Ferrari, La mafia o el amor.

Aquí se irán publicando las escenas de rol tanto de trama principal, como las que querais publicar los jugadores. Debido a la naturaleza de este foro, si se admite contenido NSFW.
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Larabelle Evans
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Ferrari, La mafia o el amor.

Mensaje por Larabelle Evans »

Emboscada a Leila.

Punto de vista: Leila Ferrari.

Leila se mira al espejo. Se ha cambiado, alistándose para ir al CADS.

Leila Ferrari
Ella es una mujer joven, pero su presencia impone autoridad y experiencia mucho más allá de su juventud. Su tez es de un tono oliva dorado, característico de su origen siciliano, con una piel impecable que resplandece bajo la luz, suave y cuidada, reflejando su atención al detalle en todos los aspectos de su vida. Su rostro es de una simetría perfecta, con pómulos altos y bien definidos que le otorgan un aire de elegancia innata. Sus expresiones faciales son agudas, intensas, y cargadas de una astucia inconfundible. Cada mirada suya, con esos ojos penetrantes de un verde esmeralda profundo, parece escrutar a quien tiene enfrente, midiendo cuidadosamente cada situación, siempre con un toque calculador y desafiante. Sus labios son carnosos, de un rojo natural que contrasta con su tono de piel, y suelen formar una ligera sonrisa que transmite tanto sensualidad como un aire de peligro inminente. Su mandíbula es firme, proyectando una fuerza imposible de ignorar. Cuando frunce el ceño o alza una ceja, cualquiera que esté en su presencia sabe que está analizando, lista para tomar una decisión rápida y contundente.

Tiene una figura escultural, con curvas femeninas que destacan con gracia y poder. Su busto es generoso, pero siempre elegante, equilibrando a la perfección con su torso estilizado. Su cintura es marcada y delgada, acentuando la curva sensual de sus caderas, redondeadas, firmes y llenas de feminidad, que dan paso a unas firmes y grandes nalgas, que se mueven sensualmente a cada paso que da. Sus piernas, largas y tonificadas, parecen esculpidas para resaltar su porte dominante, mientras que sus movimientos son siempre calculados y suaves, lo que le otorga una presencia felina y salvaje. Cada parte de su cuerpo proyecta sensualidad, pero siempre bajo el control preciso que define a Leila. Su postura es imponente, erguida y llena de confianza, dejando claro que está acostumbrada a liderar y a dominar cada situación.

Lleva el pelo en una melena larga y lisa, con un flequillo recto que enmarca su rostro. Su cabello es negro con reflejos azulados, lo que le añade un toque moderno.
Cubre sus ojos con gafas estilo Cat-Eye polarizadas, marca Lens Luxe.
Lleva pendientes largos en forma de circuito azul eléctrico, marca Orion, en las orejas.
Luce un reloj de pulsera con brazalete de perlas en una muñeca.
Lleva una pulsera led azul eléctrico, marca Orion, en la otra muñeca.
Sus uñas son largas y cuadradas, de un tono azul cobalto.
Usa un anillo de oro amarillo y zafiros en un dedo.
Viste un vestido corto de encaje y chifón, marca Lilith Supreme, que resalta su silueta.
Calza sandalias de tacón bajo, también marca Lilith Supreme.

Suspiras profundamente.
Dices con acento siciliano: "Con el mal ánimo que me ha dejado la visita a Gian."
Leila sale del cuarto al pasillo de la segunda planta de su casa.

Segunda planta. de color crema
Accediendo a la segunda planta a través de una escalera de mármol blanco con pasamanos de hierro forjado, se siente la historia y la elegancia en cada paso. Las paredes están pintadas en un suave color crema, complementadas con alfombras de yute que aportan textura y confort
Ves Un repetidor marca Extend conection aquí.
Salidas visibles: escalera, cuarto-doble, dormitorio-sencillo, y atico
Casa de la Mafia italiana de color ocre
Esta majestuosa casa de estilo colonial siciliano se construye con elegancia, fusionando la historia y la belleza de la región. Con una estructura de piedra oscura y paredes encaladas que reflejan los colores del paisaje siciliano, la casa irradia un ambiente lujoso y acogedor. Los techos altos y las vigas de madera expuestas ofrecen una sensación de amplitud, mientras que los arcos y detalles arquitectónicos resaltan la herencia cultural de Sicilia. Los colores predominantes incluyen suaves tonos terracota, ocres y azules profundos, evocando la tierra, el cielo y el mar. Al ingresar a la sala principal, los visitantes son recibidos por un espacio impresionante donde el lujo se mezcla con la calidez. El suelo, revestido de majólicas en tonos terracota y crema, aporta una base elegante. Un candelabro de cristal veneciano cuelga del techo, iluminando el ambiente con su brillo resplandeciente. Los ventanales de arco alto están adornados con cortinas de terciopelo en un rico color burdeos, que suavizan la luz que entra. El mobiliario incluye sofás de cuero de primera calidad en tonos marrón oscuro y sillas tapizadas con damasco en colores vibrantes, como el azul y el oro. En el centro, una mesa de café de madera tallada a mano, decorada con una obra de arte contemporáneo y flores frescas, sirve como punto focal. Las paredes están adornadas con pinturas de paisajes sicilianos y esculturas de artistas locales, creando un ambiente culturalmente rico.
Ves mueble bar esquinero, CHIMENEA MODERNA Y MINIMALISTA, Un juego de comedor moderno, Un juego de recibo clásico, Una mesita ratona moderna, y Cafetera Fantasy Coffee aquí.
Salidas visibles: escalera, sotano, cuarto-doble, salon, despacho, y cocina
Te marchas bajando por la escalera hacia el sótano.
Sótano. de color caova
El sótano es el corazón oscuro de la casa. Accesible a través de una puerta de madera reforzada, este espacio subterráneo está revestido de piedra fría y humedad. Las luces son escasas, y el suelo de piedra rugosa amplifica cada paso. En una esquina, barriles de vino y estantes de madera llenos de botellas antiguas sugieren un uso tradicional, pero el espacio se siente menos como una bodega y más como un lugar de secretos guardados. En el centro, una mesa de madera desgastada con marcas de años de uso sugiere que aquí han tenido lugar más que simples celebraciones. Las paredes de piedra, desnudas salvo por algunas herramientas oxidadas, añaden una sensación de claustrofobia y misterio
Salidas visibles: arriba y garaje
Un garaje grande. de color vino tinto
El garaje no es solo un lugar de almacenamiento, sino un espacio donde el escape parece siempre una opción latente. El ambiente, con su eco resonante y su falta de vida, sugiere que este es un lugar donde se han planeado huidas y movimientos en la oscuridad
Ves Hounday, Ferrozzi Ivoke de color azul medianoche mate, y Ferrozzi Sirakusa de color vino tinto metalizado aquí.
Salidas visibles: sotano y fuera
Abres una de las puertas de Ferrozzi Sirakusa
Ferrozzi Sirakusa de color vino tinto metalizado
Ves un vehículo con los cristales normales, sistema para bajar las ventanillas y el panel de control que contiene los indicadores para medir velocidad, distancia recorrida, y nivel de combustible frente al puesto del conductor. También está el panel de instrumentos del coche y unidas al volante, las palancas de cambio y de activación del limpiaparabrisas. Hacia el centro puedes ver los mandos para la calefacción, el aire acondicionado y la radio. Del lado derecho está la guantera y sobre esta, igual que del lado izquierdo, un conducto de ventilación. La tapicería de todos los asientos es de cuero, a juego con el color de la carrocería. Además, incorpora transmisión automática de múltiples velocidades para adaptarse a diversas condiciones de manejo, equipamiento tecnológico avanzado, como sistemas de navegación, cámaras de visión trasera, asistentes de conducción, y opciones de acabados y materiales de alta calidad.
No ves salidas en este lugar.

Cierras el vehículo.
Leila se ajusta el cinturón
Arrancas el motor.

Conduces hacia fuera.
Comunidad de Neo-Madrid; plaza de Manuel Becerra
El vehículo se pone en marcha.
Tiempo estimado de trayecto: 3 minutos.
El vehículo se detiene al llegar a su destino.
Era una mañana fresca en Neo-Madrid, el sol apenas asomaba en el horizonte mientras las calles empezaban a llenarse de movimiento. Raiza Romanova, líder de una de las facciones más temidas de la mafia rusa, observaba desde su posición estratégica en la esquina de la calle Embajadores. A su lado, sus sicarios permanecían en silencio, atentos a la señal de su jefa.
En el otro extremo de la calle, un elegante Ferrozzi de color vino avanzaba despacio, recorriendo las calles con la destreza de quien está acostumbrado a dominar cualquier territorio. Leila Ferrari, la indomable líder de la mafia siciliana en Neo-Madrid, conducía sola, sin necesidad de guardaespaldas. La decisión de hacerlo sola era una demostración de su confianza y su fuerza, pero esa mañana, esa elección le costaría caro.
Raiza levantó una mano en señal para sus hombres. Los sicarios se prepararon para la emboscada, dispersándose por la calle con precisión milimétrica. En cuestión de segundos, el plan estaba en marcha. Justo cuando Leila se acercaba a una intersección solitaria, uno de los autos de Raiza salió de una esquina y se detuvo de golpe frente a ella, bloqueando su camino.
Leila frenó en seco, sus manos tensándose en el volante, sus ojos centelleando al darse cuenta del peligro inminente. Antes de que pudiera reaccionar, otro auto se posicionó detrás de ella, cerrándole cualquier posible salida. La adrenalina le recorría el cuerpo mientras sus sentidos se agudizaban, preparándose para la emboscada.
Murmuras con acento siciliano, "no seré yo quien muera maldita... "
Empuñas Pistola M9.
2 autos mas se aproximaban a los laterales, por órdenes de romanova, mientras estos se asercaban, raiza fue la primera en iniciar el fuego de las valas
Raiza empuña un arma.
Raiza apunta a Leila Ferrari con rifle de asalto AK-47.
Leila, lejos de amedrentarse, miró a Raiza con una furia intensa. Con movimientos rápidos, bajó del coche y se cubrió detrás de una puerta, sacando un arma que llevaba escondida. Los disparos resonaron en la calle mientras Leila devolvía fuego, defendiendo su vida con una precisión feroz. Sin embargo, la ventaja numérica estaba de lado de Raiza y sus hombres. Una bala alcanzó a Leila en el brazo, arrancándole un grito ahogado de dolor, pero ella no se rendía; aún herida, mantenía el control y disparaba con decisión.
Comunidad de Neo-Madrid; Plaza de Cascorro
Estás en una plaza que dedica su nombre a los hhéroes de la guerra de Cuba que defendieron la localidad cubana de Cascorro. La plaza se encuentra ubicada en uno de los puntos más populares del rastro de Madrid, en el barrio de La Latina. Se encuentra ubicada al final de la calle de los estudios y da paso a la Ribera de Curtidores.
Ves la estatua de Eloy Gonzalo y Ferrozzi Sirakusa de color vino tinto metalizado aquí.
Raiza dispara a Leila Ferrari haciéndole 73 de daño!
Raiza, viéndose satisfecha con el daño causado, gritó a sus hombres una orden de retirada. La emboscada había cumplido su objetivo: Leila Ferrari estaba herida, su orgullo y dominio en juego, y no había vigilancia policial que les siguiera los pasos.
Los autos de los rusos desaparecieron en cuestión de segundos, dejando a Leila sola, herida y apoyada en su Ferrozzi dañado, mientras el eco de los disparos se desvanecía entre las sombras de la mañana.
Leila se busca como puede el celular en su bolso, no le queda más que llamar y pedir ayuda.
El teléfono da tono.
Emilio ha descolgado la llamada.
Dices por teléfono, "ciao, hablo a la policía?"
Emilio te dice por teléfono, "policía nacional?"
Emilio te dice por teléfono, "así es"
Dices por teléfono, "necesito ayuda, estoy herida, me dispararon."
Dices por teléfono, "en plaza de cascorro esquina con embajadores. "
Emilio te dice por teléfono, "entendido ban una unidad y una ambulancia señorita"
Cuelgas la llamada.

un vehículo policial acava de llegar.
un vehículo policial apaga el motor.
Las puertas de un vehículo policial se abren.
Emilio sale de un vehículo policial.
Leila mira al oficial.
Dices con acento siciliano, "ciao... "
Emilio dice con acento mexicano, "agente emilio cruz señorita, donde fue la erida"
Leila señala el brazo.
Emilio suspira profundamente.
Emilio deja de usar camiseta sin mangas de cuero negro marca hariman.
Emilio utilisa su camiseta para cubrir la erida
Leila refleja dolor y trata de dicimular su ravia.
Dices con acento siciliano, "¿vamos?".
Emilio la mete con el mayor cuidado pocible al auto policial.
un vehículo policial
Es un coche con los cristales normales, sistema manual para bajar las ventanillas y el panel de control que contiene los indicadores para medir velocidad, distancia recorrida, y nivel de combustible frente al puesto del conductor. También está el panel de instrumentos del coche y unidas al volante, las palancas de cambio y de activación del limpiaparabrisas. Hacia el centro puedes verlos mandos para la calefacción, el aire acondicionado y la radio. Del lado derecho está la guantera y sobre esta, igual que del lado izquierdo, un conducto de ventilación. todos los asientos están forrados en tela, a juego con el color de la carrocería.
No ves salidas en este lugar.
Emilio entra en un vehículo policial.

Emilio cierra las puertas.

Emilio Cruz arranca el motor.
El vehículo se pone en marcha.
Larabelle Evans
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Re: Ferrari, La mafia o el amor.

Mensaje por Larabelle Evans »

Leila escapa junto a sus aliados

Punto de vista: Leila Ferrari

Leila entra a los boxes, donde unas enfermeras le revisan los signos vitales.
Esta es la zona donde se atiende a los pacientes durante una urgencia. Al entrar en cada box, puedes ver una camilla al frente, una mesita del lado derecho, una silla y diferentes dispositivos de atención sanitaria.
Salidas visibles: fuera

Suspiras profundamente.
Leila hace un esfuerzo e intenta llamar a Mássimo.
El teléfono da tono.
Mássimo ha descolgado la llamada.
Mássimo te dice por teléfono: "Buonasera."
Dices por teléfono: "Ciao..."
Mássimo te dice por teléfono: "¿Qué sucede?"
Dices por teléfono: "Mássimo, ayúdame."
Mássimo te dice por teléfono: "¿Qué pasa, piccolina?"
Dices por teléfono: "La maldita rusa me hizo una encerrona en el auto esta mañana."
Mássimo te dice por teléfono: "Figlio de... ¿qué más?"
Dices por teléfono: "No quiero estar bajo la lupa policial. Tuve que llamarlos porque todo ocurrió frente al CADS, pero ya quiero irme."
Dices por teléfono: "Alessandro puede hacerse cargo, ¿no?"
Mássimo te dice por teléfono: "¿Dónde estás?"
Dices por teléfono: "En La Paz..."
Mássimo te dice por teléfono: "Um, ¿qué tan grave te hirieron?"
Dices por teléfono: "El brazo."
Mássimo te dice por teléfono: "Entiendo, vamos para allá."
Mássimo ha colgado.
Suspiras profundamente.
El ambiente en el box de urgencias del Hospital La Paz era frenético, pero había un aire de alivio al mismo tiempo. Las luces fluorescentes iluminaban el pequeño espacio mientras los sonidos del equipo médico y las voces de los profesionales de la salud creaban una sinfonía de urgencia.
Leila Ferrari se encontraba tendida en la camilla, con su brazo derecho vendado y su vestido de diseño manchado de sangre. Aunque aún sentía el punzante dolor que irradiaba de la herida, había escuchado lo suficiente para saber que no era grave. Aun así, la ansiedad corría por sus venas; había una lucha interna entre su necesidad de recuperarse y su deseo de no mostrar debilidad.
Mientras el médico atendía su herida, Leila se sumió en sus pensamientos. Su mente viajaba a la reciente emboscada y a la traición que podía estar acechando en cada esquina. La vida en Neo-Madrid no perdonaba, y su posición como líder de la mafia italiana la colocaba en la mira de muchos.
“¿Está bien?” interrumpió el doctor, rompiendo su concentración. “Tu pulso es un poco acelerado. Tal vez debas relajarte un poco.”
“Estoy bien,” respondió ella con firmeza, aunque en el fondo sabía que la tensión era palpable. Se obligó a sí misma a relajarse y a dejar que el médico continuara. No podía permitirse el lujo de pensar en lo que había sucedido o en lo que podría suceder.
Una vez que el doctor terminó de suturar, se inclinó hacia ella. “He hecho todo lo posible para minimizar el dolor. Puedes quedarte aquí un rato mientras supervisamos tu recuperación.
Mientras la enfermera terminaba de limpiar el área y de llevarse los materiales usados, Leila se recostó en la camilla, mirando el techo. Era una pausa breve, pero necesaria. Tendría que ser más astuta, más cuidadosa. Las cosas estaban cambiando, y ella debía estar lista para cualquier eventualidad.
Suspiras profundamente.
El ambiente en el box de urgencias del Hospital La Paz se volvió más tenso a medida que pasaban los minutos. A pesar de que el Dr le había asegurado que su herida no era grave, Leila Ferrari sentía que el tiempo se convertía en un enemigo. Con cada pregunta del personal médico, la ansiedad crecía.
alessandro y mássimo llegan juntos a la zona de boxes
Giovanni ha llegado.
Giovanni dice con acento napolitano, "leila?"
Mientras la enfermera vijilava el lugar, Leila aprovechó el momento para mirar a su alrededor. La habitación estaba parcialmente cerrada, pero las cortinas no eran más que una fina barrera. Necesitaba actuar rápido. Justo entonces, notó a Massimo, Alesssandro, y Giovanni esperando, sus rostros llenos de preocupación. Un alivio recorrió su cuerpo al verlos, pero el reloj seguía avanzando.
“Es hora de salir,” murmuró Leila, su voz baja pero decidida.
A medida que la enfermera se alejaba para buscar más suministros, Leila hizo un gesto a Massimo y Giovanni, quienes comprendieron al instante. Con un movimiento ágil, Leila se incorporó de la camilla, ignorando el leve tirón de su herida. La adrenalina la empujaba hacia adelante. “¿Leila? ¡Espera!” exclamó el Dr. al verla levantarse, pero era demasiado tarde. Leila atravesó la puerta del box, seguida de cerca por sus aliados. Massimo y Giovanni la rodearon, listos para protegerla de cualquier imprevisto. En el pasillo, la atmósfera estaba llena de un ir y venir de pacientes y médicos, pero el instinto de Leila la guiaba. No podía ser vista en ese estado; no podía darles la oportunidad de atraparla.
Giovanni se coloca detrás de leila, escoltándola.
Mássimo se coloca frente a ella con ambos cubriendola por completo
Atravesaron un pequeño pasillo lateral, y el sonido de sus pasos resonaba contra el linóleo. Podían escuchar el murmullo de los pacientes y el pitido de las máquinas, pero su enfoque estaba en la salida.
Finalmente, llegaron a la puerta de emergencias. La empujaron con fuerza y se encontraron en el aire fresco de la tarde, iluminados por el sol.
Justo cuando se acercaban al auto, un grupo de policías apareció al final de la calle, alertados por algún aviso. Leila sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no se detuvo. Con una agilidad sorprendente, abrió la puerta trasera y se deslizó dentro. Massimo y Giovanni la siguieron, cerrando las puertas de un golpe.
“¡Arranca!” ordenó Leila, mientras Massimo se acomodaba al volante. Giovanni se sentó a su lado, su mirada fija en el retrovisor.
El motor rugió y el coche salió disparado, dejando atrás el hospital. La adrenalina seguía corriendo por las venas de Leila, y aunque su herida la molestaba, la emoción de la fuga la mantenía viva. Sabía que esta no era la última vez que se enfrentaría a la adversidad, pero mientras estuviera con Massimo, Alessandro, y Giovanni, no temía nada.
La ciudad de Neo-Madrid se extendía ante ellos, un laberinto de oportunidades y peligros, y Leila estaba decidida a reclamar su lugar en él.
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