Punto de vista: Aletheia
Aletheia está terminando de coser uno de los disfraces cuando le vibra el móvil.
Aletheia clava la aguja en la tela y saca el móvil, lo desbloquea y lee.
[EPS] Arais: «buenas noches, ale?»
Aletheia responde al mensaje.
[EPS] Aletheia: «Buenas noches, Arais.»
[EPS] Arais: «ale, mañana irá ben con la niña a la aldea, ya han gestionado todo los permisos »
[EPS] Aletheia: «cómo te encuentras? Y bien, perfecto. gracias por avisar.»
[EPS] Arais: «no sé cómo responder a esa pregunta »
[EPS] Aletheia: «vale, si prefieres lo hablamos por otra vía cuando creas que lo necesites.»
[EPS] Arais: «sí… mejor »
[EPS] Arais: «cómo estás tú?»
[EPS] Aletheia: «bien… todo bien… Gracias por estar pendiente.»
[EPS] Arais: «me alegro, guapa »
[EPS] Aletheia: «Y yo. Sabes algo de Lilu? cómo se encuentra ella?»
[EPS] Arais: «bastante bien dentro de lo que hay, si no hay infección la dejarán salir en breve y creo que irá para casa »
[EPS] Aletheia: «bien, gracias por decirme.»
[EPS] Arais: «no tiene móvil, por eso no dice nada por aquí »
[EPS] Aletheia: «claro, es que necesitará descansar.»
[EPS] Arais: «bueno, ya no tenía antes, ale, por circunstancias »
[EPS] Aletheia: «vale… cierto.»
[EPS] Aletheia: «bueno, te dejo para que descanses, un abrazo y mucho ánimo.»
[EPS] Arais: «un abrazo »
Aletheia bloquea el móvil, coge de nuevo la costura.
Monse la mira.
El semblante de la chica muestra preocupación.
Monse dice: «Malas noticias, Aletheia?»
aletheia alza la mirada de la costura y niega.
Dices con acento catalán, «No, todo lo contrario… me acaban de avisar que traerán a Noa mañana, su padre.»
Monse se sorprende un poco, pero asiente.
Monse dice: «es que pareces preocupada.»
Aletheia procura sonreir un poco.
Dices con acento catalán, «pero no es nada grave, solo que una de mis compañeras está un poquitín enferma, eso es todo.»
Monse asiente, comprensiva.
Monse dice: «cambiando de tema, ¿qué pasó con aquel hombre que me comentaste?»
Aletheia piensa en Kalev y sonríe.
Dices con acento catalán, «bueno, le ví el martes pero muy poco tiempo… pero está bien, encantador y guapísimo…y supongo que besando igual de mmm…»
Aletheia se recrea recordando.
Monse dice: «no, no… me refería al otro…»
Aletheia se pincha un dedo.
Murmuras con acento catalán, «um…mierda.»
Aletheia se chupa el dedo, la sonrisa desaparece.
Murmuras con acento catalán, «ahm… nada, no he vuelto a verle.»
Monse se fija en su expresión.
Monse dice: «perdona, no quise ser imprudente e incomodarte.»
Aletheia la mira y niega.
Murmuras con acento catalán, «tú no me incomodas, no digas eso.»
Monse dice: «me pareció natural preguntarte… lo siento.»
Aletheia se levanta despacio y se sienta junto a la mujer.
Murmuras con acento catalán, «y es natural… no pasa nada, de verdad. Mira, eso es así… de esas fantasías que tiene una cuando es adolescente, con esos hombres guapísimos e inalcanzables, tuviste alguna?»
Monse asiente y se sonroja.
Murmuras con acento catalán, «pues esto es igual solo que este hombre es guapísimo y muy varonil, pero sin ser famoso, ni artista ni nada de eso.»
Aletheia le sonríe, Monse se relaja y le sonríe.
Monse murmura: «pero entonces no es inalcanzable…»
Murmuras con acento catalán, «sí, sí que lo es… pero está bien.»
Monse la mira a los ojos.
Monse dice: «Mi Yordi dice que lo único imposible de alcanzar en esta vida es no morirse, porque hasta a veces volver de la muerte se puede, con todas esas cosas que hacen los médicos hoy en día.»
Aletheia sonríe.
Monse dice: «sabes? cuando yo era muy jovencita Yordi ni me miraba… para mí era así como dices tú, una fantasía inalcanzable; y mira donde estamos ahora.»
Murmuras con acento catalán, «sí, sois una pareja preciosa; teneis una familia increíble… Pero Monse, para estas cosas hace falta dos, no una sola persona… y hace falta también que exista afinidad, no sé… algo que al menos te vincule a esa otra persona y este no es el caso.»
Monse murmura: «ah, comprendo.»
Monse la mira.
Monse murmura: «y con el otro hombre sí hay eso que dices?»
Aletheia reflexiona.
Murmuras con acento catalán, «en cierta forma sí… hay cierta afinidad, tenemos cosas en común y bueno, el ha manifestado de manera directa su interés en mí, así que supongo que algo sí que hay.»
Aletheia sonríe.
Monse la observa.
Monse murmura: «pero no te gusta tanto como el otro? o cual es el problema… porque el pero se te nota ahí en la cara.»
Aletheia sonríe.
Monse dice: «qué?»
Aletheia niega.
Murmuras con acento catalán, «es que me recordaste a mi madre, cuando le conté sobre Gabriel, el primer hombre en mi vida. Mi madre era una mujer muy perspicaz»
Monse sonríe.
Monse dice: «las madres conocemos a nuestros hijos y nos damos cuenta de todo, pasa que hacemos la vista gorda en ocasiones.»
Aletheia asiente.
Aletheia la mira a los ojos.
Murmuras con acento catalán, «respondiendo a tu pregunta, creo que me gustan de modos distintos… y el pero no está en ellos, está en mí… siento la muerte de Ives demasiado reciente y lo nuestro fue en extremo intenso… necesito tiempo como para involucrarme en una relación de pareja; tener una amistad con derecho a roce es una cosa, pero no sé si mi amigo se conforme con eso.»
Monse murmura: «ah, bueno, ya eso es otra cosa… supongo que si lo hablais y es un hombre comprensivo…»
Monse suspira.
Aletheia la mira.
Murmuras con acento catalán, «ahora soy yo la que pregunta, qué?»
Monse sonríe.
Monse murmura: «bueno, es que los hombres comprensivos son como muy pocos; al menos yo no he conocido el primero que anteponga la comprensión a ciertas cosas, como por ejemplo el interés en una mujer.»
Murmuras con acento catalán, «creo que entiendo a qué te refieres.»
Aletheia sonríe de nuevo.
Murmuras con acento catalán, «por ahora se muestra comprensivo, ya te contaré en cual lista queda.»
Monse ríe.
El móvil de Aletheia suena.
Aletheia saca el móvil y mira la pantalla.
Murmuras con acento catalán, «hablando del rey de Roma»
Monse ríe bajito.
Llamada entrante de Kalev.
Descuelgas la llamada y se establece la comunicación.
Dices por teléfono, «Hola, Kalev»
Kalev te dice por teléfono, «Hola, preciosa, cómo te encuentras hoy?»
Dices por teléfono, «Muy bien, ahora mismo un poquito ocupada con cosas para la actividad que haremos mañana por reyes»
Kalev te dice por teléfono, «Um, pero eso de la cabalgata suele hacerse los días cinco, me parece»
Dices por teléfono, «sí, pero es que en realidad no haremos una cabalgata, haremos un belén viviente y que los reyes vengan y daremos los regalos… es solo por mantener un poquito la ilusión de los peques, y que reciban los regalos»
Kalev te dice por teléfono, «entiendo, pues en ese caso espero que os lo paseis muy bien, sobre todo que los niños se diviertan.»
Dices por teléfono, «Pues sí, eso espero yo también.»
Dices por teléfono, «Pero, tú cómo estás? tienes planes para mañana?»
Kalev te dice por teléfono, «estoy bien, aunque echándote de menos. Tengo muchas ganas de verte… supongo que en la actividad de mañana no pueden asistir personas ajenas ahí a ese lugar»
Dices por teléfono, «Sí, así es… la verdad me gustaría que pudieras venir, pero el encargado de seguridad ha indicado justo que nadie puede asistir. Ni Jean podrá estar, me ha dado hoy un regalo para mi hijo, en fin, lo lamento mucho.»
Kalev te dice por teléfono, «No tienes que lamentar nada, preciosa. como bien dices son las normas y el protocolo de seguridad y en este momento no se puede flaquear con esos temas.»
Dices por teléfono, «Ya, si eso lo sé… pero no por ello dejo de sentir que tengo limitaciones para estar con las personas con las que me gustaría compartir el momento mañana»
Aletheia escucha como Kalev ríe por el móvil y sonríe
Dices por teléfono, «comparte el chiste conmigo, anda… no seas así»
Kalev te dice por teléfono, «No me río por un chiste, sino porque me encanta que comiences a sentir ganas de compartir momentos conmigo, preciosa. Es de los mejores regalos de reyes que me puedes dar»
Dices por teléfono, «bueno, pero es que tu vienes haciendo méritos para ello.»
Kalev te dice por teléfono, «ah, sí? Pero eso es estupendo saberlo, nena. Supongo que si te pido una pista para acelerar esos méritos, no me la darías, ¿verdad?»
Aletheia se sonroja un ppoquito
Dices por teléfono, «supones bien, te toca averiguarlas por ti mismo.»
Kalev te dice por teléfono, «Vale, pues me convertiré en investigador privado; a ver si logro aumentar esa lista de méritos y no sé, consigo que pases algo más que un momento conmigo.»
Dices por teléfono, «Oye, pero quizá sea una tarea muy ardua, no te importa?.»
Kalev te dice por teléfono, «Por ti, preciosa, vale la pena los retos… además, tú no sabes que las cosas que se obtienen fácilmente no se aprecian igual que esas por las que nos tenemos que esforzar? Y te veo venir, no creo que seas una cosa ni un objeto, me refiero en todo caso a tu interés y tu atención, y por qué no, tu afecto.»
Kalev te dice por teléfono, «Yo soy de los que aprecian los retos.»
Aletheia piensa
Dices por teléfono, «Pues es bueno saber eso, kalev.»
Kalev te dice por teléfono, «Ya te irás dando cuenta como soy, me gusta ser transparente, preciosa… las mentiras y las patrañas no van conmigo.»
Dices por teléfono, «sí, me imagino que te encargarás de que así sea.»
Kalev te dice por teléfono, «pero cambiando de tema, cómo te sientes, no me has dicho nada de eso.»
Dices por teléfono, «en realidad hoy un poqito adolorida, supongo que ha sido un poco más de ajetreo del que pensaba. ahora en un rato iré a descansar, que mañana todavía toca por la mañana hacer cositas.»
Kalev te dice por teléfono, «ey, tienes que cuidarte, preciosa. recuerda que te quiero recuperada pronto»
Aletheia ríe un poquito contenida para evitar el dolor en las costillas.
Dices por teléfono, «no, Ojalá fuese así de fácil, solo porque tú o yo lo deseamos y listo, estar recuperada»
Kalev te dice por teléfono, «bueno, preciosa, paciencia… poco a poco te irás recuperando. Yo a lo que me refiero es a que no cometas imprudencias que te echen todo para atrás.»
Dices por teléfono, «bueno, queda tranquilo… tengo un batallón aquí que me supervisan y no me dejan ser imprudente ni un poquito»
Kalev te dice por teléfono, «pues es una pena… yo que pensaba provocarte justo ahora para que fueses un poquito imprudente, pero conmigo.»
Dices por teléfono, «Vaya, así que ibas aconvertirte en un provocador, ¿no?»
Kalev te dice por teléfono, «bueno, solo un poquito»
Dices por teléfono, «bueno, justo hoy no es una buena idea… demasiados moros en la costa»
Kalev te dice por teléfono, «comprendo Pues otra vez será, no siempre estarás rodeada de moros y cristianos.»
Aletheia sonríe.
Dices por teléfono, «No, no siempre estaré rodeada de personas.»
Kalev te dice por teléfono, «Ese es un dato importantísimo. Lo sumo a mi lista de pistas.»
Dices por teléfono, «mare meva, no hablas en serio, ¿verdad?.»
Aletheia escucha a Kalev carcajearse.
Kalev te dice por teléfono, «No, en realidad no es cierto, solo te tomaba el pelo un rato para robarte alguna sonrisa, cosa que espero haber logrado.»
Dices por teléfono, «mmm no sé, quizá sí, quizá no.»
Aletheia se ríe bajito.
Kalev te dice por teléfono, «vale, me lo merezco.»
Dices por teléfono, «Oye, ahora voy a dejarte… gracias por llamar, es un lindo gesto por tu parte, Kalev.»
Kalev te dice por teléfono, «No me lo agradezcas, lo hago porque soy egoísta y tenía muchas ganas de escucharte… y tengo muchas más ganas de verte.»
Dices por teléfono, «bueno, confieso que yo tengo ganas de verte también, quizá el domingo se pueda, no sé.»
Kalev te dice por teléfono, «Me encantaría, preciosa.»
Dices por teléfono, «bueno, entonces si te parece hablamos mañana por la noche y vemos si podemos hacer algo el domingo. al menos conversar o tomarnos un café.»
Kalev te dice por teléfono, «Vale, mañana lo conversamos mejor.»
Dices por teléfono, «buenas noches, Kalev. Descansa, cuídate y te mando un beso.»
Kalev te dice por teléfono, «otro beso enorme para ti, preciosa.»
Dices por teléfono, «hasta mañana.»
Kalev te dice por teléfono, «hasta mañana, descansa y cuídate mucho.»
Cuelgas la llamada.
Aletheia suspira; una sonrisa le ilumina el rostro.
Monse se fija en aletheia y sonríe.
Monse dice: «si supieras lo bonita que te ves sonriendo.»
Murmuras con acento catalán, «eso me han dicho… y es que no sé, se siente tan bien hablar con alguien de forma tan agradable y relajada.»
Monse dice: «además con un alguien guapísimo, ¿no?»
Aletheia sonríe y asiente.
Murmuras con acento catalán, «sí, eso también.»
Monse se levanta y coge de la mano a Aletheia.
Monse dice: «ven, descansemos un poco que ya casi todo está listo.»
Monse guía a Aletheia hacia la cocina, donde las demás mujeres se encargan de sacar los roscones y preparar algo de chocolate caliente.