagais la loca, Aymi.»
Aymara murmura con acento venezolano, «no me hago la loca, Kia… pero qué quieres que haga? sigue evitándome. No puedo obligarle a que hable conmigo… menos a que me dé explicaciones.»
Kiara se gira y mira hacia el salón.
Murmuras, «yo creo que siente muchas cosas por ti y tiene miedo, Aymi.»
Aymara se vuelve a encoger de hombros.
Aymara murmura con acento venezolano, «prefiero no especular sobre lo que siente y lo que no… y tú, deberías hacer lo mismo, Kia. No es un niño.»
Kiara inspira profundo.
Murmuras: «No, no es un niño… pero lo está pasando mal y necesita mucho apoyo.»
Aymara aprieta una de las tazas con fuerza.
Aymara murmura con acento venezolano, «no dudo de tu palabra, Kia… pero se ve que él no quiere ni necesita mi apoyo, ni nada de mí… al menos más de lo que hago.»
Kiara alza una ceja.
Murmuras: «tienes derecho a estar dolida… pero no dejeis que eso te bloquee el paso cuando tengais la oportunidad de estar con el muñeco.»
Aymara niega con la cabeza.
Dices: «vos podeis creer que me engañais, pero se te nota que el muñeco te mueve el piso y toda la casa, caramelo.»
Aymara dice con acento venezolano, «No sabes lo que dices, Kia.»
Kiara le quita las tazas a Aymara de la mano y las pone en una bandeja.
Dices: «vos sigue engañándote si quereis. Ya luego me cuentas como fue que hiciste para recoger las pantaleticas del suelo, caramelo.»
Aymara reprime una carcajada.
Aymara dice con acento venezolano, «coño, Kia no puedo contigo, chica. tú y tus vainas.»
Dices: «ni yo puedo conmigo, caramelo, no hay peo con eso. Pero no camiés de tema así, que te conozco pajarita. Te lo digo en serio, Aymi, no te bloqueeis con el muñeco.»
Aymara dice con acento venezolano, «está bien, ahora deja que termine de hacer esto.»
El timbre de la puerta suena.
Kiara sale disparada para ver quien es.
Irina regresa a la cocina.
En el salón…
Kiara abre la puerta.
Guillem está de pie, vestido con vaqueros, unas botas y un plumas negro.
Dices: «coño, de lo que se está perdiendo la Belkis. Pasa, únete ahí al resto de machotes en su rincón, que estamos a punto de servir.»
Guillem da un paso y le estampa dos besos a Kiara.
Kiara da un paso atrás, niega y cierra la puerta tras de sí.
Dices: «tú aprovecha que no está Moreno, que luego a ver cuando puedes seguir siendo el besucón.»
Guillem se ríe, mientras se quita el plumas y lo cuelga con los demás.
Guillem se acerca al salón.
Anzola se pone de pie y le extiende la mano a guillem.
Guillem le coge la mano y luego le palmea el hombro.
Guillem dice con acento catalán, «que hay, cabrón? Supe que fue bien lo del peque con FOP.»
Guillem mira a Fabián.
Fabián da un trago a la cerveza, terminándola.
Guillem dice con acento catalán, «que, celebrando que te vas pareciendo al personaje más visto y detestado en los últimos tiempos, maricón?»
Fabián alza la mirada.
Fabián dice: «Que te den a ti también, cabrón.»
Anzola niega con la cabeza, reprimiendo la risa.
Kiara va hacia la cocina.
Irina sale con la ensaladera.
Irina saluda a los hombres y deja la ensaladera sobre la mesa.
Los hombres corresponden al saludo.
El timbre suena de nuevo.
Guillemm dice con acento catalán, «seguid con vuestras tareas, yo ocupo el trabajo de maitres, o portero, lo que más os guste, o lo que pagueis mejor, que no me quejo si me dejais repetir, ¿eh?.»
Guillem va hacia la puerta y abre.
Belkis está sujetando una bandeja alargada, haciendo equilibrio con una sola mano.
Guillem sonríe al verla.
Belkis lo mira.
Belkis dice: «tio y si me echas una mano con esta bandeja?»
Guillem dice con acento catalán, «claro, guapa.»
Guillem le quita la bandeja de la mano y se aparta a un lado sujetando la puerta para que pueda pasar.
Belkis entra con rapidez.
Guillem empuja la puerta con el pie y camina hacia la cocina.
Kiara lo intercepta en la puerta y le quita la bandeja de las manos.
Dices: «media vuelta, que este territorio ha sido reclamado por la fuerza femenina y no queremos infiltrados.»
Guillem arma un teatro agarrándose el pecho.
Guillem dice con acento catalán, «hieres mi corazón sensible. Luego os quejais de que somos machistas.»
Kiara lo mira con los ojos entrecerrados.
Dice: «mira, besucón, tú vete ahí a tu rincón… machismo un coño, pasa que les encanta meterle la mano a todo y se lo tragan antes de servir. Así que, azu azu, fuera. Ya te tocará el turno de lavar platos.»
Guillem ríe y se da media vuelta.
Tras Guillem sale Irina con una bandeja que huele delicioso.
Guillem se gira para ver a Belkis con una bandeja con varias copas, Kiara con la bandeja que le quitó de las manos y un cuchillo y otra chica que camina con lentitud mientras lleva en las manos, una bandeja con tazas y algo que parece acaramelado.
Las mujeres se acercan a la mesa.
Fabián ve a Aymara y su expresión cambia por completo.
Anzola y Guillem se miran el uno al otro.
Fabián deja la botella en el suelo y se pone de pie, caminando hacia la chica y quitándole la bandeja.
Guillem alza las cejas.
La chica se queda inmóvil un instante.
Fabián dice: «Aymi… »
Aymara alza el rostro siguiendo la voz de Fabián.
Guillem se fija en la expresión corporal de ambos.
Guillem susurra para sí: «sex is in the air.»
Aymara dice con acento venezolano, «Hola, Fabián.»
Anzola también se ha fijado en la reacción de su colega ante aquella mujer.
Kiara mira de soslayo.
Dices: «bueno, no se queden ahí como pajarito en rama, vamos a comer, que me muero de hambre.
Guillem y Anzola se acercan a la mesa.
Kiara le quita la bandeja a Fabián y lo mira.
Fabián no ha dejado de ver a Aymara.
Dices: Muñeco, hazme el favor de ubicar al caramelito este en esta silla, tú te sientas en esta otra.»
Fabián mira a Kiara.
Kiara le señala las sillas.
Fabián dice: «claro, faltaba más.»
Fabián separa la silla para Aymara.
Fabián guía a Aymara colocando su mano con suavidad sobre el espaldar de la silla.
Aymara se deja caer, sentándose con delicadeza.
Fabián se sienta a su lado.
Belkis, Irina y Kiara se miran entre sí, disimulando un poco la diversión que les ocasiona el cambio de actitud de Fabián cada vez que ve a Aymara.
Irina y Kiara van sirviendo en cada plato la ensalada de gallina, el pernil horneado en salsa de naranja y romero y el pan de jamón.
Guillem destapa una botella de vino que está en la mesa y va sirviendo las copas.
Fabián se gira un poco.
Fabián murmura: «ya te mediste y te pusiste la insulina?… Calculaste las calorías?»
Fabián mira la mesa en un vistazo general.
Fabián murmura: «porque esto es muy calórico y…»
Aymara murmura con acento venezolano, «Sí, por supuesto, Fabián… no te preocupes.»
Fabián murmura: «claro que me preocupo, eres mi…»
Fabián se muerde la lengua.
Guillem sigue con detenimiento la conversación, se sorprende por la actitud de su amigo, pero disimula.
Kiara se da cuenta e interrumpe.
Dices: «deja a Aymi comer y come tú,muñeco, que se te enfría el pernil.»
Fabián se gira, aprieta los dientes y asiente.
Anzola come con gusto igual que el resto.
Anzola dice: «joder macho, que bueno está esto.»
Irina asiente mientras come.
Irina dice: «la verdad es que Kiara se destaca en la cocina.»
Kiara niega mientras mastica y traga.
Dices: «nada de eso, lo que pasa es que me gusta comer, que es una verga muy diferente.»
Guillem dice con acento catalán, «pues a ver si me consigo yo una que también le guste comer. que demasiadas tias andan siempre pensando en calorías y todas esas gilipolleces.»
Aymara traga y da un sorbo a su copa.
Aymara dice con acento venezolano, «bueno, aquí esas chicas no las vas a encontrar. Yo cuento calorías pero es por mi diabetes.»
Guillem la observa.
Guillem dice con acento catalán, «ah, eres diabética?»
Aymara asiente.
Guillem la observa con más atención, fijándose en lo guapa que es la chica.
Guillem dice con acento catalán, «Supongo que tu ceguera es consecuencia de tu diabetes, no?»
Aymara asiente mientras mastica.
Fabián come sin dejar de prestar atención a la conversación entre ambos.
Guillem da un trago a su copa de vino.
Guillem dice con acento catalán, «cambiando de tema, no has pensado en usar lentillas cosméticas, guapa?»
Aymara alza la mirada del plato y mueve un poco el rostro buscando el orígen de la voz.
Fabián deja los cubiertos a un lado del plato.
Fabián dice: «Se llama Aymara, Guillem.»
Guillem alza la ceja izquierda viendo a Fabián, luego se vuelve a enfocar en la chica.
Guillem dice con acento catalán, «así que tú eres Aymara. Pues mucho gusto, no nos habíamos cruzado por aquí, verdad? No habría olvidado tu rostro. Eres guapísima.»
Aymara se sonroja.
Aymara murmura con acento venezolano, «bueno, gracias. Y no, me parece que no habíamos coincidido antes. Respecto de las lentillas, para qué querría usarlas? No tengo por qué esconder mi ceguera; sin mencionar el gasto y la incomodidad que implica eso de usar lentillas. al que no le gusten mis ojos, pues que vea como hace, siempre puede elegir mirar a otro lado, ¿no?.»
Guillem sonríe ante la respuesta de Aymara.
Fabián aprieta los cubiertos con fuerza.
Guillem dice con acento catalán, «Muy buena respuesta, guapa.»
Guillem intercambia algunas palabras más, mientras Fabián observa, adoptando una actitud bastante territorial.
Fabián dice: «se te va a enfriar la comida, macho.»
Guillem mira a Fabián, divertido.
Guillem dice con acento catalán, «tú crees?»
Fabián dice: «No, no lo creo, estoy seguro.»
Anzola alza las cejas.
Irina, Kiara y Belkis se miran.
El timbre de la puerta suena una vez más.
Aymara empuja su silla y se levanta con rapidez.
Aymara dice con acento venezolano, «Ya voy yo, sigan comiendo.»
Aymara se dirige a la puerta.
Fabián se la come con la mirada de una forma tan evidente, que los hombres se miran entre sí, pero guardan silencio.
Aymara abre la puerta.
Gina está frente a Aymara.
Gina dice con acento madrileño, «Hola, Aymi. Puedo pasar?»
Aymara le extiende las manos.
Gina se las coge.
Aymara dice con acento venezolano, «claro, pasa por favor. ¿Estás bien? No te escucho como siempre.»
Gina le da un abrazo corto y se separa.
Aymara cierra la puerta.
Gina entra hacia el salón y se detiene al verlos todos sentados a la mesa.
Gina dice con acento madrileño, «Buenas noches, chicos. Seguid comiendo, por favor. Pensé que ya habriais terminado de cenar.»
Kiara mira a Gina y achica los ojos.
Dices: «A ver, a ti qué coño te pasó? tienes cara de sapito aplastao en el pavimento. Ven acá, y suelta todo.»
Aymara se acerca a su silla, pero no se sienta inmediatamente.
Guillem se levanta y va a por una silla a la cocina.
Gina inspira profundo.
Guillem acerca la silla y la deja junto a Kiara.
Kiara palmea el asiento, Gina se acerca y se deja caer.
Guillem se sienta y comienza a comer de nuevo.
Dices: «A ver Gin, suelta todo todito todo pero para ayer, porque esa cara no me cuenta cosas bonitas y si ese tipo te hizo alguna vaina, le hago tragarse la botella que sea con corcho y todo, te lo advierto.»
Gina niega y sonríe.
Gina dice con acento madrileño, «él no ha hecho nada en el fondo, quizá ese es el problema. que no hace nada. Hasta su terapeuta es quien me escribió para avisarme que iban a casa hoy.»
Fabián recuerda los mensajes en su móvil y se levanta a buscarlo en el anorak.
Irina le da un apretón a Gina en el antebrazo, solidaria.
Belkis bebe de su copa y suspira.
Belkis se gira hacia Gina.
Belkis dice: «Gin, no es por nada, pero tienes que darte cuenta que ese tio no es para ti. Puede ser buena persona, tener buen humor y demás, pero vuestras diferencias son demasiadas… y ni hablar de la chica esa que tiene por hermana.»
Gina hace una mueca.
Gina dice con acento madrileño, «Es tan territorial con él. me da repelús la forma en que actúa y lo peor es que él parece tan acostumbrado que no dice ni hace nada. No sé, la verdad.»
Anzola silba bajito.
Fabián saca su móvil del bolsillo del anorak.
Guillem busca a Fabián con la mirada y lo ubica junto al perchero.
Fabián desbloquea la pantalla y busca la aplicación de mensajes.
Gina dice con acento madrileño, «En fin, quiero ayudarlo y sí que me gusta, pero no sé si pueda lidiar con ese asunto que tiene con su hermana.»
Aymara se acerca a la silla donde está Gina, guiándose por las voces.
Aymara dice con acento venezolano, «siento mucho que la cena no fuese como querías, Gin. Sé que te habías ilusionado mucho.»
Aymara le apoya una mano en el hombro.
Gina posa su mano sobre la de Aymara.
Gina dice con acento madrileño, «No te preocupes, guapísima. Igual gracias por ser tan dulce.»
Kiara mira a Gina y se levanta para coger la botella y servirle una copa de vino.
Kiara le da la copa a Gina.
Dices: «Bebe, luego te daremos dulce de lechosa y verás que se te pasan todas esas penas y se acaba el peo.»
Guillem sigue mirando a Fabián y advierte el cambio en su expresión corporal.
Kiara se fija en Guillem y mira hacia Fabián.
Kiara ve que Fabián cierra los ojos y está apretando el móvil con fuerza.
Kiara alza la voz.
Dices: «¿Muñeco? Ven a terminar de cenar, así luego te desahogas despotricando sobre el tipo este.»
Fabián se gira y echa a andar hacia el salón; al llegar al sofá lanza su móvil, rodeando luego la mesa para sentarse.
Fabián se sienta y bebe varios tragos de su copa de vino.
Fabián mira a Aymara, que sigue aún de pie.
Fabián dice: «Aymi, siéntate y termina de cenar.»
Aymara se tensa por el tono autoritario de Fabián.
Aymara inspira profundo un par de veces antes de girarse hacia la voz de Fabián.
Aymara murmura con acento venezolano, «no soy tu sumisa Fabián; en realidad no soy nada tuyo. Tenlo presente cuando quieras darme órdenes.»
Anzola alza ambas cejjas y se lleva la copa a los labios para mantener la boca ocupada y no meter la pata con ningún comentario.
Aymara le da un apretón en el hombro a Gina con rapidez.
Aymara dice con acento venezolano, «si me disculpan, creo que iré a casa, luego me cuentan que tal ha quedado el dulce de lechosa.»
Aymara se da media vuelta metiendo su mano en el bolsillo para buscar las llaves.
Fabián dice: «maldita sea, aymara.»
Fabián deja la servilleta sobre el plato y selevanta con rapidez, rodeando la mesa y caminando a zancadas en dirección a aymara.
Irina se tensa un poco pero guarda silencio.
Belkis dice: «Fabián, haz el favor…»
Kiara frena a Belkis con la mirada.
Anzola murmura: «menuda llegada del espíritu de la navidad, macho.»
Murmuras: «esperemos a que el muñeco salga de estas. Esto iba a pasar tarde o temprano.»
Guillem observa a Kiara, pensativo.
Guillem mira de soslayo la escena sin estar tan seguro de que sea buena idea dejar que todo siga el curso que parece avecinarse.