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honor y fuego, vida de un mercenario

Publicado: Dom Oct 20, 2024 2:24 am
por jon prais

Con el pecho en la linea, lo único que conoce

"Albania, 2 años antes. En medio de una batalla furiosa, el Capitán Yon Prais se encontró en una situación moralmente difícil. Tenía la orden de cerrar un asentamiento civil, pero cuando descubrió que había civiles muertos, y niños desprotegidos, supo que tenía que actuar. "Para la mayoría de la unidad, el asentamiento era una amenaza. Pero para Yon Prais, era algo más. "Tenemos que rescatar a los niños", gritó el Capitán Prais entre el fuego cruzado. El Mayor Stanton se volvió hacia él, sus ojos llenos de indignación. "¡Nosotros tenemos órdenes de limpiar el asentamiento! ¡Prais, ¡manténgase fuera de la línea de fuego!", gritó Stanton. Pero Prais no se detuvo, avanzando a través de las balas que silbaban en los aires, su voz alcanzando a los soldados. "¡No disparen contra los niños! ¡Debemos rescatarlos!. "Rescatemos a los niños!", gritó Prais. Uno de sus soldados, Sergeant Coleman, le siguió a través del campo de batalla. Usando sus habilidades y trabajando en equipo, ambos se abrieron camino hacia los niños. Mientras los soldados enemigos se aproximaban, Prais hizo uso de su rifle M-PRR, calibre 7,62x51 mm o .308 Winchester. deshaciéndose de los enemigos jefes con disparos precisos, mientras Coleman cubría su flanco con su fusil de asalto M4. En tanto, el mayor Stanton observaba la acción desde un punto de comando al otro lado del campo de batalla. Sus hombres estaban adelantándose, pero Prais y Coleman habían conseguido abrirse camino hasta los niños. "¡Prais! ¡Coleman! ¡Detén esto ahora!", gritó Stanton, pero su voz no llegó hasta ellos en medio de las detonaciones. En la distancia, el mayor Stanton observaba frenéticamente las acciones de Prais y Coleman. Aunque sus subordinados seguían obedeciendo sus órdenes, él mismo estaba inseguro sobre los objetivos de la misión. ¿Cómo podía justificar la matanza de niños inocentes para lograr sus metas? En un momento de desesperación, Prais saltó hacia atrás para proteger a los niños. Mientras que el enemigo sacó su arma, Coleman se arrojó hacia él, reduciéndolo al suelo en una tijera mortal. Prais luego gritó a los niños: "¡Corran! Mientras que los niños huían de la escena, Prais se volvió hacia Coleman, con la mirada llena de gratitud. Sin palabras, Coleman respondió con una mirada y una pequeña inclinación de cabeza, indicando que su amistad se había endurecido por el fuego de la batalla. Con la protección de Coleman, Prais lideró a los niños hasta la seguridad y fuera de peligro. Tras la desobediencia de Prais y Coleman, la Unidad rápidamente reorganizó sus fuerzas y contraatacó, tomando posiciones estratégicas en alrededor del asentamiento. Los rebeldes no pudieron contra el asalto combinado de artillería y supreción, y pronto estaban en retirada. Prais y Coleman se convirtieron en héroes por proteger a los niños.

El cachorro a la caza: El o yo

Tras la retirada del enemigo, Prais y Coleman ayudaron a evacuar a los niños de la zona de guerra. La unidad entera se había agrupado para reconstruir, pero un disparo hizo que todo el mundo se tirara al suelo. Un francotirador desconocido les estaba disparando desde un edificio abandonado, y la unidad de Prais y Coleman trató de encontrar la fuente del fuego. Mientras los restos de la batalla se apagaban, el siniestro clic del rifle francotirador rompió el silencio. Una bala silbó, encontrando su objetivo en un soldado de la unidad. El mayor Stanton se volvió hacia Prais y ordenó con voz firme: "¡Prais! ¡Ejecuta tus funciones de tirador designado y localiza al francotirador!. Prais obediente a la orden de su mayor, se puso en posición y rastreó el área para encontrar al francotirador. Al mirar, vio una silueta humana alineada con una mira de francotirador unos 2 pisos mas arriba. Sin embargo, al ajustar la mira, vio que el francotirador no era otro que un niño de unos 14 o 15 años. Después de reconocer la amenaza que representaba el francotirador, Prais señaló el sitio al Mayor Stanton con una breve señal. Sin un momento de vacilación, el mayor ordenó a Prais con una mirada enérgica: "¡Prais! ¡Detén al francotirador y mantén la seguridad de la unidad!. Con un pulso firme y sin dudar, Prais centró su mira en el francotirador, un niño de unos 14 o 15 años. Sin embargo, la compasión no tenía cabida en un campo de batalla. Con la mira fija en el blanco, Prais jaló el gatillo, poniendo fin al peligro para su unidad y a los niños que habían evacuado. En silencio, la Unidad regresó a la base militar bajo la nube oscura de la preocupación. Cada uno de sus miembros sabía que su destino estaba atado al mayor, quien había visto como su mandato fue desobedecido por el grupo. Cuando llegaron a la base militar, la Unidad fue acogida por un grupo de altos oficiales y llevada ante el consejo de guerra. Debían responder por su decisión de evacuar a los niños y desobedecer las órdenes directas del mayor Stanton.

Lucha contra el sistema: El honor exige sacrificio

A medida que el consejo de guerra interrogaba a la Unidad, el Mayor Stanton se mostró inflexible y exigente. El grupo sabía que sus acciones podían costarles su carrera militar y, quizás, hasta su libertad. Pero también sabían que habían hecho lo correcto, y no se arrepentían. mientras la sala permanecía en silencio, Prais se puso de pie y dio un paso adelante. Con su voz firme y su corazón lleno de valor, afirmó: "No nos arrepentimos de lo que hicimos. Rescatamos a los niños para que no sufrieran los horrores de la guerra. Tras su alegato imponente, la sala permaneció en silencio. Entonces, el jefe del consejo de guerra tomó la palabra y dijo: "La decisión de la Unidad se considera un acto heroico, pero, al mismo tiempo, desobediente. Sin embargo, la protección de los inocentes debe ser una prioridad. ¡Por lo tanto, la Unidad será retirada de la zona de guerra!. La presión en la habitación aumentó cuando el juez habló de nuevo. "Los miembros de la Unidad serán retirados de la zona de guerra, pero se reconocerá el acto heroico que realizó". Entonces, tras una pausa, añadió: "Sin embargo, como Prais es el mayor responsable de la desobediencia, su retiro será permanente. "Sin embargo, reconocemos el heroísmo de Prais, por lo que el retiro será con honores". La sala se quedó en silencio mientras Prais asimilaba lo que significaba para él. Se había despedido de sus compañeros, pero se había mantenido fiel a sus valores, y con su frente alta, aceptó el veredicto del consejo de guerra. Prais y Coleman recibieron una ovación por parte de los miembros de la unidad antes de ser despedidos con honores. Aunque su camino en la vida militar había terminado, Prais sabía que sus acciones habían dado un resultado positivo para los niños. Así que, después de su retiro, comenzó a buscar otras formas de proteger a los inocentes, buscando un camino hacia el mercenariádo