Festejando la llegada de Alexei en casa de Tallana.
Punto de vista: MiaFiemma.
En casa de Tallana.Una mesa baja de madera clara está decorada con pequeños detalles: flores secas en botellitas de cristal, galletas con forma de estrellitas, un pastel minimalista con glaseado blanco y la palabra Alexei escrita en azul grisáceo. Unas guirnaldas tejidas a mano cuelgan entre la ventana y el rincón del sofá, donde una manta tejida cubre los cojines.
MiaFiemma está sentada con una sonrisa radiante. Su barriga de ocho meses redondea su silueta con fuerza y ternura. Lleva un vestido de lino suave color lavanda claro, con botones nacarados y una cinta fina bajo el busto. Su cabello está suelto, recogido a medias con un pasador que Tallana le regaló esa misma tarde. Sus mejillas brillan —quizá por la emoción, quizá por las lágrimas que no se ha molestado en ocultar.
Jay está junto a ella, visiblemente relajado por primera vez en semanas. Le toma la mano con cariño, sin necesidad de palabras.
Tallana, elegante en pantalones amplios de seda negra y blusa de lino crudo, está sirviendo té de jazmín. La acompañan risas suaves y la voz pausada de Camelia, que acaba de contar una anécdota hilarante sobre una misión que tubo en Estados unidos hace años.
Dices con acento Sinaloense, "—"Mi niño va a nacer en un mundo raro, pero miren qué amor tan real lo espera..." —dice MiaFiemma, rompiendo el momento con una voz emocionada. "
MiaFiemma Se acaricia el vientre. Jay le besa la mano.
Tallana le acerca una pequeña caja envuelta en papel de arroz.
Tallana dice con acento ensenadense, "Es algo de mi abuela. Me lo dio antes de morir. Dijo que era para cuando una mujer valiente trajera nueva vida con amor."
MiaFiemma sonríe abriendo el regalo.
Dentro hay un collar antiguo con un dije en forma de luna creciente, en plata labrada.
MiaFiemma sostiene el collar en la palma como si fuera una reliquia sagrada. El metal frío contrasta con el calor de sus manos.
Murmuras con acento Sinaloense, "—Ay... está precioso —murmura con la voz rasposa de quien no quiere llorar más pero ya no lo puede evitar."
Camelia, que ha estado recostada en los cojines con una copa de infusión de hibisco en la mano, se incorpora un poco.
Camelia dice con acento mexicanno, "Parece que fue hecho para ti, Mía. "
Jay le acaricia el hombro a MiaFiemma mientras la ve sostener el dije contra su pecho.
Tallana se sienta por fin, dejando la tetera en su base de bambú, y suspira, mirándolos a los dos.
Tallana dice con acento ensenadense, "Mi abuela siempre decía que la luna no protege, la luna guía. Este niño va a tener su camino, pero sabrá quién es… por ti. "
MiaFiemma se pone el collar con manos temblorosas. El dije queda justo sobre su corazón. Luego toma aire y mira a las dos mujeres con una sonrisa que mezcla orgullo, nostalgia y una ternura infinita.
Dices con acento Sinaloense, "Saben que nunca pensé que llegaría a este punto. Que después de todo lo que viví, después de las noches sin nombre, después de tanto miedo… hace una pausa, sus labios tiemblan …pensé que no me iba a permitir ser feliz. Pero ustedes… ustedes me tejieron un hogar aquí, cabronas."
Tallana ríe bajito, con los ojos brillosos.
Camelia levanta su taza.
Camelia dice con acento mexicano, "Por Alexei. Que venga con la fuerza de su madre y la calma de su padre. "
Y con la locura de su tía —añade Tallana, alzando su copa también.
Te partes de risa.
MiaFiemma alza la suya con una sonrisa de esas que nacen desde dentro.
Dices con acento Sinaloense, "Por Alexei."
Tallana se pone de pie con esa energía suya que siempre parece tener guardada para los momentos justos.
Tallana dice con acento ensenadense, "Bueno… ¿y si partimos el pastel antes de que esta llorona hermosa dice señalando con ternura a MiaFiemma nos haga moquear a todos? "
Camelia suelta una risita.
Camelia dice con acento mexicano, "¡Ya estoy llorando desde hace tres brindis! Pero dale, que ese pastel se ve como pecado de lo bonito. "
Jay toma el cuchillo que Tallana le pasa y se lo ofrece a MiaFiemma. Ella lo toma con ambas manos, con cuidado, y él la ayuda guiando los movimientos.
Dices con acento Sinaloense, "Que sea la primera rebanada para el papá, ¿no? "
dice MiaFiemma entre risas.
Jay dice con acento ruso, "No, no —responde Jay con una sonrisa suave—, tú partes, yo sostengo. Como siempre. "
La primera rebanada cae delicadamente sobre un platito de cerámica artesanal. El interior es esponjoso, de vainilla con capas finas de limón. El aroma llena la sala. MiaFiemma parte otra y se la ofrece a Camelia, luego una a Tallana. Las tres la observan como si fuera un ritual.
—Bueno, ahora viene lo bueno —dice Camelia, frotándose las manos con picardía.
Dices con acento Sinaloense, "de qué?. "
Tallana se levanta, va a una esquina del salón y vuelve con una bolsita tejida.
Tallana Saca papelitos enrollados.
Tallana dice con acento ensenadense, "Cada quien va a sacar uno y va a responder en voz alta. Preguntas de futuro, de instinto, de lo que imaginamos del bebé. "
MiaFiemma sonríe, emocionada.
Dices con acento Sinaloense, "Ya me vi… vamos a ver qué tan brujas somos."
La primera en sacar un papel es Camelia. Lo desenrolla y lee:
—“¿Qué crees que va a ser lo primero que Alexei diga cuando empiece a hablar?”
Camelia se ríe antes de responder.
Camelia dice con acento mexicano, "“Tacos.” Va a ser igual de tragón que su mamá.
Jay se parte de risa.
Te partes de risa.
Todos sueltan carcajadas.
Le sigue Tallana. Su papel dice:
—“¿Qué talento oculto crees que tendrá?”
Tallana dice con acento ensenadense, "Uy… va a tocar el piano. Con esos deditos que ya le vimos en el eco, tiene manos de artista. Y va a tocar sin que nadie le enseñe. "
Jay sonríe, bajando la mirada, como si ya lo viera.
Jay dice con acento ruso, "Me gusta eso —dice en voz baja. "
MiaFiemma toma su turno. Desenrolla el papel y lee con voz un poco temblorosa: —“¿Qué vas a decirle cuando tenga miedo?”
Suspiras profundamente.
MiaFiemma Se queda en silencio unos segundos. Luego, con la voz profunda, suave, dice.
Dices con acento Sinaloense, "Le voy a decir que el miedo no lo define. Que lo escuche, pero que no le haga caso. Que respire… y que recuerde que tiene raíces más fuertes que cualquier tormenta."
Jay aprieta los labios y asiente, sin poder ocultar cuánto le ha tocado eso.
La luz cálida de la lámpara de papel envuelve la escena. El pastel ya tiene varias porciones menos, las tazas están medio vacías y la risa ha dado paso a una serenidad dulce. Alexei, desde su pequeño universo, da una patadita suave. MiaFiemma se lleva la mano al vientre y sonríe.