Punto de vista: Auxita
Casa de Auxita
Ves un sillón de relax negro, un jarrón decorativo verde, Jarrón de cristal, Un sillón de relax modelo Lockhart en color crema, PC all in one 25-h124mo, Un cuadro con un paisaje boscoso, y Una mesa redonda de cristtal aquí.
Auxita se encuentra en su casa, no ha salido en todo el día anterior, no lo hizo hasta ahora. Jorge la ha llamado al móvil varias veces pero no respondió, Mark también le llamó y envió varios mensajes a los que no hizo caso alguno. Se encuentra caminando por la sala sin rumbo fijo, ensimismada y con los ojos rojos de tanto llorar, además de tener el rostro notablemente demacrado.
Auxita desbloquea el móvil, busca en Youtube una canción y cuando la encuentra la reproduce; a pesar de que ha llorado mucho todavía siente que debe desahogarse más, pero ya no le sale el llanto, sabe que cantar la ayudará a sacar el dolor que lleva dentro.
Auxita Oye la introducción instrumental de la canción y suspira, dejándose caer en un sofá, muy abatida. Cierra los ojos un instante mientras suena la introducción y aguarda la parte cantada, con rostro serio pero sin lágrimas asomándose.
Auxita canta a a la par que la canción.
Auxita canta: «voy, buscando por el mundo una aventura y un consuelo…voy, implorando los caminos que mi angustia se termine; voy, gritando voy pidiéndote un poquito ya de alivio, para este mi corazón, para este mi corazón.»
Auxita canta: «voy, gritándote el recuerdo de un pasado tan hermoso…que fue lleno de pasiones, de noches maravillosas; voy, gritando voy pidiéndote un poquito ya de alivio, para este mi corazón, para este mi corazón.»
Auxita canta, aún sin inmutarse ni sin que se le quiebre la voz, concentrándose en afinar lo mejor que puede.
Auxita canta: «Es mi desesperación, al saber que tu querer, ya no quiere más de mí, ni tampoco de mi amor. Siempre tú, siempre tú, fuiste indiferente a mi amor.»
Auxita vuelve a cantar la misma letra pero increíblemente no puede desahogarse, es como si se haya bloqueado o se le hayan acabado las lágrimas. La canción termina, Auxita suspira y deja que otras polcas y guaranias se vayan reproduciendo aleatoriamente, cierra los ojos y el corazón se le dispara un poco.
Pasados unos minutos Auxita toma su móvil y le da pause al reproductor para hacer lo que tenía que hacer desde que se enteró de la situación de Diego. Revisa si todavía su teléfono está configurado para llamadas internacionales, ya que si no es así no podrá hacer el contacto que desea, porque ella no sabe como lograr esa configuración; suspira de alivio al ver que todavía puede llamar y procede a hacerlo, su única salvación está a miles de quilómetros de distancia.
Auxita carraspea varias veces e intenta aclararse la voz lo mejor que puede, ya que no quiere que la oigan mal o al menos, no a la primera. Marca el número de su casa, aguarda a que le respondan, algo nerviosa.
Finalmente responde doña Josefina, su madre. Auxita trata de hablar con ella unos minutos, le explica del mejor modo posible que necesita que Aurora pueda venir a Madrid, para no afligirla solo le dice que quiere que esta la ayude con alguna dieta equilibrada y con un entrenamiento básico, a lo que su madre está de acuerdo. Pide hablar con ella y su madre va a buscarla; mientras tanto una de sus sobrinas que está en la casa toma el teléfono y hablan por un rato, auxita trata de no mostrar tristeza alguna aunque le cuesta horrores. Se oye a Aurora acercarse y quitarle el tuvo a la sobrina de la mano, a lo que la niña replica un poco.
Aurora habla del otro lado del teléfono: «hola, qué pasa?»
Auxita suspira un poco al oír a su hermana
Dices: «hola Auro, te necesito acá, necesito tu ayuda…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «Qué? Pretendés que vaya allá a Madrid? Se puede saber cuál es tu problema para que recurras a mí, nena?»
Dices: «hermana, escuchame por favor un momento antes de reprocharme…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «sí, decime»
Dices: «Auro, quiero morirme, eso pasa, me quiero morir. Pensé en matarme, pensé en…»
Auxita finalmente solloza
Aurora suspira, con fastidio
Dices: «no puedo más, necesito que me ayudes, pensé en alcoholizarme, meterme drogas, no sé…ya no tiene sentido todo esto»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «es ese individuo verdad? ese idiota…pero si yo te dije pendeja, te dije!»
Auxita se sobresalta
Dices: «Auro, no por favor, no le digas nada a mamá, te suplico, vos misma me dijiste que no le llore por mis errores y ahora te doy la razón, no me la aflijas más, bajá la voz, por favor.»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «sí sí, está bien. pero qué pasó? te hizo algo ese desgraciado?»
Aurora habla del otro lado del teléfono, bajando más la voz: «te metió drogas el muy gil? Te convenció?»
Dices: «no, algo peor, Auro…»
Se quiebra la voz de Auxita sin que esta pueda evitarlo más
Aurora habla del otro lado del teléfono: «dejá de llorar y contame de una jodida vez lo que te hizo el mierda ese, que lo mato…»
Dices: «está preso por…»
Auxita toma aire
Dices: «porque tenía armas y drogas, contrató a un sicario para que mate a una soldado…Dios, hermana, no es el hombre que conocí, te juro…»
Aurora no puede evitar reír del otro lado
Aurora habla del otro lado del teléfono: «pero si se lo vi en la cara, tenía un rostro de drogadicto peor que esos nenes que limpian parabrisas allá por Mariscal lópez…mmm»
Auxita asiente
Dices: «yo estaba ciega hermana, él me decía que era obligado a muchas cosas; de hecho cuando él contó aquello de que los soldados lo perseguían no contó el motivo exacto, se hizo el inocente…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «chocolate por la noticia, pendeja; eso ya lo detecté por eso dije lo que dije esa noche. Vos sacaste la personalidad de papá definitivamente, confiás en cualquier idiota que se te cruce por el camino; hasta él se dejó llevar por su carita de yo no fui. Dios, no tienen solución ustedes»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «y por qué no venís vos a paraguay? Qué se supone que seguís haciendo en España? O pensás ir a verlo a la cárcel, llevarle comida y unos porritos para que se mantenga tranquilo y que de paso vos fumes con él? Porque si es así, yo no tengo mucho que hacer allá»
Dices: «escuchame por favor. Yo no puedo dejar España porque tengo que continuar trabajando, vos sabés muy bien que allá no tengo demasiadas oportunidades con la psicología, y mucho menos con la música; creo que no vale la pena irme sin al menos llevar un poco de plata y armar un consultorio allá, no sé…»
Dices: «y no, no voy a verlo ni llevarle porritos como decís porque no está en una cárcel convencional, está en una base militar donde hay control estricto y no permiten visitas externas»
Aurora vuelve a reír, satisfecha
Aurora habla del otro lado del teléfono: «ah bueeno, así que los soldados que supuestamente lo perseguían sin razón alguna ahora lo detuvieron? Me alegro, espero que le den una buena paliza para que se alinee el pendejo ese, y que tenga por fin argumentos sólidos para tenerles miedo.»
Dices: «Auro, ahora mismo ese pendejo como decís vos no me interesa, que se vaya a la mierda también y que esa misma soldado a quien quiso matar haga con él lo que le plazca. Pero yo necesito estabilizarme, nunca había pensado matarme y ahora lo pienso de forma recurrente, incluso ya agarré un cuchillo y…»
Aurora habla del otro lado del teléfono, interrumpiendo: «dejate de joder pedazo de bobasa! pensás que vale la pena que desperdicies tu vida por un inútil como ese? decime!»
Aurora tiene la voz alterada
Dices: «yo sé que no, hermana, pero…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «no alarguemos más esto; hoy mismo compro el pasaje y me voy, pero eso sí. Tenés que asumir que mientras yo esté ahí contigo, ese tipo no puede mirarte ni de reojo, en el hipotético caso que los soldados finalmente lo suelten. Tenés que comprometerte que nunca más vas a estar con él, pero si te digo nunca más es nunca más, eh? Y si se atreve a acercarse…yo voy a terminar de hacer lo que los soldados eventualmente no hagan, y sabés que soy capaz de cumplir mi palabra.»
Auxita lo piensa por unos segundos, suspira y asiente
Aurora habla del otro lado del teléfono: «Auxi?»
Dices: «sí, está bien, pero por lo pronto quiero que vengas a ayudarme a mí, no a verte con él ni que le hagas nada…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «mmm bueno, cuando vaya vamos a trabajar en eso, que le quites de tu ingenua cabeza para siempre. Por lo pronto, cómo me garantizás que no te vas a matar de alguna manera mientras esperás que vaya?»
Auxita piensa, no se lo había planteado
Dices: «te puedo mandar correos todos los días, para que sepas que estoy bien…Además, si hubiera querido matarme ya lo hubiera hecho de una, está en mis pensamientos pero algo me ataja, se me viene a la mente la cara de las nenas, me parece ver a papá y mamá llorando por mí, y no, no quiero darles ese sufrimiento. Pero yo también sufro, hermana, estoy derrotada, sin fuerzas…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «jamás en mi vida me imaginé que aceptaría una cosa como esta, vos sabés muy bien que no nací para ayudar a los demás, al menos no en la forma que me lo planteás. Sabés que amo el deporte, las corridas, pero…»
Dices: «sí, yo sé y creeme que me hace mal sacarte de lo que te gusta, pero siento que solo vos podés conmigo, solo vos tenés la suficiente fortaleza para bancarme. Tuve un terapeuta acá por un tiempo, me ayudó pero después me dijo que no podía ayudarme más, no entiendo por qué…»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «ya, está bien; me sacás de lo que me gusta pero si es por defenderte a vos, a mamá, a papá, incluso a Luis, yo voy a hacer lo que tenga que hacer, eso lo tengo muy claro. Pero bueno, hoy mismo veo un pasaje y me voy, mandame correos y si es posible una foto, aunque tu cara sea horriblemente llorosa. Está bien?»
Dices: «gracias hermana, te debo una, en serio. Y tranquila que te voy a girar la plata para el pasaje, de eso no te preocupes»
Dices: «yo le dije a mamá que te necesito para que me entrenes y me ayudes con la dieta, para que no se aflija. Sí, le mentí, pero no quiero decirle esto, no quiero que se asuste, te pido por favor que me ayudes con eso, yo le voy a contar todo cuando las cosas se solucionen a fondo, sí?»
Aurora suspira y responde: «y bueno, no me queda de otra, no sea que tenga otra vez un pico de presión o azúcar alto…pero no me gusta mentir y sabés muy bien eso, Auxi»
Dices: «a mí tampoco me gusta, y por eso le voy a contar todo cuando esto pase»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «perfecto. Bueno, espero a que me gires la plata y voy a ver el pasaje, dependiendo del vuelo que consiga voy a tardar en llegar máximo 2 o 3 días, pero de esta semana no pasa, nena. Está?»
Dices: «gracias hermana, ahora mismo voy y te hago el giro. Muchas gracias, en serio»
Aurora habla del otro lado del teléfono: «bueno, tengo que cortar ya. Intentá no matarte, querés?»
Auxita sonríe un poco y asiente para sí, respondiendo con un sí algo duvitativo.
Auxita corta la llamada y suspira; deja el móvil sobre la mesa y se recuesta del sofá, cerrando los ojos.
Tras 20 minutos Auxita se levanta, no quiere salir pero debe hacerlo para girar dinero a su hermana. Se viste abrigadamente y sale, va a realizar la transacción y luego regresa a su casa; algunos vecinos la ven caminar por la planta principal de la torre buscando el ascensor, les alerta su cara pálida pero no le dicen nada. Sube a su planta y vuelve a entrar a su casa, casi sin fuerzas llega a su habitación y sin cambiarse se tumba en la cama, sin poder moverse ya que lleva sin comer y dormir bien poco más de un día, lo cual la ha debilitado mucho.