La flor de jade

Aquí se irán publicando las escenas de rol tanto de trama principal, como las que querais publicar los jugadores. Debido a la naturaleza de este foro, si se admite contenido NSFW.
Enma
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Registrado: Mar Abr 23, 2024 10:04 am

La flor de jade

Mensaje por Enma »

Aviso

Este rol puede herir sensivilidades, por lo que se pide a las personas leerlo con cuidado o directamente abstenerse de hacerlo, si deciden hacer caso omiso a esta advertencia lean bajo su propia responsavilidad

Año del dragón de metal (2000)

En aquella casa adinerada del Bund se podían escuchar los gritos de una mujer dando a luz, fuera, su esposo y un par de abuelas esperaban con ansias el nacimiento del primogénito, un bebé que cambiaría la historia de sus vidas.
Fang gritaba entre lágrimas, las sábanas, cubiertas de sangre tan solo eran un fiel testimonio del nacimiento de un bebé, de un parto difícil; era el año del dragón de metal, tenía que darles suerte, tenía que ser de suerte, su hijo nacería y sería un hombre sano y fuerte.
Yinuo se hallaba afuera, escuchando a la partera gritarle a su esposa que ella podría, que lo haría bien, que era una mujer capaz.
Mei, con su experiencia como partera veía la situación complicada, la familia había ocultado el embarazo (como la mayoría de familias chinas de alta alcurnia) hasta ver si nacía lo que esperaban.
y la abundancia de la sangre no auguraba nada bueno; Mei sonrió ligeramente al ver la cabeza del bebé entre las piernas de la madre y la instó a seguir pujando.
En la mansión de aquella adinerada familia la tensión era palpable, Yinuo se había quedado afuera, porque así lo dictaba la tradición, así se requería que fuese; no entendía nada del lenguaje de las mujeres, no sabía nada de lo que ellas hablasen, su madre y la madre de Fang se miraban con rostros serios y se decían cosas que él no lograba captar.
Pasó la mano por su frente, sintiendo que su mundo se derrumbaría sin Fang, en el mismo momento en el que escuchó un grito agónico:
Fang grita: "¡llévesela, llévesela!
Los tres adultos se pusieron alerta cuando la partera abrió la puerta.
Mei salió de la habitación con una manta azul en brazos, cuna de un bebé con ojos entrecerrados.
Mei dice: "Es una niña, señor Quín"
Yinuo dice: "No entiendo el problema, señora Ling Xiu, es nuestra hija, ¿Está bien, está viva?"
Mei dice: "Son sus ojos...
AL retirar la manta del bebé Yinuo pudo ver algo que lo horrorizó tanto como lo fascinó, una bebé de piel pálida le sostenía la mirada sin llorar, sus ojos, de un verde jade reluciente, ocupaban un lugar en su lindo rostro, con la nariz de Fang y sus labios carnosos.
Yinuo entró a la habitación como un torbellino, su esposa se encontraba agotada, a penas respirando; pero repitiendo una letanía en voz baja:
fang dice: "Llévense la, llévense la, no la quiero... esa no es mi hija, qué le hicieron a mi hija, ¡dónde está mi hijo!"
Mei, con la pequeña bebita en manos, observaba impávida, esa situación era normal para ella, siempre habían padres que no querían a sus hijas, y algunos que incluso las mataban.
Pero algo en ella empezó a surgir, un cariño, una dulzura en los ojos de aquel bebé que ni se atrevía a llorar, como si supiera que aquel no era su lugar, que aquel no era el espacio en el que tendría que estar.
Yinuo dice: "Traigan hojas de tabaco con azúcar".
Mei se alarmó, conocía la receta para matar a los bebés y no iba a permitir que hicieran esto con su pequeña Shishi, el pensamiento la alarmó aún más, ¿Desde cuando le ponía nombres a un bebé que no había parido ella?
A decir verdad, Mei nunca había sido madre, su camino había sido solitario, entre la gran Shanghai, se había educado para ser partera, porque necesitaba dinero, a duras penas le daba para comer, ¿Cómo iba a traer un niño al mundo? Pero era el año del dragón...
"La diosa nos protegerá" pensó.
Mei alzó la mirada cuando la madre de Yinuo le entregaba el tabaco y el azúcar.
Mei dice: "Yo me la llevaré, señor Quín, no tendrá que preocuparse por ella."
Yinuo la miró con una mezcla de incredulidad y agradecimiento.
Yinuo dice: "Será mejor que se la lleve y que nunca nos volvamos a ver, tome." Dijo sacando dinero de sus bolsillos.
Mei no dijo que no, no era tonta y sabía que necesitaba el dinero para darle de comer a la pequeña Shishi.
Salió de la mansión QUín para nunca más volver a ella.

Cinco años más tarde (Fengxian)

Shishi se encontraba jugando con una vieja muñeca de trapo que le habían regalado, acabavan de decirle que era un demonio por tener los ojos de un gato; al principio estos comentarios la alteraban mucho, la enfermaban, la hacían sentarse ante su madre Mei y llorar por horas; la tristeza se volvió parte de ella y se le pegó como una lapa.
Shishi había aprendido a ser fuerte, a no mostrar el dolor ante los demás niños, ni siquiera ante Liu Cheng, el niño con más dinero del barrio, Liu vivía en una casa grande y sonreía mucho y siempre llevaba los últimos juguetes, cosa que a Shishi, por un lado le daba mucha envidia; pero por el otro le provocaba una furia incontrolable.
Aquel día apuntaba a ser normal, mas o menos común, uno de esos días que se pierden en la bruma de la memoria con el tiempo; si no fuese porque Mei no llegó sola.
Yang era el novio de Mei, no tenían nada serio, cosa que los hacía ver muy mal ante la gente.
Yang Grita: "¡Shishi, ven aquí!"
Shishi entró a casa con la mirada turvada, sabía lo que iba a pasar desde que vio a Mei salir apurada de casa.
Yang la tomó de la pequeña cintura, su aliento putrefacto le golpeó la cara.
Yang dice: "Vamos a jugar, pequeña, quítate la ropa, que no tengo tiempo"
Shishi dice: "No quiero... no quiero jugar"
Yang grita: "No obligues a Yang a ser malo, Shishi!"
Yang se quitó los pantalones y acercó a Shishi a sus genitales.
Yang murmura: " "Chupa, maldito demonio de ojos verdes"
Shishi se intentó alejar, pero Yang la sostuvo del cabello, haciéndola gritar y llorar.
Shishi grita: "¡Mamá! ¡Mamá!"
Yang comienza a masturvarse observando a la pequeña niña llorar, Shishi forcejea y se intenta alejar, mechones de cabello le son arrancados.
Shishi obedece luego de un rato entre lágrimas, Yang gruñe de placer.
Yang murmura: "Si te portas bien, mamá no sufrirá luego, se un buen demonio".
Y aquellas palabras marcarían a Sishi de por vida.

Tarde en la noche

yang tiene a Sishi en el suelo, Mei se encuentra atada a la cama y amordazada, fuera, Shanghái sigue igual, con su bullicio y su vibración intacta, como si bajo las luces pudiese esconderse la putrefacción.
Un hombre encapuchado mira el cuerpo desnudo y amoratado de la niña.
El hombre dice: "Bien, vamos a llevárnosla, 2000 por ella, tiene unos ojos muy raros y ya está usada".
Mei forcejea, intentando quitarse las ataduras para salvar a su hija.
yang asiente, entrega a la niña, no sin antes darle un beso en los labios y se aleja de ella.
Yang dice: "Buen demonio".
Sishi dice: "Te juro que te mataré, yang Lei."
Shishi sale en brazos del tipo encapuchado,mirando a su madre con horror.
Al entrar al auto que la espera afuera Shishi ve a dos niñas mayores que ella.
Mayl dice: "Cómo te llamas?"
Shishi reconoce el lenguaje de las mujeres, aquel que solo usan las de su género, ese que durante tantos años ha sido el tablón de rescate entre las niñas.
Mayl le sonríe de forma tranquilizadora, parece no importarle sus ojos verdes ni su mirada asustada.
Shishi dice: "Soy Shishi Ling Xiu, tengo 5 años".
Mayl le tiende la mano.
Shishi la estrecha.
En el largo camino las tres niñas fueron hablando de diferentes técnicas para defenderse, sabían que iban a un lugar poco seguro.

tres años más tarde, ante los jefes de las Triadas (punto de vista: Shishi)

Camino con paso firme, sé que no me pueden ver flaquear, soy fuerte, soy muy fuerte, mi largo cabello negro yace sujeto en un moño del que no permito que se escape ningún mechón, llevo los ojos abiertos, muy abiertos, la mirada decidida y las manos firmes.
EL cabeza de dragón dice: "Ha matado a su jefe"
Una de las serpientes murmura: "Mirad que ojos más raros tiene"
otra murmura: "Sus ojos son del color del jade..."
El cabeza de dragón dice: "Preséntate, niña"
Hablo sin tituvear, no me lo permito, ese cabrón mató a Mayl y yo no iba a permitirle salir impune, mi camino acaba de empezar.
Dices: "Soy Shishi Ling Xiu, nacida en el año del dragón del metal"
Ante mis ojos, el jefe de las Triadas se quita la capucha, sus ojos negros me escrutinan, le sostengo la mirada, sé que tengo que hacerlo, he flaqueado mucho en estos tres años en los que he tenido que ser abusada y violada por diversas personas como para permitirme flaquear ahora.
El jefe dice: "Acércate, Shishi ling Xiu".
Me acerco, la luz de las bombillas blancas me ilumina el kimono rojo, regalo de Mayl antes de morir.
Miro al jefe de vuelta, noto como sus manos pasan por las mías y me observan las líneas.
El jefe dice: ¿Te han dicho que tienes el jade en los ojos?"
Asiento.
El jefe dice: "Algunos dirían que eso es un indicio de grandeza".
Me trago mi respuesta.
El jefe dice: "Quiero verte mañana, Shishi".
Observo las reacciones de la serpiente, el camello, el tigre y los miembros comunes.
Todos me observan con asombro, tengo ocho años y he matado a un líder rompiéndole una botella en la cabeza por matar a mi amiga.
El jefe dice: "Vendrás a mi casa; tigre."
El jefe hace una seña con la mano.
El tigre se acerca, es un ombre musculoso y bien formado.
El tigre dice: "A sus órdenes, dragón".
El tigre me lanza una mirada y lo sigo, salimos después de mucho caminar de las instalaciones del var de la hoja de plata, subimos a un auto que supongo que será caro.
Y me llevan a una mansión en las afueras de Shangai.
Los árboles grandes y las fuentes repletas de patos mandarines me maravillan, observo las flores como quien no las ha visto nunca, mi encierro en el var durante tres años y mi exposición a la gente perversa me han destruído el cerebro.
Ser consciente de que han matado mi inocencia no me hace sentir nada, al entrar a la habitación de paredes champaña y suelo emoquetado en blanco tan solo puedo sentir paz, paz porque sé que mi tormenta ha terminado, o eso quiero creer
Al día siguiente me visten con un largo kimono dorado y me llevan ante el jefe, no conozco su nombre, ni los nombres de los demás componentes de la triada, solo sé que son peligrosos y sus rangos.
Murmuras: Por Mayl.
Hago una reverencia y me siento en un sofá blanco.
EL jefe dice: Shishi, la flor de jade.
Dices: "A sus órdenes, dragón"
El jefe dice: "¿Alguna vez has sentido ganas de cambiarte el nombre, Shishi Ling xiu?
Trago con fuerza, mi nombre, aquello que tan oculto he mantenido, porque para todos soy jade.
El jefe dice: "Dime Zhang, Shishi".
Dices: Bien, señor Zhang, si me cambiase el nombre... no usaría un nombre chino, ¿sabe?"
Zhang dice: "¿QUé nombre usarías, Shishi? ¿Y por qué no uno chino?"
"Porque nadie sospecharía de una chica de ojos verdes con nombre oxidental, pero sí de una chica de ojos raros con nombre chino, sin embargo, puede decirme Mayl".
Me cuesta pronunciar el nombre de mi amiga, aquella chica que me inculcó el amor por los venenos y que me enseñó que si pulverizabas cristal en la cocaína que se les daba a los clientes no se darían ni cuenta hasta que fuese demasiado tarde.
El jefe asiente.
Zhang dice: "Mayl Tao, desde hoy serás mi hija, mi loro, y cualquiera que te haga algo tendrá que enfrentarse conmigo.

Ocho años más tarde(punto de vista: Mayl Tao)

Su lengua se enreda con la mía en un baile que amo casi tanto como detesto, Yuki, la hija de los siracuza se ha convertido en mi amante, no sabe que esta noche tengo que matarla.
No dudo ni tituveo al clabarle uno de mis pasadores en el cuello, el veneno del que está infectado es letal, así que la veo morir en mis brazos.
Salgo de la mansión de los Siracuza con paso tranquilo, me he colado por una ventana, luego de hackear los sistemas de seguridad de las cámaras.
Soy Mayl Tao, tengo 16 años y podría contarte historias que te harían herizar la piel, mi personalidad es fuerte, metódica y fría, y no creas que soy piadosa, porque no lo soy, la deslealtad se paga con sangre, y el miedo es la moneda de cambio de donde vengo.
Subo a mi auto y observo a Chen junto a mi padre, mi padre adoptivo.
Dices: "Trabajo terminado, padre".
Un viejo dragón me observa con mirada analítica, mis ojos verdes se encuentran cubiertos por unas lentillas de contacto que los hacen ver negros.
Asiente mientras nos alejamos, vino a investigar esto él mismo, Yuky era la hermosa hija de Akira, un imbécil que nos debía mucho dinero.
Gente relevante dentro de la mafia, pero desde que no descubran quien mató a quién, todo será bueno.
El problema viene unos meses más tarde, cuando a mi padre le da un infarto y termina en el hospital.
Zhag dice: "Mayl, acércate".
Ovedezco, recordando hace ocho años, cuando me adoptó por mi primer asesinato.
Dices: "¿Sí, padre?"
Zhag dice: "Desconéctame, hija, no quiero vivir más, soy un viejo inútil y tú eres la única que podrá seguir la triada en paz".
Me paralizo por un momento, me llevo una corta uña pintada de dorado a la mano, asiento y le doy un beso en la frente a mi padre antes de desconectar la máquina de oxígeno.
Dices: "Descansa, padre".
Salgo del hospital y observo a los tigres que nos acompañaban.

Dices: "¡El dragón ha muerto!"
Todos se miran entre ellos, sus miradas viajan de ellos hasta mí.
Los miro, me miran, nos miramos.
Me quito las lentillas de contacto y clabo mis ojos, esos que mi padre decían que daban buena suerte en mis supuestos aliados".
Dices: Chen, llévame a la hoja de plata".
Chen asiente, al llegar a la hoja de plata, el var que me vio morir y renacer tomo a tres niñas entre mis manos, sé quienes son, llevo meses investigándolas, son niñas chinas, raras, repudiadas por los demás.
Dices: "Sus nombres".
Las niñas me observan con auténtico terror".
Niña1: "Me llamo xue Fang.
Niña 2: "Me llamo Ling Yue".
Observo a la última niña.
niña 3: "Me llamo mei Lian".
Siento como algo se me remueve por dentro, mei, mei, mei.
Mi madre se llamaba Mei.
dices: "ven conmigo, Mei Lian, y vosotras dos, id con el tigre, se acabó vuestra jornada de trabajo para siempre".
Mei me observa, sus ojos negros firmes.
Mei dice: "¿A dónde vamos?"
Dices: "A cambiar de vida, señorita Lian".
Mei me sigue hasta el barrio que me vio crecer, una vez que llegamos a la casa en la que viví durante los primeros cinco años de mi vida toco la puerta.
una señora muy mayor abre, tiene la mirada demacrada y las manos con profundas cicatrices.
Dices: "Hola, mamá"
Mei adulta me observa, sus ojos se ven incrédulos.
Mei dice: "Shishi?"
Me quito las lentillas y la miro a los ojos.
Ella se echa a llorar.
Mei adulta dice: "MI shishi!"
Le doy unas palmaditas en el hombro.
Dices: "Vamos a otra parte, mamá, es hora de dejar esta vida".

Cuatro años más tarde(Mayl tao)

Alguna mansión en rusia
Abrazo a mi madre y a mei pequeña, se ha convertido en mi loro, tal y como lo hizo el señor Zhag años atrás conmigo, las otras dos niñas son sus tigres.
Soy Mayl Tao, Shishi ling xiu para mi madre.
Tengo 20 años y actualmente me encuentro haciendo negocios con los rusos, droga, información valiosa, todo lo necesario para existir resumido en una sola cosa, dinero.
Llego al aeropuerto e inicio mi vuelo a madrid, mi hija se encargará de cuidar la triada en españa mientras yo abro terreno en españa.
Al llegar a madrid me espera una casa cómoda y lujosa que he comprado en la torre, un lugar agradable y atractivo.
Sabe a soledad, pongo algunas plantas y lo ordeno todo para tener más espacio, no me gustan los lugares grandes para quedarme a vivir sola.
Sé que en este proceso será difícil iniciar.

5 años después (neomadrid (punto de vista: Blanca Ling xiu))

Los negocios con los gallegos me frustran.
No tituveo al disparar a Antonio, ha fallado, he perdido cincuentamil euros por su culpa.
Dices: "No sirbes, Antón".
Me subo a mi moto
y me alejo de las afueras de la ciudad, entrando en la jungla de cemento que se ha vuelto vigo.
Un rato más tarde vuelvo a estar en madrid, Mei, mi hija, se encuentra sentada en el sofá del departamento que compré al llegar a españa.
Dices: "Mei, qué haces aquí? ¿Y tu abuela?".
Mei dice: "Está en rusia, mamá, he venido a celebrar tu cumpleaños".
Doy unas palmaditas en el hombro a Mei lian y me siento a su lado, por un momento me permito ser una madre orgullosa de su hija, he estudiado ciencias, luego un poco de medicina y hoy en día tengo ambos títulos, pero Mei tiene 16 años, la misma edad que tenía yo cuando la saqué de aquel antro.
Dices: ¿Mei?"
Mei me observa.
Mei dice: "¿Sí, mamá?"
Dices: "Aquí llámame Blanca, ahora, pequeño lorito, vamos a celebrar mi cumpleaños escogiendo a tu loro".
Mei asiente y salimos del piso, un rato más tarde, en los suburbios, nos encontramos ante muchas niñas ispanas, chinas, latinas, árabes.
Dejo a mi hija hacer lo que tiene que hacer, escoger a la que será nuestra integración a la triada; mientras yo, yo hago papeles para montar una clínica estética en madrid.
La flor de jade está a punto de surgir.
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