Nueva Escena de Rol: A Pensar Y Tejer

Punto de vista: Cristóbal.

Comunidad de Madrid; Cafetería La Paz
Al entrar puedes observar varias mesas, un mostrador donde puedes solicitar alimentos y bebidas, una ventana que brinda gran iluminación y un pequeño televisor pegado a la pared. Las sillas y mesas ocupan el área central y al fondo a la izquierda está una puerta que da a la cocina. La decoración es algo austera, predominando los colores blanco, azul y gris en tonos pasteles. Lo que más ves a tu alrededor son personas que van y vienen, vestidos con pijama sanitario o llevando batas blancas.
Cristóbal ojea el menú
Cristóbal se pide una taza de café negro.
El camarero asiente y se aleja hacia el mostrador.
Consumes Una taza de café negro y te sientes mejor.
Cristóbal permanece pensativo, recordando.

El día Anterior

Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz.
Te encuentras en un centro hospitalario de titularidad pública, situado en el distrito de Fuencarral El pardo. Está administrado por el Servicio madrileño de salud y es uno de los principales hospitales de referencia. También es centro de referencia nacional e internacional en varias áreas específicas de elevado nivel de desarrollo científico y tecnológico.
Apenas entras, te encuentras de frente el mostrador de recepción. Diagonal a la derecha se ubica la sala de espera y en frente de esta, el servicio de urgencias generales. Un poco más al norte, observas la entrada al hospital materno-infantil. Aquí es donde te puedes reavilitar si has sufrido una lesión grave. Si no estás curado del todo no podrás salir de este lugar hasta que termine tu periodo de observación.
Si quieres trasladar tu expediente a este hospital, teclea ‘trasladar’.
Ves Un mostrador y Una recepcionista aquí.
Un celador lleva a Aymara a toda velocidad hacia urgencias.
Humberto se gira y habla con los hombres y la trabajadora social.
La mujer dice con acento madrileño, «Esperaremos la notificación para realizar el traslado.»
Humberto asiente y sigue hacia el servicio de urgencias.
Comunidad de Madrid; Servicio de Urgencias Generales
Es un servicio que cuenta con cuatro salas de observación con capacidad para 54 pacientes, además de una sala de preingreso para 30 pacientes y una sala de tratamientos con 30 sillones.
Te encuentras con Cristóbal.
Humberto ve al médico residente y carraspea.
Humberto dice con acento melillense, «soy el doctor Ferrer, he traído a una tutoreada de la IDO a un reconocimiento de rutina.»
Cristóbal ve al médico y le resulta vagamente familiar.
Dices con acento melillense, «bien doctor, nos haremos cargo.»
Humberto mira al joven con algo de fastidio.
Humberto dice con acento melillense, «No debería tardar demasiado, ya le dije que es chequeo de rutina.»
Cristóbal frunce el cejo.
Dices con acento melillense, «disculpe, colega, pero la paciente que acaba de ingresar presenta un cuadro de deshidratación y manifiesta ser diabética insulinodependiente. De entrada le digo que Un simple chequeo de rutina no será.»
Humberto aprieta los dientes.
Humberto dice con acento melillense, «me contradice?»
Cristóbal niega con la cabeza.
Dices con acento melillense, «Le informo, que es muy diferente.»
Paloma sale a prisa del box.
Paloma dice con acento almeriense, «Doctor, la glucemia capilar arroja 40 mg/dl»
Cristóbal sigue a Paloma y deja a Humberto con la palabra en la boca.
Humberto achica los ojos, su enfado es evidente.
Almudena sale de otro box y se queda petrificada ante la mirada de Humberto.
Humberto dice con acento melillense, «tú, que miras? Ocúpate de tu trabajo.»
Almudena aprieta los labios.
Humberto va a salir de urgencias pero se gira.
Humberto dice con acento melillense, «Dile al residente de guardia que esperaré que me llamen para buscar a la impedida, soy el doctor Ferrer.»
Almudena asiente con la cabeza y sigue de largo.
Humberto se marcha.
Boxes
Esta es la zona donde se atienden a los pacientes durante una urgencia. al entrar en cada box, puedes ver una camilla al frente, una mesita del lado derecho, una silla y diferentes dispositivos de atención sanitaria.
Te encuentras con Aymara y Paloma.
Cristóbal se coloca los guantes y se dispone a tomar el mismo la glucemia capilar.
Aymara está en la cama, pálida y sudorosa.
Aymara murmura con acento venezolano, «Necesito… glucosa… por favor…»
Cristóbal mira el glucómetro y verifica el resultado.
Dices con acento melillense, «has dejado de comer? Abusaste de la insulina?»
Aymara niega con la cabeza, cada vez más pálida.
Cristóbal duda un instante, pero decide seguir con la anamnesis.
Paloma aprieta los dientes.
Paloma dice con acento almeriense, «doctor, busco el glucagón?»
Cristóbal achica los ojos un instante.
Dices con acento melillense, «Ya te diré yo cuándo y qué buscar, Paloma.»
Paloma sale del box, disimulando el enfado.
Cristóbal comienza a aoscultar a Aymara.
Comunidad de Madrid; Servicio de Urgencias Generales
Te encuentras con Paloma.
Kiara entra seguida de Ismael y Guillem.
Kiara dice: «Paloma, sabes si han traído a una chica ciega?»
Paloma asiente.
Paloma dice con acento almeriense, «es la chica que está en el box 5, la está atendiendo el doctor Mohatar.»
Kiara asiente y sigue hacia el box, tras ella va Ismael.
Guillem mira a Paloma.
Guillem dice con acento catalán, «Paloma, has visto al doctor Fábrega?»
Paloma niega, extrañada y mira su reloj.
Paloma dice con acento almeriense, «su guardia no empieza sino hasta las 19:00, doctor.»
Guillem nota la tensión de la joven, pero aguarda.
Guillem dice con acento catalán, «si llegas a verle me podrías avisar, por favor?»
Paloma asiente.
Guillem dice con acento catalán, «te ocurre algo, Paloma, te puedo ayudar?»
Paloma suspira profundo.
Paloma murmura con acento almeriense, «esa chica que trajeron, tiene una hipoglucemia moderada que va en progreso y el doctor ha decidido empezar por la anamnesis. la chica no se ve nada bien.»
Guillem dice con acento catalán, «comprendo.»
Se escucha a Cristóbal llamar a Paloma.
Paloma sale disparada.
Kiara entra en el box, detrás entra Ismael y luego la enfermera.
Boxes
Dices con acento melillense, «Te lo preguntaré una vez más, intentaste atentar contra tu vida usando tu medicación?»
Kiara no da crédito a lo que escucha.
Aymara cierra los ojos y suspira, frustrada.
Aymara murmura con acento venezolano, «Por enésima… vez… no he atentado contra mi… vida… necesito…glucosa…»
Dices con acento melillense, «soy yo quien sé lo que necesitas, no tú, que ni siquiera eres médico.»
Aymara se desespera.
Aymara grita: «¡Y usted que es el médico… no sabe que… bajo estrés agudo se pueden producir… hipoglucemias moderadas!»
Cristóbal se crispa ante la actitud de Aymara.
Aymara jadea y respira con dificultad.
Dices con acento melillense, «Eres una grosera y una malagradecida.»
Kiara estalla en un arrebato.
Kiara dice: «y tú eres un arrogante soberbio que no tiene la humildad para reconocer que iniciando la residencia de medicina interna el caso te queda grande y debes pedir apoyo al especialista, Mohatar.»
Paloma sale corriendo.
Cristóbal se gira, furioso.
Ismael coge a Kiara por el brazo y la aparta, colocándose entre ella y Cristóbal.
Dices con acento melillense, «¿qué sabrás tú, García que apenas si eres una fisio, ni médico eres, mujer. cierra la boca.»
Ismael dice: «Controla tu tono, Mohatar.»
Cristóbal mira a Ismael con cierto desdén.
Dices con acento melillense, «tú, Moreno, controla a tu mujer y a ver si le enseñas cuál es su sitio.»
Guillem entra a prisa ante el tono de la discusión.
Aymara respira de forma superficial.
Guillem dice con acento catalán, «Cristóbal, necesitas interconsulta? Puedo darte apoyo en este caso.»
Guillem mira hacia la cama.
Guillem vuelve a mirar a Cristóbal.
Guillem dice con acento catalán, «parece que la paciente muestra signos de estrés y ansiedad.»
Cristóbal se gira un instante. al ver a la paciente, se pone nervioso.
Paloma entra con una bandeja y lo necesario para tomar una vía.
Paloma habla en voz baja.
Paloma murmura con acento almeriense, «He llamado a la doctora Jiménez, doctor Mohatar.»
Cristóbal mira a Guillem.
Guillem asiente con la cabeza.
Dices con acento melillense, «hablemos en el despacho, así podremos conversar mejor.»
Guillem dice con acento catalán, «Desde luego, Cristóbal, enseguida te alcanzo.»
Cristóbal sale del box.
Guillem mira a Kiara con severidad.
Guillem dice con acento catalán, «Haz el favor de controlarte, Aymara no necesita que su situación empeore, lo entiendes?» No me obligues a recetarte un sedante.»
Kiara se muerde el labio inferior y baja la mirada.
Guillem dice con acento catalán, «hablaremos luego, por ahora procura mantener la calma.»
Guillem sale del box.
Ismael dice: «Bagur lleva razón, cariño. entiendo cómo te sientes, pero ahora hay que mantenernos serenos.»
Kiara reprime las lágrimas y asiente.
Kiara se acerca a un lateral de la cama y le toma a Aymara de la mano.
Aymara se ve cada vez más laxa, tiene la mano fría y sudorosa.
Kiara dice: «¿Caramelo?»
Aymara se esfuerza en abrir los ojos pero le cuesta.
Kiara ve a Paloma con preocupación.
Paloma toma la vía con sorprendente rapidez.
Paloma va trabajando sin perder tiempo.
Kiara dice: «eso qué es, Paloma?»
Paloma dice con acento almeriense, «una solución glucosada. la indicó la doctora Jiménez, estará aquí en breve.»
Paloma se dispone a tomar una nueva glucemia.
Paloma espera el resultado y al verlo se pone muy seria.
Aymara tiembla y respira de forma acelerada y superficial.
Melissa entra en el box, quitándose la mascarilla.
Melissa dice con acento argentino, «xa estoy, Paloma, decime el resultado, por favor.»
Paloma dice con acento almeriense, «38 mg/dl, doctora.»
Melisa se acerca con rapidez a la cama y comienza a revisar los signos vitales de Aymara.
Melissa dice con acento argentino, «haceme un favor, Paloma, traé el glucagón, se lo ponés y en 10 min hacés otra glucemia.»
Paloma dice con acento almeriense, Lo tengo aquí, doctora.»
Melissa se gira sorprendida pero asiente.
Melisa dice con acento argentino, «colocáselo enseguida, por favor.»
Melissa mira a Kiara y se sorprende aún más.
Melissa dice con acento argentino, «Y vos, qué hacés acá, García?»
Ismael dice: «conocemos a la paciente, doctora, estaba en nuestra casa cuando se la llevaron.»
Paloma obedece y comienza a colocar el glucagón.
Melissa alza las cejas, desconcertada.
Melissa dice con acento argentino, «se la llevaron? Pero cómo que se la llevaron? Moreno, me podés explicar que está pasando?»
Aymara comienza a respirar un poco mejor.
Kiara sigue sosteniéndole la mano.
Melissa mira a ambos, esperando una explicación.
Ismael dice: «si tiene tiempo para un café, le podemos explicar lo que necesite.»
Melissa los observa, pensativa.
Melissa dice con acento argentino, «muy bien, primero estabilicemos a esta chica, luego hablamos.»
Veinte minutos después…
Melissa mira a Aymara, mientras espera el resultado de la nueva glucemia.
Paloma dice con acento almeriense, 65 mg/dl, doctora.»
Melissa dice con acento argentino, «me escuchás?»
Melissa va a revisar el reflejo pupilar de Aymara y es cuando cae en cuenta de su ceguera.
Melissa toca a Aymara en el brazo.
Aymara abre los ojos.
Melissa dice con acento argentino, «me escuchás? sabés donde estás?»
Aymara asiente con la cabeza, todavía un poco aletargada.
Aymara dice con acento venezolano, «en el hospital.»
Melissa dice con acento argentino, «bien, sabés por qué estás acá?»
Aymara frunce el cejo un poco.
Aymara dice con acento venezolano, «ese hombre de la IDO me trajo a una revisión de rutina, pero el otro médico comenzó a hacerme preguntas. Le dije que era diabética insulino dependiente, que necesitaba glucosa pero no me escuchaba.»
Melissa la escucha con atención.
Melissa dice con acento argentino, «Desde cuando sos diabética, lo recordás?»
Aymara dice con acento venezolano, «Desde que tengo 3 años.»
Aymara inspira profundo.
Aymara dice con acento venezolano, «Es lo que intentaba explicarle a ese médico, pero él solo insistía en que si yo había atentado contra mi vida»
Melissa abre los ojos como platos y mira a Kiara y a Ismael.
Melissa dice con acento argentino, «Por como lo decís, entiendo que no ha sido así.»
Aymara niega con la cabeza.
Aymara dice con acento venezolano, «Por qué tendría que quitarme la vida? Entiendo que para la mayoría quedarse ciego es una tragedia, pero yo no lo veo así.»
Melissa dice con acento argentino, «pero tiene que ser difícil para vos eso de vivir ciega, no?»
Aymara asiente con la cabeza.
Aymara dice con acento venezolano, «es difícil, pero no para matarse.»
melissa dice con acento argentino, «comprendo. Mirá, voy a ingresarte mientras logramos estabilizarte. Estás deshidratada y con unos niveles muy bajos de glucemia en sangre. voy a indicar que te hagan unos exámenes y dependiendo de como sigás, te doy el alta. si entendés por qué te tengo que dejar ingresada?»
Aymara asiente aunque pone mala cara.
Melissa se fija en la expresión de la chica.
Melissa dice con acento argentino, «entiendo que no sos retrasada, pero tengo que preguntarte cosas para asegurarme de que recuperás tu grado de consciencia.»
Aymara dice con acento venezolano, «Lo entiendo, solo que es chocante que tanta gente piense que somos incapaces por tener una discapacidad.»
Melissa la mira, pensativa.
Melissa dice con acento argentino, «tenés razón, tiene que ser muy desagradable.»
Melissa dice con acento argentino, «Paloma, en otros veinte minutos tomás otra glucemia y me avisás. Luego de eso veremos si administramos lo que ha indicado Bagur.»
Paloma dice con acento almeriense, «qué le digo al doctor Mohatar?»
Melissa mira a la paciente.
Melissa dice con acento argentino, «simplemente le decís que yo me haré cargo y que si tiene dudas que venga a hablar conmigo.»
Paloma dice con acento almeriense, «De acuerdo, doctora.»
Kiara se acerca y le habla en voz baja a Aymara.
Kiara dice: «No vamos a dejarte sola, caramelo. Vos no te preocupeis de nada. el muñeco ya sabe que estás aquí, no sé por qué no ha venido, pero yo le avisé.»
Kiara le acaricia el pelo a Aymara.
Melissa se fija en la forma en que Kiara trata a la chica.
Aymara murmura con acento venezolano, «tienes que cuidarlo, Kia, no dejes que haga una locura. Promete que lo vas a cuidar.»
Kiara murmura: «Eso es un hecho, pero también te cuidaremos a ti, caramelo.»
Aymara le aprieta la mano con la poca fuerza que tiene a Kiara.
Aymara murmura con acento venezolano, «dile que esperaré por él, que sé que no me van a abandonar ahí. que tiene que ser fuerte para mí, porque yo lo seré para él, porque volveremos a estar juntos.»
A Kiara se le humedecen los ojos y respira profundo para no hablar con la voz quebrada.
Kiara murmura: «claro que sí, caramelo, se lo voy a decir todo, todito.»
Melissa atisba trozos de la conversación y mira a Ismael.
Melissa hace señas para salir del box.
Ismael apoya una mano en el hombro de Kiara.
Kiara dice: «Vendremos luego, Caramelo.»
Kiara e Ismael salen del box tras Melissa.
Melissa los mira con gesto serio.
Melissa dice con acento argentino, «Bueno, Moreno, soy todo oídos. Explicame qué es lo que está pasando, porque esa chica ahí dentro lo menos que parece es haber estado en situación de calle o vulnerable. Muy angustiada, ansiosa y estresada sí que se la ve.»
Ismael mira de un lado a otro y se fija en Cristóbal.
El joven médico ha estado escuchando desde fuera.
Melissa sigue la mirada de Ismael.
Melissa se fija en la mirada entre ambos médicos.
Melissa dice con acento argentino, «Vení, invitame ese café, tengo unas dos horas antes de entrar en cirugía.»
Ismael asiente y toma de la mano a Kiara con firmeza.
Ismael dice: «vamos cariño.»
Kiara mira a Cristóbal con rabia y sale de urgencias.

De vuelta al presente…

Cristóbal se termina el café.
Melissa entra en la cafetería.
Melisa divisa a Cristóbal y se le acerca.
Cristóbal se tensa y baja la mirada.
Melissa dice con acento argentino, «qué bueno que te encuentro, Cristóbal. Necesito hablar con vos.»
Cristóbal sigue mirando la mesa.
Melissa hace señas al camarero para que le traiga un zumo de naranja.
El camarero deja el vaso frente a Melissa.
Melissa dice con acento argentino, «No voy a dar vueltas, Cristóbal. quiero saber qué tenés que decir de lo ocurrido con la paciente diabética. Sabés que no me gusta la palabrería así que sé concreto.
Melissa dice con acento argentino, «Te espero en mi despacho.»
Melissa coge el vaso y sale de la cafetería.
Cristóbal se levanta y sale tras Melissa.
Melissa camina a paso rápido y abre la puerta de su despacho.
Cristóbal entra y cierra tras de sí.
Melissa rodea su escritorio y se sienta.
Cristóbal se sienta frente a ella.
Cristóbal carraspea.
Dices con acento melillense, «cometí un error, doctora Jiménez. me puse nervioso y esa impedida toda grosera no ayudó.»
Melissa da un sorbo al zumo.
Melissa dice con acento argentino, «tus calificaciones en la prueba para optar a la residencia te abrieron las puertas, pero voy a serte franca, Cristóbal.»
Cristóbal traga grueso y alza la mirada.
Melisa dice con acento argentino, «sos un hombre orgulloso y en extremo soberbio y eso, en esta profesión es un defecto muy peligroso.»
Cristóbal aprieta los dientes.
Melissa sigue hablando.
Melissa dice con acento argentino, «ayer pudiste haber matado a esa paciente, no sé si lo llegás a entender, si dimensionás el tamaño del error que cometiste.»
Cristóbal aprieta los puños.
Melissa dice con acento argentino, «Tenés que aprender a diferenciar lo que podés hacer en la consulta de lo que tenés que hacer en urgencias. Tenés que aprender a confiar en el personal que tenemos allí, que es competente y que, aunque no tenga el título de médico como vos, tiene experiencia en el servicio. Pero sobre todo, cristóbal, tenés que reconocer tus limitaciones. estás acá para aprender. si un caso te supera, tu deber es acudir al especialista que corresponda. No sos dios, Cristóbal, sos apenas un residente que todavía no alcanza el primer año.»
Cristóbal asiente, avergonzado.
Melissa dice con acento argentino, «Lo otro que no podés hacer, es pasar por encima de lo que un paciente te manifiesta, mucho menos si tenés indicativos que sustentan lo que el paciente te está manifestando. Esa chica de ayer, ciega, sabía lo que necesitaba y de no ser por Paloma, que fue corriendo a llamarme, puede que esa chica estuviese en coma hoy.»
Dices con acento melillense, «Le hice preguntas que no supo o no quiso responder, es una impedida, doctora. No puede tener más criterio que un médico.»
Melissa da un golpe seco en el escritorio.
Cristóbal se sobresalta.
melissa dice con acento Argentino, «Preguntarle a una paciente con semejantes niveles de glucemia en sangre si atentó contra su vida es una pelotudez… insistir en la pregunta, porque es el supuesto que hiciste vos, te hace a vos un reverendo pelotudo.»
Cristóbal se pone rojo como un tomate.
Melissa dice con acento argentino, «la ley actual es proteccionista y sí, hay que cumplirla. Pero no significa eso que tengás licencia para no dar el respeto que estas personas merecen, Cristóbal, o Para tratarlos mal, o asumir que sos superior o que estas personas todas son retrasadas, lo entendés?.»
Cristóbal se va poniendo cada vez más rojo.
Melissa dice con acento argentino, «volviendo al tema de la paciente y tu falla. Hay otras preguntas mucho más simples y lógicas que podés hacer para determinar si una persona está lúcida, Cristóbal… Y eso lo que me lleva a pensar, es que vos no habés superado lo que pasó el año pasado. así que voy a aceptar la sugerencia del doctor Bagur, de que asistás al servicio de Psiquiatría y te atendás ahí con alguno de los clínicos.»
Cristóbal va a protestar, pero Melissa lo detiene.
Melissa dice con acento argentino, «Si no aceptás, quedás fuera de la residencia. perdoname si pensás que soy muy dura, pero no puedo tener residentes que no den el todo por el todo. Espero que lo entendás y que tomés la decisión correcta, si querés seguir con nosotros.»
Cristóbal traga grueso.
Melissa lo observa mientras se termina el zumo.
Melissa dice con acento argentino, «Tenés hasta mañana para pensar si te quedás o si te marchás.»
Cristóbal asiente, se le ve atribulado.
Melissa tira el vaso a la papelera.
Melissa dice con acento argentino, «Ahora, andate, pensá muy bien en lo que querés para tu futuro profesional y mañana, a esta misma hora te espero acá para que me des tu respuesta.»
Cristóbal se levanta y sale del despacho, cerrando la puerta con cuidado.

Por la tarde…

Punto de vista: Mayra.

Hospitalización-Habitaciones
Al entrar en la habitación observas una cama de hospital, del lado izquierdo una mesita y del contrario una silla tipo poltrona para el acompañante y la puerta que da al aseo. En la cabecera observas el paral donde se suelen colgar las soluciones y medicación vía endovenosa, la conexión para el oxígeno y el mando para llamar al puesto de enfermeras.
Te encuentras con Aymara
Aymara tiene ambos auriculares puestos.
Mayra entra con lentitud y cierra la puerta procurando no hacer ruido.
Aymara tiene los ojos llenos de lágrimas que no derrama.
Mayra se acerca a la cama.
Aymara frunce el cejo, un aroma penetrante y empalagoso a perfume de mujer le revuelve el estómago.
Aymara se retira un auricular y se gira un poco.
Aymara dice con acento venezolano, «quién está ahí?»
Mayra se inclina un poco.
Aymara se echa hacia atrás por instinto.
Dices: «Tu peor pesadilla, sudaca de mierda.»
Aymara traga grueso.
Aymara dice con acento venezolano, «No tienes porqué ser ofensiva, no te conozco, no te he hecho nada para que me insultes.»
Mayra la mira con rabia.
Dices: «Además de impedida, eres una zorra mentirosa y mosquita muerta.»
Aymara frunce el cejo, la mano con la que sostiene el móvil le tiembla un poco.
Dices: «Vas a negar que te metiste en la cama de Fabi, zorra?»
Aymara se tensa.
Aymara deja el móvil sobre el colchón a un lado.
Aymara dice con acento venezolano, «Mira, no sé de qué me hablas, ni de quién me hablas. De verdad, déjame tranquila, no me encuentro bien.»
Los ojos de Mayra brillan con malicia.
Dices: «peor te vas a encontrar cuando acabe contigo, zorra asquerosa. Vas a aprender por las malas que nadie se mete con lo mío, me escuchaste? nadie.»
Aymara intenta alcanzar el botón para llamar a las enfermeras, pero mayra lo deja fuera de su alcance.
Aymara dice con acento venezolano, «Estás loca, ni siquiera sé quien eres.»
Dices: «Ya te lo dije, soy tu peor pesadilla. Vas a pagar cara tu intromisión y el intentar mantener a Fabián alejado de mí, que soy su mujer perfecta, la que él necesita.»
Aymara niega con la cabeza.
aymara dice con acento venezolano, «De verdad, no sé de quién me hablas.»
Mayra se enfurece y la coge del pelo con fuerza.
Aymara se muerde el labio para reprimir un grito de dolor.
Mayra se inclina y le habla muy cerca.
Dices: «te crees que no sé qién eres? que no sé que te metiste en la cama de Fabián, que se encoñó contigo a saber por qué, Crees que soy idiota?»
Aymara murmura con acento venezolano, «Suéltame, por favor.»
Mayra le tira del pelo con más fuerza.
Lágrimas ruedan por las mejillas de Aymara.
Dices: «escúchame bien, zorra. Vas a deshacerte de Fabi, no me importa cómo lo hagas, pero cortarás con él lo que sea que tengais. No vas a hablar con él, ni a escribirte con él, ni mucho menos a recibir sus visitas mientras estés en este hospital… me escuchaste? Más te vale obedecerme o atente a las consecuencias.»
Mayra le tira todavía con más fuerza.
Aymara se pone pálida y comienza a sudar.
Aymara dice con acento venezolano, «Estás mal, o equivocada… de verdad… déjame, necesito llamar a la enfermera.»
Mayra le escupe la cara.
Dices: «Eso no es lo que tienes que decir, zorra asquerosa.»
dices: «ahora vas a ser la responsable de la destrucción de lo que Fabián más quiere en su vida.»
Mayra la suelta.
aymara jadea temblorosa.
Aymara dice con acento venezolano, «escucha, a mí me meterán en la IDO, de ahí nadie sale… date cuenta que yo no soy una amenaza para ti, no tienes que dañar a nadie, en lo que me recupere me llevarán allí.»
Mayra ríe.
Dices: «Pero qué tierna… si hasta me voy a creer que eres inteligente, intentando negociar y todo.»
Mayra le vuelve a tirar del pelo.
Aymara ahoga un grito.
Dices: «te crees que soy tonta, eh? harás lo que te digo, o mañana tendrás aquí a un médico que certificará junto con un informe muy detallado, que has sido víctima de abuso sexual y adivina quién será el primer sospechoso?»
Aymara se horroriza ante la perspectiva.
Mayra sonríe.
Aymara dice con acento venezolano, «No serás capaz, no puedes hacer algo tan atroz a alguien que es inocente.»
Mayra le da un nuevo tirón.
Aymara se aferra a la sábana.
Dices: «No sabes de lo que soy capaz… no tientes tu suerte, zorra, o serás la culpable de que el prominente doctor Fabián fábrega sea acusado de acoso sexual a una impedida. te imaginas el escándalo? Crees que luego de eso él te va a querer?».
Aymara tiembla, está pálida y sudorosa, respira con dificultad.
Mayra la observa, divertida.
Dices: «Uy, te sientes muy mal, zorrita sudaca? Vas ahorrarme la tarea de sacarte del medio?»
Aymara busca a tientas el cable con el botón para llamar a la enfermera.
Mayra la suelta y se aparta un poco.
Mayra la observa de pie, junto a la cama.
Aymara siente que las fuerzas se le escapan y pierde el conocimiento.
La puerta se abre con rapidez.
Una enfermera entra adelantando a Kiara.
Mayra da un paso atrás y pone cara de preocupación.
La enfermera se acerca y al ver a la paciente inconsciente revisa la vía y acelera el goteo.
La enfermera saca el glucómetro, coloca una cinta y pincha el dedo pulgar de la chica.
La enfermera acerca la cinta a la gota y espera.
La enfermera abre mucho los ojos al ver el resultado y coge la jeringa de la bandejita.
La enfermera inyecta el contenido de la jeringa en la vía.
Kiara dice: «¿Qué haces tú aquí, Navarro?»
Guillem entra a toda prisa.
Guillem respira para recobrar el resuello.
Mayra alza una ceja.
Dices: «No tengo por qué darte explicaciones a ti. Estoy haciendo mi trabajo.»
Guillem mira a Mayra.
Guillem dice con acento catalán, «Creo que será mejor que te vayas, Mayra.»
Mayra va a refutar pero Guillem la frena.
Guillem dice con acento catalán, «La trabajadora social encargada del traslado ya dio toda la información in situ, así que puedes quedarte tranquila.»
Mayra se encoge de hombros disimulando el enfado por la interrupción.
Dices: «como querais, luego no os quejeis si surgen problemas.»
Mayra sale sin mirar atrás.
Kiara se acerca a la cama de Aymara y comienza a mirar por todas partes hasta que ve el móvil a punto de caerse al suelo.
Kiara coge el móvil.
Kiara se pone un auricular y se aparta de la cama.
Guillem se acerca a aymara y revisa sus signos.
Melissa entra en tromba.
Melissa dice con acento argentino, «Qué es lo que está pasando?
La enfermera se gira y dice: «Hipoglucemia severa, doctora.»
Melisa dice con acento argentino, «mostrame el resultado.»
melissa aprieta los dientes.
guillem la mira,serio.
Guillem dice con acento catalán, «Habeis colocado lo que indiqué, Melissa?»
Melissa niega.
Melissa dice con acento argentino, necesitamos que esté por encima de 80, Bagur.»
Guillem asiente, comprensivo.
Guillem dice con acento catalán, «estamos en un círculo que debemos romper. El alto nivel de estrés es lo que la manttiene así. Sugiero que prohibamos visitas. Revisa su medicación y veamos si llegamos a una dosis idónea que permita agregar el sedante y el ansiolítico.»
Melissa considera lo que dice Guillem.
Melissa dice con acento argentino, «voy a suspender la insulina de acción rápida, seguimos con el glucosado y alimentación balanceada. en lo que la tengamos sobre 80, colocamos lo que dejaste en la historia y sí, a excepción de nosotros…»
Melissa mira a Kiara.
Melisa dice con acento argentino, «cero visitas, nada que le altere mientras la estabilizamos.»
Kiara habla en voz baja.
Kiara murmura: «sí.»
Kiara se gira y mira a Aymara.
Kiara suspira y vuelve a hablar en voz muy baja.
Kiara murmura: «Llegamos justo a tiempo… ahora tengo que colgar. Luego hablamos con más calma.»
Kiara pulsa el botón superior y el móvil se bloquea.
La voz del lector que usa Aymara dice algo que kiara no entiende y se pone negra la pantalla.
Kiara se quita el auricular.
Kiara se acerca a Melissa.
Kiara dice: «Cómo está?»
Melissa se gira con gesto adusto.
Melissa dice con acento argentino, «empezamos recién, pero por como van las glucemias, diría que la tendremos de vuelta en poco.»
Melissa se acerca a Kiara luego de darle instrucciones precisas a la enfermera.
Melissa dice con acento argentino, «escuchame garcía. voy a prohibirle las visitas tal como sugirió Bagur. No voy a incluirte a vos, porque entiendo que venís cuidando de esta chica y porque le hacés bien. Pero tiene que estar tranquila, me entendés? No quiero mandarle así a un piso tutelado, ni siquiera porque el tutor sea el doctor Ferrer.»
A Kiara se le ensombrece el rostro cuando escucha el nombre de ese hombre.
Melissa se fija en su expresión pero no dice nada.
Melissa dice con acento argentino, «me tengo que ir ahora, pero pasaré antes de que termine mi guardia.»
Kiara dice: «Gracias, doctora.»
Melissa niega con la cabeza.
Melissa dice con acento argentino, nada que agradecer, solo hago mi trabajo. cuidate, García.»
Kiara asiente, Melisa se marcha.
La enfermera sigue pendiente de los signos de Aymara.
Kiara va a decir algo, pero Guillem la corta.
Guillem mira a la enfermera, Kiara capta el mensaje.

En el Despacho de Un Ático de Lujo.

Punto de vista: Marcos.

Orestes mira a Armand.
Orestes dice con acento cretense, «Nada podemos hacer?»
Armand dice: «Me temo que no, más allá de decir que escuchamos las amenazas. Esa grabación no es admisible en un juzgado.»
Marcos entra de vuelta al despacho.
Orestes mira a marcos.
Orestes dice con acento cretense, «Y Fabi?»
Marcos se acerca al bar y se sirve un wisky.
Dices: «Lo he dejado con Marlene.»
Orestes dice con acento cretense, «Insiste en ir a su guardia?»
Marcos se sienta, recostándose del espaldar de un sillón.
Dices: «llamé a uno de sus colegas, van a encargarse de tramitarle un par de días de baja. Está muy echo polvo. Además, como se tope con esa tia, es capaz de estrangularla y no sé yo si en un sentido figurativo.»
Orestes asiente, preocupado.
Orestes dice con acento cretense, «dice Armand que no podemos actuar de forma legal contra esta mujer.»
Dices: «quién dice que lo único que podemos hacer está en un juzgado?»
Orestes alza una ceja.
Armand se levanta.
Armand dice: «Os dejo discutir vuestros asuntos, caballeros.»
Marcos alza el vaso y da un trago.
Armand se retira.
Dices: «Armand siempre tan discreto.»
Orestes dice con acento cretense, «No puede atestiguar sobre lo que no sabe, no vio o no escuchó. Es un hombre inteligente y leal, ya lo sabes.»
Dices: «Lo sé, no me hagas caso.»
Orestes observa a su amigo con atención.
Orestes dice con acento cretense, «Estás muy enfadado.»
Marcos se termina el trago.
Dices: «Te dije que no me gustan los vínculos.»
Orestes se reclina en su silla.
Orestes dice con acento cretense, «tienes un sentido muy singular de justicia, solo ten cuidado, mi buen amigo.»
Dices: «Lo tendré, descuida.»
Marcos se levanta y vuelve a colocarse la gorra que viene llevando estos días.
Orestes dice con acento cretense, «¿Dónde vas?»
Marcos se gira.
Dices: «Podría decirte que a intentar conquistar el mundo, como el dibujito que tanto te gusta. Pero en realidad, solo voy a pensar y tejer.»
Orestes lo mira sin comprender.
Dices: «encárgate de nuestro amigo, nos vemos pronto, mo deartháir.»
Orestes asiente.
Marcos se marcha.