Punto de vista: Aletheia
Aunque me sentía cansada, sin pensarlo demasiado decidí ir a ver a Franc. Apenas eran las 21:30 y de alguna manera necesitaba quitarme esa sensación de incomodidad que me generó la actitud del nuevo Aras.
Cogí mi móvil, lo desbloqueé y pedí la autorización.
[EFU] Aletheia: «permiso para abandonar finca el renacimiento, destino aldea esperanza»
Cogí las llaves, abrí la puerta y salí
Comunidad de Madrid; Finca el Renacimiento
Ves Nisan Moco, un vehículo blindado, y un coche deportivo de color negro aquí.
Cerré la puerta y vi pasar de lejos, a Marta. suspiré, recordando la manera en que Aras la trató.
Negué con la cabeza.
Murmuras con acento catalán, «quién eres tú para juzgar o cuestionar nada, aletheia»
Mientras esperaba la respuesta, me dije eso, una y otra vez; sin embargo, mi pensamiento crítico pudo mucho más y me llené de sentimientos y pensamientos encontrados.
Sentí vibrar mi móvil entre las manos, bajé la mirada y al leer su nombre, sentí mucho desagrado. Tecleé a toda prisa para bloquear el móvil.
[EFU] Aras: «S.y. autoriza la solicitud.»
[EFU] Aletheia: «copiado.»
Con lentitud me acerqué a la garita, hice un gesto de cabeza a los soldados y abandoné la finca.
Comunidad de Madrid; Una carretera desértica
Caminando hacia la garita de la finca, rememoré todo lo visto y volví a negar con la cabeza; entendí entonces, que aunque el juicio hacia Aras fuese irregular a mis ojos, que le degradasen de rango, está más que justificado.
Mirando a los soldados en la garita, pensé en lo que me dijo Arais de la Mossad; y, aunque racionalizando entiendo que ahora tendremos que adaptarnos a un nuevo Aras Santana —al menos quienes no estemos en su círculo de afectos—, no deja de darme rabia la situación; ver cómo luego de haberse comportado como un colega más, ahora los tenga que tratar de esa forma puede ser necesario, pero me parece tan injusto.
Hice un gesto de cabeza a los soldados y mostré mi identificación.
Los guardias comprueban tu identificación y te acompañan a la aldea.
Aldea Esperanza
Seguí caminando hacia el interior de la aldea, pensando en lo difícil que tiene que ser ahora la situación de los soldados y puede que la del mismo Aras, teniendo que hacer algo que, quizá, no le gusta pero que, para como entiendo funciona el tema castrense, es indispensable.
Me entristecí.
Murmuras con acento catalán, «ojalá encuentres el punto de equilibrio, porque si no, no sé qué será del Aras que empezaba a conocer. Sería muy triste que te pierdas en el camino.»
Respiré profundo y entré en el edificio de viviendas, caminé directo a la puerta de Monse y toquéEdificio de viviendas
Ves Un Belén artesano hecho con figuritas de madera tallada y Un abeto de Navidad adornado con espumillón y lucecitas de colores aquí.
Monse abre la puerta y sonríe, se fija que aletheia parece un poco triste.
Monse dice: «pensé que no vendrías, guapa. qué pasó con la celebración?»
Aletheia suspira profundo y pasa, se quita la parca y la deja en el respaldar de un sillón.
Monse cierra la puerta.
Franc la ve y sale corriendo.
Aletheia abraza a su hijo con adoración, lo besa y mira a Monse como diciendo: en un rato hablamos.
Monse asiente levemente y entra en el cuarto de las niñas.
Me fui al cuarto de Franc y Paulino, les ayudé a ponerse el pijama y jugué un rato con ellos. Les conté una historia hasta que ambos se durmieron.
arropé bien a Franc y le besé en la frente; salí con cuidado de no hacer ruido y dejé la puerta entreabierta.
Monse me esperaba en la cocina.
Monse dice: «Haré chocolate, siempre es bueno para acompañar charlas y mitigar el frío.»
Dices con acento catalán, «te ayudo en algo?»
Monse niega.
Monse dice: «tú siéntate y si te animas, cuéntame que hace que tengas la mirada triste hoy.»
Suspiré y asentí. Recordé lo que Jean siempre me dice… no te quedes nada dentro.
sin entrar en demasiados detalles, le conté a Monse la situación.
Monse sirve el chocolate en dos tazas y se sienta junto a mí.
Aletheia mira a Monse, esta le sostiene la mirada.
Monse dice: «Esos cambios tan abruptos siempre descolocan. Hay que tenerse paciencia mientras los asimilamos.»
Cogí la taza con ambas manos y soplé un poco antes de beber.
Monse dice: «respecto de lo demás, a veces las personas ni siquiera somos conscientes a plenitud de lo que nuestro lenguaje no verbal transmite. si la situación es tan difícil, puede que ni sea consciente de su actitud para contigo, porque en el fondo no es personal.»
—Si sabré yo que no somos conscientes de lo que nuestro lenguaje no verbal transmite —pensé—. Lo serás tú? o será que actúas plenamente consciente.
Dejé de lado mis pensamientos un rato y seguí en la conversación.
Dices con acento catalán, «sí, es una posibilidad; pero es difícil no hacer la asociación: te dije que me gustabas, te fastidia que sea así, cambias tu actitud hacia mí.»
Monse asiente bebiendo de su taza.
Dices con acento catalán, «pero bueno, como dice una amiga… es lo que hay y tocará adaptarse a ello. Por fortuna no nos vemos con frecuencia; espero que con el tiempo se dé cuenta que no hay necesidad de eso, que podemos ser amigos
y compañeros; en la vida hay que aprender a gestionar los rechazos, de eso va crecer. al menos eso creo yo.»
Monse dice: «sí, es de las cosas que tenemos que aprender a gestionar y de las que más cuesta. Pero tú pareces irlo llevando bien, Aletheia.»
aletheia asiente y sonríe.
Dices con acento catalán, «verás, es que al no tener expectativas positivas, sino lo contrario, la casi certeza de que me iba a decir lo que me dijo, no fue algo que me cogiera por sorpresa: La naturalidad con la que reaccionó sí, pero lo demás que dijo no es que me dejara perpleja, creo que por eso su actitud hoy me llamó la atención; . pero quizá piensa que así se me hace todo más fácil, no sé. Y qué irónico, porque en realidad lo hace todo más incómodo, pero bueno»
Monse bebe de su taza
Bebií de la taza, disfrutando el aroma y el sabor del chocolate.
dices con acento catalán, «Además, hay alguien que me ayuda un poco también con este tema.»
Monse la mira
Monse dice: «Me alegro por eso, porque muchas situaciones, si se comparten, se sobrellevan mejor.»
Aletheia asiente.
Dices con acento catalán, «la verdad es que es un amor; el día que le conté lo que me dijo esta persona, hasta reír me hizo… es muy atento, comprensivo.»
Monse la mira y sonríe.
Me terminé el chocolate, recordando la última vez que vi a Kalev, sin poder evitar sonreír un poco.
Monse dice: «y guapo, también es?»
No pude evitar volver a sonreír ante la pregunta; desde luego, asentí.
Murmuras con acento catalán, «es guapísimo, sí. y besa, mmm»
Monse ríe bajito para no despertar a los niños»
Monse dice: «pero ya os habéis liado?»
Negué, suspirando un poco.
Murmuras con acento catalán, «le he pedido tiempo para poder enfocarme y que cuando algo suceda, si sucede, pueda estar con él más de lleno sin tener en la cabeza a otro hombre.»
Monse asiente.
Monse coge su taza y la empina, se ha terminado el chocolate.
Monse murmura: «mmm, quizá ese cambio que viste hoy sea en realidad como dices, intentando ayudarte a que te deshagas de esa atracción.»
Miré a Monse y asentí.
Murmuras con acento catalán, «es posible, también es posible que él sea así y lo mostró por sentirse en confianza; pero en todo caso … creo que mi compañera tuvo mucho de razón al decir que la situación fue demasiado forzada. me sabe muy mal por ella, sobre todo; no la actitud de él, porque ella estaba respecto de eso muy cómoda; sino que no hubiésemos podido celebrar su cumpleaños de otra manera.»
Monse le coge la mano a la chica.
Monse dice: «pero lo intentásteis, es lo que cuenta al final.»
Murmuras con acento catalán, «sí, lo sé.»
me levanté y llevé ambas tazas al fregadero, las lavé y las dejé escurriendo.Monse se acercó desde atrás, poniéndome una mano en el hombro.
Monse dice: «Y estás triste por todo a la vez, supongo.»
Asentí y me giré, apoyándome en la encimera.
dices con acento catalán, «me genera tristeza, pero también muchos sentimientos encontrados. Me da pena con los soldados, incluso con él, si pienso por donde tiene que ir para hacer su trabajo…»
suspiré y luego me mordí el labio.
dices con acento catalán, «pero también me da un poquito de rabia, porque soy demasiado crítica todavía y me cuesta flexibilizarme, ser comprensiva, no juzgar. en fin. Es complicado para mí, porque hay muchas cosas que recién aprendo de ese mundo; y si bien muchas las valoro, otras no las soporto.»
Monse murmura: «paciencia, Aletheia; tente mucha paciencia.»
Asentí mirando el reloj.
Murmuras con acento catalán, «será mejor que me vaya, nos vemos mañana. gracias por el chocolate y por escuchar esta perorata de disparates.»
Monse niega.
Monse murmura: «siempre que lo necesites, aletheia. Para nada es una molestia; además, ya sabes lo que dice mi Yordi sobre quedarse las cosas dentro, ¿no?»
Me reí bajito y asentí. Le di un abrazo a Monse y fui al sillón a por mi parca. Me la puse y abrí la puerta, Monse me acompañó.
Murmuras con acento catalán, «buenas noches, descansa. Nos vemos mañana.»
Monse murmura: «Buenas noches, descansa tú también. Cuídate, guapa.»
Asentí y salí a toda prisa, el frío se hacía sentir. en mi trayecto de regreso procuré enfocarme en otras cosas para no pensar demasiado en lo que había visto hoy de Aras; para no preocuparme por algo que no me atañe y que no puedo hacer nada por cambiar, pues lo único que está en mis manos es adaptarme a sus cambios, nada más.